La policía de Malta ha detenido a 10 sospechosos en relación con el coche bomba que mató a la periodista de investigación Daphne Caruana Galizia. Así lo ha confirmado el primer ministro, Joseph Muscat.
Las detenciones se produjeron esta mañana en varias localidades de la isla como Marsa, Zebbug o Bugibba. Todos los sospechosos son de nacionalidad maltesa y la mayoría tiene antecedentes penales, aseguró Muscat, sin ofrecer más detalles sobre sus identidades. Los arrestados serán interrogados en las próximas 48 horas. En esta operación la Policía de Malta ha sido asistida por otros cuerpos de seguridad como el estadounidense Buró Federal de Investigaciones (FBI) o la Oficina Europea de Policía (Europol).
El primer ministro ha dicho que los investigadores creen que los sospechosos son los responsables de la colocación de la bomba lapa en el coche de la periodista. La Policía ha seguido durante días a los ahora detenidos antes de lanzar la operación de este lunes.
Muscat ha asegurado que es consciente de las implicaciones que puede tener que él haga una declaración oficial en esta fase de la investigación, toda vez que podrían quedar en libertad por un tecnicismo, y ha asegurado que tiene constancia del precedente que hubo en 2002, cuando el entonces jefe de Gobierno, Eddie Fenech Adami, convocó una rueda de prensa por un caso de sobornos a jueces. Muscat declinó decir si se cree que los arrestados pudieron ser cerebros del atentado y subrayó la necesidad de ser «extremadamente cautos» a este respecto.
Daphne Caruana, una de las reporteras más conocidas de Malta, fue asesinada el 16 de octubre pasado al explotar una potente bomba colocada en su coche. Caruana, de 53 años, era la autora de un blog que denunciaba casos de corrupción en los que a menudo estaban involucrados políticos de la isla. Dos semanas antes de su muerte, la periodista presentó una denuncia ante la Policía por una serie de amenazas que estaba recibiendo.
El viernes pasado, una delegación de parlamentarios europeos subrayaron desde Malta la existencia de una «percepción de inmunidad» en este país. «El brutal asesinato de Galizia tenía como objetivo sembrar el miedo en todo el mundo, especialmente en aquellos que investigan y persiguen los casos de lavado de dinero y corrupción», señaló la socialista Ana Gomes.