“Claudicó el “Líder”. Así nos enteramos este jueves seis de diciembre, que el deportista, entrenador, recopilador, investigador, coleccionista, culto y cronista popular, Arnoldo Bolívar perdió la batalla contra el mal de Parkinson, el cual le ganó el combate final.
Desde algunos años venía quejado de sus males, su salud se fue deteriorando y este jueves respiró por última vez, comenzando su viaje al encuentro del Dios, a descansar en paz.
Hablar de un hombre como Arnoldo Bolívar es ir más allá del atleta que fue en su juventud, o del entrenador deportivo y miembro de las glorias del deporte regional. A este hombre de nobles sentimientos, de una amabilidad excepcional y de gran compromiso lo ubicamos como un ser que supo enaltecer con orgullo el gentilicio del valerano, Arnoldo Bolívar fue, un gran valerano, un cultor popular, un servido social, una persona apasionado por la historia de su ciudad y del deporte, que se dedicó a la investigación y recopilación de miles de historia que iban quedando en el camino, y Arnoldo se propuso a darles el lugar que se merecían, para eso, con mucho empeño y trabajo fue levantando su propio centro de acopio para sus hemeroteca, se convirtió en un cronista popular, parroquiano 100 %, con mucho sentido y responsabilidad sobre lo que hacía.
Conversar con “El Líder” era apasionante, era involucrarse en un mundo en el cual, él con sus singulares descripciones y narraciones las hacía mágicas. Era un gran tipo. Por ser tan buna gente cultivo innumerables amistades. Bolívar fie un colaborador de primera, siempre dispuesto a apoyar cualquier tipo de iniciativas que fuera en pro del bien colectivo, nunca le conocimos de posturas individualista.
Visitar su residencia era como entra a un oasis de la historia local, supo guardar y con mucho celo y cuidado infinidades de documentación, periódicos, revistas, fotografías, artículos, entre muchas otras cosas. Siempre estuvo presto a colaborar con los demás, en facilitar material para cualquier investigación o trajo especiales a los diferentes medios u organismo que se lo solicitaran.
Un tipo de gran sentido del humo
La personalidad de Arnoldo Bolívar se caracterizó a parte de su don de buena gente, por su gran sentido del humor, un ser de sonrisa amplia, no recordamos verlo de mal humor.
Como todos los seres humanos, pudo haber tenido sus defectos, pero estamos seguros que son más las virtudes la que realzan a este gran hombre, un valerano integro, serio y responsable, de profundos valores y principios.
Enamorado de Valera
La ciudad de Valera era para Arnoldo Bolívar su gran amor, vivía apasionado por la historia de la tierra de Mercedes Díaz. Ese amor lo supo plasmar muy bien en diversos artículos que llegó a publicar en los impresos habidos en la ciudad. Historia bien estructuras, con los diversos ámbitos desde la comunidad, lo social, económico, cultural, educativo y por su puesto deportivo, convirtiendo así en otra enciclopedia humanas con la cual ha contado la ciudad de Valera.
Arnoldo Bolívar, se dedicó por muchos años a investigar sobre su ciudad y el deporte de las siete colinas, esa investigaciones las llevaría al papel en sus artículos y también las supo expresas en las distintas oportunidades en que fue requerido como orador de orden de algún acto popular ya fuese cultural o deportivo, como aquel memorable discurso ofrecido el 7 de mayo de 2013 cuando celebraron el Día del Entrenador y Bolívar ofreció una antología con una crónica verbal sobre la historia deportiva regional, ese día los aplausos no se hicieron esperar, sintió de cerca el afecto y cariños de quienes acudieron al llamado para presencia su intervención y honrar a sus colegas entrenadores Esa mañana se mostraba muy emocionado, recordamos que en la Plaza Bolívar luego de la misa de Acción y Gracias en la Iglesia San Juan bautista, nos dijo “Líder” (era su forma de dirigirse a los demás) me siento nervioso por lo que voy a leer, con nosotros estaba Gabriel Montenegro quien le sugirió: “es mejor que no les, hágalo más natural con lo que te vas acorado”, así lo hizo y aquel largo discurso que había preparado se convirtió en una extraordinaria crónica deportiva que cautivo a todos los presente quienes les respondieron con sonoro aplauso.
Toda la vida en Lasso de La Vega
Su vida de joven transcurrió en lo normal de los muchachos de la época, en juegos tradicionales allí en su barriada, urbanización Lasso de La Vega, avenida Los Pinos, donde vivió y murió. Siempre se caracterizó por su gran interés hacia la lectura, le gustaba mucho la investigación, sobre todo la investigación de la historia local.
Solía definirse como una persona sencilla, humilde, amante de las costumbres y tradiciones de su pueblo, de características muy religiosas, con mucho poder de conversación, dicho por demás, agradable, le gustaba hablar con un lenguaje criollito,
El deportista
La otra pasión de Arnoldo Bolívar fue el deporte, su profesión de oficio. De joven practicó el judo, fue entrenador de la disciplina, gremialista y fiel defensor de los derechos de los atletas y de los entrenadores a través del Colegio de Entrenador, jubilados el IND.
El Arnoldo Bolívar deportista se inició en los años 60 bajo la orientación del profesor Luis Loreto Lira, su especialidad era el impuso de bala, la estatura y peso lo ayudaba. El judo le atrajo, y en 1971 comenzaría a practicarlo, abriéndose paso en las distintas competencias habidas en la entidad y fuera de ella.
El estado Olímpico de EL Milagro era el lugar donde llevaba a cabo sus entrenamientos. Nacho Perdomo es quien lo convierte en campeón de judo, cuando en la ciudad de Barquisimeto logra su primer título nacional en el año 1976. Esa victoria lo catapultó a la Selecciona Nacional para los Juegos Bolivarianos en Bolivia en 1977 y los Panamericanos del año siguiente en Puerto Rico.
La actividad del Bolívar judoca se mantuvo hasta principios de la década de los 80. En esa época es requerido como entrenado, Trujillo carecía de entrenadores de judo, en un momento fueron Arnoldo Bolívar y Ellis Vieras los únicos. Ya como entrenador se vincula al Núcleo Universitario Rafael Rangel donde cosechó muchísimo éxitos, por años fue parte del IND de donde salió jubilado, se vio ligado posteriormente como orientador de la Alcaldía de Valera y con la Glorias Deportivas.
Para “El Líder” Arnoldo Bolívar la palabra retiro no existía en su vocabulario, para él el retiro era el día que debía marchase de este mundo. Pues bien, la parca se aprovechó de su estado de salud para ganarle el combate de la vida y retíralo.
Es difícil despedir a una persona tan apreciada y que fue tan útil a nuestra urbe, amigo, un cultor del pueblo. Nos toca despedimos de quien soñaba por ver una Valera más humanizada, por mejoras para el deporte, que labró por dignidad de los atletas, entrenadores y dirigentes.
Arnoldo Bolívar se ha ido de este mundo terrenal, pero dejó muchas casas buenas para ser recordado siempre como, el buen hombre que fue, como excelente ciudadano de esta su amada ciudad de Valera. Hasta siempre “Líder”…