Isaías Márquez
Tal y como es harto conocido cada año el ciclo para la cosecha de cualquier rubro debe afrontarse una serie de variables que los productores directamente deben solventar. En el caso que nos ocupa, el arroz, cereal básico y tradicional a la mesa de todo hogar venezolano, así como de cualquier expendio de comida servida, público o privado (restaurantes) y viene a colación el tema en virtud de las condiciones previas para el logro óptimo de una cosecha de este cereal coronada con creces, que, de lo contrario, quizá habría que recurrir a la importación de arroz guyanés, no sabemos bajo cuál convenio: Fevearroz enfatiza en la necesidad de disponer del suministro de combustible, así como del financiamiento necesarios para el incremento de la siembra de arroz durante el ciclo norte-verano (2024-2025) para un aprovechamiento de siembra equivalente a unas 50 a 60 mil hectáreas del rubro, para lo que sería necesario disponer puntualmente, alrededor de unos seis a siete millones de litros de carburante (gasóleo) dentro del ciclo respectivo –período de lluvias- a objeto de sembrar, atender, regar, cosechar y transportar dicho cereal durante el ciclo predicho en el estado Portuguesa. Tal cantidad de combustible cubriría poco más de unas 27 mil hectáreas de arroz, donde Pdvsa como productora de tal insumo o recurso, asumiría un rol muy específico en el logro de la meta de producción del mismo, a objeto de no recurrir a su importación para cubrir déficit.
Viene a colación la producción 2023 en la entidad referida, cuando cerró con una caída algo superior a un 20 por ciento durante el ciclo norte-verano, a lo que se unió el mal resultado económico en la cosecha de maíz, por persistencia en la falla de combustible y financiamiento, según datos de “Minuta Agropecuaria” )12/2023).
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