La cifra de víctimas mortales en el terremoto de magnitud 7,3 registrado el domingo en la frontera entre Irán e Irak asciende a 540 en la zona iraní, según ha informado este martes la agencia pública de noticias iraní IRNA, cifra a la que hay que añadir otros siete fallecidos en territorio iraquí. El número de heridos también aumenta hasta 7.817, más los 300 hospitalizados en el país vecino. En la noche del lunes, el Gobierno iraní anunció el fin de los trabajos de salvamento.
Según informó la agencia iraní de noticias FARS, el anuncio del fin de los trabajos de salvamento fue realizado por el director del Departamento de Emergencias iraní, Pir-Hossein Kolivand. La mayoría de las víctimas eran residentes de la localidad iraní de Sarpol-e-Zahab, situada en la provincia de Kermanshá. Los daños materiales también han sido considerables: unas 30.000 viviendas han quedado destruidas en Irán, según la televisión estatal, y los suministros de agua y luz siguen cortados en las zonas más damnificadas.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, ha ordenado a las autoridades que «entreguen ayuda a los afectados», al tiempo que ha movilizado a todos los cuerpos del país. Por su parte, el presidente de Irán, Hasán Rohani, ha viajado este martes a Kermanshá para visitar la zona y a las víctimas del terremoto.
A su llegada a Kermanshá, capital provincial, el mandatario ha garantizado que se han movilizado todos los recursos gubernamentales para hacer frente a la crisis y ha anunciado que se proporcionarán préstamos a las personas que deben reconstruir sus hogares. «El Gobierno acelerará este proceso para que pueda hacerse en el menor tiempo posible», ha afirmado, según recoge un comunicado de la Presidencia iraní. Rohaní ha viajado después a Sarpol-e-Zahab para supervisar las operaciones de rescate sobre el terreno y reunirse con los damnificados.
Las autoridades de la provincia han anunciado tres días de luto a causa del seísmo. En la provincia se encontraban ya los ministros del Interior y Sanidad, Abdolreza Rahmani Fazli y Hasán Ghazizadé Hashemi, respectivamente, así como el comandante del Ejército, Abdolrahim Musavi.
En el caso de Irak, los daños más graves se han registrado en Darbandijan, unos 75 kilómetros al este de Suleimaniya, situada en la región semiautónoma del Kurdistán iraquí. El ministro de Sanidad de la región, Rekaut Rashid, ha detallado que cuatro personas han muerto en Darbandijan, dos en Garmian y una en Sulaimani.
En declaraciones a Reuters, ha indicado que el principal hospital del distrito ha sufrido graves daños y se ha quedado sin suministro eléctrico, por lo que los heridos están siendo trasladados a Suleimaniya. «La situación es muy crítica», ha resaltado. Irán e Irak están situados sobre varias fallas tectónicas y son relativamente frecuentes los terremotos. El terremoto más grave de los últimos años ha sido el de 2003 en Bam, en el sureste de Irán, que provocó 31.000 muertos.