Ateneo de Trujillo, una obra que nos salva del olvido | Por: Pedro Frailán

 

Por: Pedro Frailán

La etimología de la palabra ateneo proviene de dos grandes culturas occidentales la griega, athenaion y del latín athenaeu, todo ello le rinde homenaje a la diosa “Atenea” conocida como Palas Atenea, que le rinde tributo a la sabiduría y la guerra en la cultura griega, porque en la cultura  latina se llama “Minerva” con el mismo significado según M.R. Padilla en su libro “Dioses Mitológicos.

El ateneo es un lugar de encuentro para poetas, filósofos, oradores, pintores, artistas, en fin, para diversas expresiones del arte; dice la editorial, de la revista La Voz del Ateneo de Trujillo, la N° 1 de fecha mayo – agosto de 1969, lo siguiente:

“El ateneo emerge del pasado como antorcha lanzada al porvenir por la cultura griega, sirviendo en el devenir histórico como encarnación de instituciones literarias y científicas. El primer Ateneo lo conseguimos en Lyon en el año 30 o 37 de nuestra era, atribuyéndose su fundación  al Emperador romano Calígula; más tarde el Emperador Adriano fundó un ateneo en Roma, extendiéndose posteriormente a Francia, España, Inglaterra, Bélgica, Alemania, Italia y otros países de Europa y América” (7:1969).

Con respecto a la ciudad de Trujillo de acuerdo al Dr. Numa Quevedo, haciendo referencia a un trabajo de Mario Briceño Iragorry sobre esta temática, el Dr. Quevedo dice: en el año de 1865 nace la idea de fundar un ateneo entre los moradores de la ciudad, que la necesidad de presentar actividades en desarrollo de la cultura, en donde se pueda leer, presentar obras literarias, dramáticas, científicas, acciones que fortalezcan las bellas artes y en definitiva, desarrollar diversos talentos además un punto de encuentro para la pequeña ciudad que se venía manifestando desde la Colonia.

Recordemos que la cultura es una herencia social, producto de la comunicación de los habitantes, que comprenden la realidad, de valores como las tradiciones, costumbres, lenguas, instituciones que constituyen una conciencia generalizada para fortalecer una sociedad en los tiempos. Ese proyecto ateneísta del siglo XIX, fue efímero; el ateneo de Trujillo nació en el año 1942 un 11 de noviembre a las 08:30 am. Así lo registra el acta fundacional.

Para esa época el gobernador del estado Trujillo era el Dr. Numa Quevedo y el Presidente de la República el General Isaías Medina Angarita, quienes estuvieron presentes, recordemos que en esta entidad, varias fueron las obras que nos dejara el Presidente Medina Angarita. La primera sede fue lo que conocía como “La Casa de la Guerra a muerte”, mucho más adelante “Centro de Historia del Estado Trujillo”.

La primera Junta quedó integrada así: Presidente, Hugo Unda Briceño; Vice-Presidente Censor, Luís Beltrán Guerrero; Secretario de Relaciones Interiores, Pedro Linares V, Secretario de Relaciones Exteriores, Guido Berti Márquez; Bibliotecaria, Rosario Pimentel D Alta; Tesorero Vicente Tálamo; Director de la Comisión de Ciencias Médicas, Víctor M. Bocaranda; Director de la Comisión de Ciencias Jurídicas, Sabino Braschi; Director de la Comisión de Literatura, R. Hernández Cerruti; Director de la Comisión de Prensa y Propaganda, Humberto Rumbos; Director de la Comisión de Música; Laudelino Mejías; Directora de la Comisión de Teatro y Artes Plásticas; Amparo Briceño Perozo; Director de la Comisión de Historia, Andrés Lomelli Rosario; Director de la Comisión de Recepciones; Marcos Rubén Carrillo; Secretario General. R.A. Barroeta Lugo. Además, una lista de firmantes.

