Aumenta presión para enviar ayuda a Sudán sin atisbo de cese de violencia

. (Egipto, Estados Unidos, Asuán, Jartum) EFE/EPA/KHALED ELFIQI

Jartum, 1 may (EFE).- La violencia no cesa en Sudán pese a ser el primer día de una nueva tregua de 72 horas entre los dos bandos en el conflicto tras más de dos semanas de combates y bombardeos en el país, mientras crece la presión para el envío de ayuda humanitaria.

Aunque el Ejército sudanés afirmó que la situación sigue «estable», testigos aseguraron a EFE que los bombardeos se han reanudado este mediodía en pleno centro de la capital, Jartum, después de unas horas de tensa calma en la que el sonido de los disparos ha sido menos continuo.

Por su parte, el poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) acusó hoy al Ejército sudanés de «ocupar» un hospital en Un Durman, ciudad vecina a Jartum, y que utiliza como «una plataforma de lanzamiento de ataques» contra sus unidades.

EN BUSCA DE AYUDA HUMANITARIA

Entre acusaciones de violencia y ataques, continúan los esfuerzos por parte de los actores internacionales para enviar ayuda humanitaria de manera urgente a Sudán.

El jefe humanitario y coordinador de ayuda para emergencias de la ONU, Martin Griffiths, anunció hoy su llegada a Nairobi para dialogar con «líderes kenianos y otros», sobre la situación en Sudán y «encontrar maneras de llevar ayuda al país».

«La situación de Sudán desde el 15 de abril es catastrófica. Necesitamos encontrar maneras de llevar ayuda al país y distribuirla entre los necesitados», señaló Griffiths a través de su cuenta de Twitter.

Así, Griffiths pidió a los bandos del conflicto en Sudán que protejan a los civiles y la infraestructura civil, garanticen el paso seguro de los civiles que huyen de las zonas con hostilidades, respeten a los trabajadores y a los bienes humanitarios, faciliten las operaciones de rescate, y respeten a los trabajadores sanitarios.

Hasta el momento, al menos 528 personas han muerto y más de 4.500 han resultado heridas desde el inicio de los combates el pasado 15, según el Ministerio de Salud sudanés.

La violencia ha provocado que la mayoría de hospitales en las zonas de combates hayan quedado fuera de servicio, una acuciante escasez de productos básicos, el desplazamiento de decenas de miles de personas y, según la ONU, más de 50.000 sudaneses han huido como refugiados en alguno de los siete países vecinos.

En una señal de esperanza de que más ayuda humanitaria podría llegar, después de que arribara ayer la del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció hoy la reanudación de sus operaciones en Sudán, suspendidas hace dos semanas tras la muerte de tres de sus empleados.

«A medida que la crisis en Sudán empuja a millones de personas al hambre, el PMA levantará de inmediato la suspensión temporal de las operaciones establecida después de la trágica muerte de los tres miembros de nuestro equipo el 15 de abril», dijo en un comunicado.

¿MENOS CAPACIDAD DE LOS PARAMILITARES?

En el campo de la ofensiva, el Ejército señaló hoy haber conseguido reducir a la mitad la capacidad de combate de las FAR durante las más de dos semanas de enfrentamientos.

Las FAR habían movilizado en la capital «hasta la mañana del 15 de abril», cuando estallaron los combates, a «27.135 combatientes y 39.000 reclutas», además de unos dos mil vehículos de combate y carros blindados y transporte militar en el marco de «un complot» para tomar el poder.

«Durante 15 días de lucha, nuestras fuerzas pudieron reducir entre un 45 y un 55 % las capacidades de combate que el enemigo había movilizado para secuestrar al Estado sudanés, apoderarse de su capacidad de decisión y destruir sus fuerzas armadas», se apunta en la nota.

Hasta el momento, las FAR -que desmienten toda información dada por el Ejército sudanés- no han reaccionado ante este comunicado.

Los combates entre las FAR y el Ejército sudanés estallaron por las tensiones sobre la reforma del Ejército y la integración de los paramilitares en las fuerzas regulares, en un proceso político para volver a encauzar al país en la senda democrática tras el golpe de Estado de 2021.

Los dos bandos que han provocado que Sudán sufra uno de sus peores conflictos en los últimos años fueron precisamente los artífices de la asonada contra el Gobierno civil.

Al Nur al Zaki

 

 

 

 

 

 

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