Aseguran que cerrar frontera con Cúcuta profundizaría crisis humanitaria en Venezuela

El paso por el Puente Internacional Simón Bolívar se ha incrementado durante el mes de diciembre

Desde el anuncio del presidente de la República, Nicolás Maduro, de que hay una “sorpresita” para la frontera con Cúcuta, se ha especulado sobre el cierre del paso peatonal por el Puente Internacional Simón Bolívar, que comunica a San Antonio del Táchira con el Departamento Norte de Santander, en Colombia; sin embargo, el flujo de venezolanos hacia el vecino país se mantiene.

La tarde del pasado miércoles hubo un cierre temporal del paso por parte de efectivos de la Guardia Nacional (GN), lo que generó la molestia de quienes iban hacia la ciudad de Cúcuta, aunque más tarde el tránsito fuera abierto.

Según Migración Colombia, un promedio de 50 mil venezolanos salen del país a diario, algunos por trabajos formales en la vecina república, otros porque se han dedicado al bachaqueo de productos venezolanos, incluyendo carne y pollo, otros más más que viajan desde distintas partes del país para comprar alimentos que no se encuentran en Venezuela, y los que deciden cruzar las fronteras buscando mejor calidad de vida.

Durante el mes de diciembre se incrementa el número de personas que viajan hacia el Norte de Santander, pues por tratarse de las festividades de navideñas hay quienes deciden viajar para encontrarse con sus familiares que viven en Colombia. En Táchira, muchas personas tienen padre, madre o abuelos colombianos.

“El exterminio”

Para el diputado jubilado de la Asamblea Nacional, defensor de derechos humanos y exembajador de Venezuela en La India, Walter Márquez, cerrar la frontera con Cúcuta sería el peor de los errores del gobierno de Nicolás Maduro, por cuanto se trataría de un “exterminio”, al  clausurar la única vía que tienen los venezolanos de esta y otras zonas para adquirir alimentos y medicinas.

Indicó que aunque el Ejecutivo nacional no acepte que hay una crisis humanitaria, el paso peatonal con Colombia se ha convertido en una especie de canal humanitario y cerrarlo profundizaría la pobreza existente.

Explicó que cerrar las comunicaciones marítimas y aéreas con Aruba y Curacao también viola los procesos de integración latinoamericanos y caribeños consagrados en el artículo 153 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

“La amenaza por parte de la ANC y del Jefe de Estado de una sorpresa para Cúcuta, y el cierre de comunicaciones con las Antillas, atenta contra los procesos de integración y contra los intereses geopolíticos estratégicos de Venezuela frente a Colombia y frente a Holanda”, expresó Márquez.

“Si cierran, me muero”

Andrés Hernández es diseñador; tiene 30 años de edad y vive en San Cristóbal. Cada 15 días tiene que viajar a Cúcuta a comprar un medicamento para su cerebro, pues hace cuatro años sufrió un colapso a que obligó a los médicos a retirarle una parte del lóbulo izquierdo. Aunque vive con relativa normalidad, depende de los tratamientos para no caer en crisis, y en Venezuela solo consigue uno.

Aunque no debe trabajar en extremo, lo hace para poder adquirir las pastillas que le salen en más de 2 millones de bolívares en el vecino país. Asegura que si el Gobierno cierra de nuevo la frontera, se muere, pues no tendrá forma de hacerse el tratamiento que requiere.

Por su parte, José –quien prefirió no dar su apellido– tiene 20 años de edad; asegura que él y su familia –papá, mamá, tres sobrinos y un hermanito– se mueren si cierran la frontera, pues viven de lo que él puede vender en los barrios de Cúcuta.

Se levanta todos los días a las 3 de la mañana para comprar frutas, carne o pollo, pues al otro lado ya tiene una clientela que se los recibe. Debe venderlos a bajo precio, para ganarle al comerciante colombiano y en los comedores populares logra ganarse el almuerzo.

“Me puedo hacer 100 mil pesos, pero ese mismo dinero lo invierto en comida para llevar a mi casa, y eso se traduce en unas tres harinas, un arroz, un aceite, un azúcar y una que otra cosita… Me toca hacerlo, porque mi hermana se murió hace tres años y nos dejó a sus tres hijos; el papá los abandonó después de que ella falleciera. Tengo un hermanito de dos años, y mi mamá no puede salir a trabajar porque debe cuidarlos a todos. Por eso si el presidente cierra la frontera, nos morimos”, añadió.

Como ellos, cientos de personas cruzan la frontera con Colombia, por lo que ante la advertencia presidencial el nerviosismo se ha adueñado no solo de los tachirenses, sino de quienes viajan de otros estados del país

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