En esta revista, aparece el decreto emitido por el Dr. Numa Quevedo sobre la creación de esta institución y aparecen los estatutos. Es de resaltar, que cuando el Ateneo cumplió 26 años se editó esta revista con el título “La voz del Ateneo”. Hasta ese momento los presidentes de esa institución habían sido: el Dr. Hugo Unda Briceño, Rosario Pimentel D Alta, J.A,  González Vale, Dra. Graciela Lomelli, Dr. Rafael Isidro Briceño, Dr. Miguel Nieto Caicedo, Pbro. Dr. Rafael María Villasmil, Dr. Humberto González Albano, Dr. Gonzalo Raga, Prof. Juan Canelón Cestari, Dr. Nicéforo Rosales Albano, Prof. Néstor J. Díaz, Gilberto Quevedo Segnini, Emilio Sánchez Pérez, Pbro. Quintín Jerez Moreno; Dr. Sabino Braschi y Dra. Mireya Mendoza de Nieto.

En este tiempo una de las políticas culturales que desarrollaron fueron las cátedras de pintura, con buenos resultados siendo los formadores, el Prof. Alberto J. Aranguren y el Prof. Asdrúbal Colmenares, justamente en ese tiempo pidió permiso para seguir estudios superiores en París. Otra de las cátedras fue la de danzas, siendo conducida por el Prof.  Marcos Tulio Colmenares. La cátedra de música se hizo presente conducida por la Profesora Dora Indart, impartiendo las clases  de piano, violín, mandolina, guitarra, cuatro,  teoría y solfeo, ello dio origen para la creación  de la Academia de música “Esteban Razquin” dirigida por Pbro. Roberto  Arciero, respaldada por el Ejecutivo del estado. Este es un trabajo de Juan de J. Chacón.

Por otra parte Monseñor José León Rojas Chaparro, Obispo de la Diócesis de Trujillo, participó en esta publicación con un trabajo  “La iglesia y la cultura”. Recuerda los cuatrocientos años de la ciudad de Trujillo rica en su tradición, historia y cultura. Argumenta que el ateneo, abre un camino hacia la luz, es una ventana abierta para mirar el porvenir con esperanza, para la ciudad y la población. Como ha sucedido en otros lugares, épocas y personajes. Y es el caso de la Edad Media donde los monasterios fueron refugios para la ciencia, los monjes resguardaron muchas memorias y las salvaron del olvido, Obras como las de Virgilio, Ovidio, Plauto, Tito Libio y Séneca.

Aprovecho el momento para recordar la importancia de la cultura que sostenía el Concilio Vaticano II, iniciado por Juan XXIII y culminado por Paulo VI desarrollado entre: 1962 – 1965 siendo este trabajo de 1969. Dice que el vicario de Cristo, hace un llamado al esfuerzo, la perseverancia, la humildad, en penetrar los secretos de las cosas con la verdad que es valor humano y esto se convierte en una fortaleza cultural.

Recuerda la labor del Pbro. Dr. Rafael María Villasmil, justamente este personaje había sido el presidente de la comisión aniversario cuando la ciudad de Trujillo cumplió 400 años, también había sido Presidente del Ateneo, sus trabajos se destacaron. A otra persona que reconoció, por su actividad cultura fue a otro representante de la iglesia al Pbro. Quintín  Jerez Moreno, que hace tiempo concluía el período de presidente del ateneo, en esa época la actual presidenta del ateneo era la Dra. Mireya Mendoza de Nieto. Miro tiempo atrás grandes hombres que han trabajo por la educación y otras actividades en Trujillo y Venezuela, como lo fueron: Los monseñores José Manuel Jáuregui Moreno y Miguel Antonio Mejías. Finalmente dijo: “la consigna es, no detenerse en el camino”.

La junta directiva del Ateneo para ese año, estuvo constituida por la Dra. Mireya Mendoza de N, Presidenta; 1er Vice- Presidente,  Mons Enrique Pimentel; 2do. Vice-Presidente, Sra. Maruja de Carrillo; Secretario General, Sr, Juan de J. Chacón; Secretario de Relaciones Exteriores, Prof. Hugo Carrillo; Secretario de Relaciones Interiores, D. Rubén Márquez; Secretario de Relaciones Públicas, Br. Alí Medina Machado; Secretaria de finanzas. Dra. Dora Maldonado de Falcón; Bibliotecaria, Dra. Baudilia Bermúdez; Suplentes, Prof. Ramón Pachano, Sr. Jesús M. Cegarra, Srta. Josefa Briceño, Pbro. Quintín Jerez, Sr. Jesús Segovia, Sr. Darío Quintero.

Estos son algunos detalles que nos salvan del olvido…

 

 


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