Bruselas, 9 feb (EFE).- Los líderes de la Unión Europea iniciaron hoy una cumbre extraordinaria en Bruselas en la que participa por primera vez el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien 350 días después del inicio de la invasión rusa llegó a la capital comunitaria tras pasar la víspera por Londres y París.
«Estamos extremadamente unidos, más que nunca. Es importante incrementar nuestro apoyo a Ucrania con medios militares» y con «apoyo político», declaró a su llegada a la cumbre el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que definió la cita como «absolutamente excepcional y única».
Zelenski está pronunciando un discurso ante el Parlamento Europeo y después se sumará a los líderes en la sede del Consejo de la UE, en una reunión extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete en la que se hablará principalmente sobre la guerra en Ucrania, pero también sobre inmigración y competitividad industria.
El mandatario ucraniano llegó a Bruselas desde París, donde anoche cenó con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y con el canciller de Alemania, Olaf Sholz, tras haberse reunido primero en Londres con el primer ministro británico, Rishi Sunak, y con el rey Carlos III, además de dirigirse al Parlamento británico.
El presidente ucraniano voló a Bruselas este jueves con Macron, quien subrayó que «Rusia ni puede ni debe ganar esta guerra», y fue recibido en el aeropuerto de Bruselas por Charles Michel, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y por el primer ministro de Bélgica, Alexandre de Croo.
«Está muy bien que podamos discutir con el presidente ucraniano y poder volver a mandar el mensaje de la unidad, de la solidaridad y poder volver a demostrar que seguiremos ofreciendo nuestro apoyo a Ucrania, a su independencia e integridad tanto como sea necesario», dijo Sholz a su llegada a la cumbre.
El canciller de Alemania, que ayer anunció junto con Países Bajos y Dinamarca el envío de 100 carros de combate pesados Leopard 1 a Ucrania de aquí a 2024, rebajó, sin embargo, las expectativas sobre una adhesión acelerada de Ucrania a la UE y recordó que hay que cumplir criterios fijados sobre «Estado de derechos, democracia y economía de mercado».
La cena franco-alemana con Zelenski en París, en cambio, no gustó a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien ante los medios de comunicación la tachó de «inoportuna», habiendo una reunión a veintisiete al día siguiente en Bruselas.
En Londres, el presidente ucraniano pidió al Reino Unido que entregue cazas de combate a Ucrania para que pueda defenderse de Rusia, solicitud que va a estudiar el Gobierno británico.
En Bruselas, la primera ministra estonia, Kaja Kallas, dijo que su país no dispone de cazas de combate, pero que si los tuviera ayudaría a Ucrania «con todos los medios» a su disposición.
El primer ministro de Letonia, Krisjanis Karins, también un país báltico y fronterizo con Rusia, señaló que «Rusia está reforzando sus soldados en la región del Donbás» por lo que «Ucrania necesita la ayuda (militar) ahora» y añadió que discusión sobre el envío de cazas a Kiev es «muy razonable».
El jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo por su parte que confirmará a Zelenski el apoyo «inequívoco y rotundo» de España a su país para seguir haciendo frente a la invasión rusa, pero no detalló si va a concretar el número de carros de combate Leopard que España enviará a Ucrania.
El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, valoró que el líder ucraniano vaya a participar en persona en la cumbre porque «una reunión presencial es más importante que diez reuniones en línea porque ves las reacciones, la dedicación y la confianza en sí mismo en los ojos del presidente».
El primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, señaló que es «crucial» la presencia de Zelenski pues es «un momento inmensamente simbólico», mientras que el jefe del Gobierno de Luxemburgo, Xavier Bettel, llamó a reconocer los «esfuerzos» de Ucrania para acercarse a la UE pero suavizó los ánimos de cara a una eventual adhesión y abogó por no hacer «promesas» que no se puedan «mantener».
La cumbre, que arrancó con un minuto de silencio en señal de duelo por las víctimas de los terremotos de Turquía y Siria, durará en principio una única jornada, aunque si se alarga más de lo previsto podría continuar el viernes.