Cada keynote de Apple, como le gusta a la compañía llamar a su presentación anual que tiene un gran sentido del espectáculo y está alejada de una rueda de prensa al uso, era un juego de estrategia. Antes de tomar asiento convenía revisar el local en busca de una posible sala donde estuvieran los productos. Normalmente tocaba hacer fila y esperar a que salieran los primeros para no rebasar el aforo.
Nada más llegar al Steve Jobs Theatre, nos lo dejaron caer con suavidad: cualquier asiento era bueno para después poner las manos en las novedades. El vestíbulo previo a la entrada al teatro se convirtió en las casi dos horas de función en un espacio para probar, tocar y preguntar a los expertos. En lo sucesivo, seguirá siendo así. Apple ha creado un espacio ad hoc, en su casa, pensando en manejar la situación y poner frente a sus invitados los nuevos lanzamientos.
Tim Cook, consejero delegado de Apple, y directivos como Angela Ahrendts o Jay Blahnik, se mezclaban con los asistentes y contrastaban su opinión. En el centro estaba el iPhone X, la gran estrella. En las mesas de la derecha, los iPhone 8. En las de la izquierda, el Apple Watch series 3, que despertó menos expectación.
Durante algo más de 40 minutos pudimos probar la nueva hornada de Apple y resolver dudas con sus expertos. Tiempo suficiente para tener una primera impresión de los móviles y reloj, pero poco para tener una opinión formada. Lo ideal es tenerlos en las manos un par de días para poder ver cómo es con un uso cotidiano.
iPhone X
Cuando se toma en la mano da la sensación de no ser tan grande como sus 5,8 pulgadas de pantalla, 1125×2436 píxeles con un nuevo sistema de calibración más realista. Prescindir de los bordes hace que no parezca tan voluminoso. Es sólido y robusto, pero nos inquieta la carencia del botón Home. Sería para volver al principio o desbloquear al sentir la huella.
Ahora el frontal es todo una gran pantalla con sensores y cámara escondidos en la parte superior. La trasera, de cristal reforzado le da un toque de alta gama, de aparato de culto, muy Apple. No es sumergible de manera explícita, como tampoco lo son los 8 o los 7 de hace un año, pero no pasa nada si se cae al baño. Lo que Apple no quiere es decir que es resistente al agua con una presión concreta y después coleccionar demandas de clientes que lo llevan al extremo.
Durante algo más de 40 minutos pudimos probar la nueva hornada de Apple y resolver dudas con sus expertos
La pérdida del botón no se nota demasiado salvo en un punto, si se quiere usar con una sola mano.
Durante unos instantes pudimos probar los nuevos efectos de retrato. Van a ser una puerta abierta a la creatividad. Generan imágenes limpias, mejoradas, pero sin caer en los artificios y lifting falsos de algunos fabricantes asiáticos.
Los animojis, sí, inútiles, pero son muy divertidos. Durante unos minutos mutamos en mono. Va a crear adicción entre los chavales, el problema es que para poder jugar con ello ambos tienen que tener este móvil. Una barrera demasiado alta como para poder hacerlo popular.
iPhone 8 y 8 Plus
Se notan algo más pesados que el iPhone 7. Es una impresión, sin datos. En esta caso no hay revolución como en el X, pero sí mejoras con respecto a los anteriores. Una salto lógico, con las cámaras como valor más notable. El cristal trasero, necesario para implementar la carga inalámbrica, es otro de sus cambios exteriores.
Las novedades de su potencia y capacidad se notarán realmente cuando se pueda explorar con algo más de tiempo cómo combina con iOS 11. La promesa de ARKit, la solución de realidad aumentada de Apple, es la gran promesa de esta generación de móviles.
Apple Watch Series 3
A primera vista no se percibe un gran cambio. El verdadero cambio está en el sistema operativo y ese también llegará a los modelos actuales, así como el rendimiento del procesador. El exterior es similar salvo por un detalle, la corona. El modelo que es compatible con redes 4G tendrá un punto rojo. España no está en la lista de los primeros países en contar con el reloj. Es muy probable que se deba a la necesidad de contar con acuerdos con operadoras para poder unir el número del móvil con el del reloj. El Apple Watch no llevará en su interior una SIM física, como sí hace el móvil, sino que cuenta con un chip que simula el chip. Se trata de una de los avances que Apple impulsar y no agrada demasiado a las operadoras, la creación de un chip virtual que se puede cambiar al cambiar de país o de proveedor. Cómodo para el cliente final, inquietante para las telecos.
El próximo lanzamiento encubierto
Apple prepara una campaña navideña fuerte. Con la llegada de iPhone X en noviembre y el HomePod, su altavoz inteligente listo para AirPower, su plataforma de carga inalámbrica. En la presentación se vio cómo se cargaban, al mismo tiempo, un iPhone X, un Apple Watch y unos Airpods. La carga inalámbrica de Apple se basa en el estándar Qi, por lo que se podrán usar aparatos de otros fabricantes. Sin embargo, solo con AirPower se podrá usar el iPhone para de un vistazo saber cómo va el proceso de carga de todos los aparatos posados en la superficie.
Los animojis, sí, inútiles, pero son muy divertidos. Durante unos minutos mutamos en mono
Al verlo fue fácil la deducción: Apple prepara nuevos Airpods. Los actuales no tienen una caja compatible con esta tecnología. Queda por saber cuándo saldrían teniendo en cuenta la salida de la plataforma de carga, si antes o después, o al mismo tiempo. También cabe la posibilidad de que vendan solo la carcasa, o que en lo sucesivo los vendan con ese complemento mejorado. Hasta ahora se cargaban con el cable lightning, el mismo que carga el iPhone. La nueva caja tiene una pequeña luz LED que cambia de color para indicar el estado de la batería.
Como reflexión final, llama la atención la dispersión de nombres y surtido de aparatos por parte de Apple. No es una crítica en sí, forma parte de su estrategia, pero sí choca con la simplicidad que caracterizó la vuelta de Steve Jobs a Apple. Creó primero el iMac, después el iPod, con iTunes, después llegaron iPhone e iPad. Una línea clara con unos nombres fáciles de asociar. El catálogo actual de Apple es mucho más diverso en el tipo de consumidor y productos que propone, pero crea confusión en cuanto a conceptos, tamaños y capacidad y potencia. La simplicidad ya no es una seña de identidad a la hora de elegir. Apple tiene cinco modelos diferentes de iPhone en su tienda. Ya no se puede entrar a una tienda y decir: “deme un iPhone”.