Funcionarios Contra Homicidios del Cicpc de esa localidad fronteriza se encargan de las investigar los hechos que ocurrieron en lugares diferentes, pero que evidentemente están relacionados, dado el nexo de las víctimas y el modo en que fueron cometidos ambos hechos
Dos hombres, padre e hijo, fueron asesinados el pasado domingo en diferentes puntos de San Antonio del Táchira, en circunstancias que aun no han sido aclaradas por la policía, que no descarta que ambos crímenes tengan que ver con hechos de venganza o ajuste de cuentas, por parte de miembros de grupos generadores de violencia, que una vez cometido los hechos cruzaron hasta territorio colombiano, para evadir la acción de las autoridades venezolanas.
Funcionarios de la Base Contras Homicidios del Cicpc – sub delegación del Cicpc en el municipio Bolívar, tiene a su cargo las investigaciones, que en primera instancia están centradas en el entorno de las víctimas, tratando de obtener detalles que puedan ser de utilidad para las pesquisas.
Los fallecidos fueron identificados como Leopoldo Albarracín, venezolano de 50 años de edad, comerciante con residencia en el sector Cementerio, donde fue asesinado y su hijo Alejandro Albarracín Rodríguez, venezolano de 31 años de edad, con domicilio en la invasión “Che Guevara”, zona donde fue interceptado en via publica por hombres armados que le dispararon, causando su muerte.
El primero de los homicidios ocurrió en el Centro Turístico Santa Eduvigis, en el sector La Capacha, parte posterior del cementerio, donde fue ultimado con arma de fuego el ciudadano Leopoldo Albarracín, quien fue sorprendido en el interior del negocio por dos hombres que se apersonaron en el lugar a bordo de un vehículo particular.
Familiares del ahora occiso al ser interrogados por las autoridades manifestaron desconocer los motivos del crimen y tan solo explicaron que los dos hombres que llegaron en vehículo particular ingresaron al negocio y se dirigieron al sitio donde se encontraba Leopoldo, y sin mediar palabra alguna, le balearon en varias oportunidades, para luego escapar en el mismo carro.
Dijo nuestro informante que la policía se encontraba el referido club, adelantando las primeras investigaciones, cuando recibió información sobre un segundo homicidio, cometido en la calle principal de la invasión Che Guevara, hasta donde se trasladaron de inmediato y con sorpresa se enteraron que se trataba del hijo de Leopoldo Albarracín, un hombre de 31 años de edad y nacionalidad venezolana, de nombre Alejandro Albarracín Rodríguez, cuyo cadáver yacía con varios impactos de bala.
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Lugareños explicaron que el crimen fue cometido por dos hombres que tripulaban un automóvil y que interceptaron al joven cuando caminaba por el lugar y le dispararon hasta causarle la muerte. El modus operandi en ambos crímenes es el mismo, del automotor utilizado en ambos crímenes no se ha revelado detalles y la relación padre – hijo de las víctimas, hace suponer que se trata de un posible ajuste de cuentas, pero se hace necesario precisar este aspecto durante las investigaciones que están iniciándose.
Los dos fallecidos, fueron trasladados por una comisión detectivesca, a la morgue del Hospital Central de San Cristóbal, para las respectivas autopsias y otras diligencias de tipo forense.
Muerto por inmersión
De igual forma, los detectives del Cicpc, División Contra Homicidios están investigando la muerte por inmersión de un hombre, en hecho ocurrido en el centro social Club de La Montaña, ubicado en el sector Llano de la Cruz, en Cordero, municipio Córdoba.
Según la versión que suministraron los testigos, el hecho ocurrió en horas de la mañana de este domingo, cuando la víctima, que no ha sido identificada se lanzó a la piscina y no salió más. “El subió a una reja y desde allí saltó a la piscina”, explicaron a los investigadores, que llevaron el cadáver a la morgue y solicitaron una detallada revisión para determinar eventuales lesiones y establecer la causa exacta del deceso. No se sabe si esta persona se golpeó en la cabeza y al quedar sin sentido se ahogó, comento un funcionario, al explicar que de inexplicablemente nadie prestó ayuda inmediata a la víctima y cuando lo hicieron, porque no salía a la superficie, ya era demasiado tarde.
Así mismo se ha practicado la necrodactila, para hacer revisión rastros en los archivos del Cicpc, así como de identificación y extranjería, para tratar de establecer de quien se trata, pues además de carecer de documentos, al parecer el joven llego solo y permanecía sin compañía en el club, donde ocurrió su muerte.
