Luego de dos años, esta Semana Santa el chillar de las ruedas de una vieja carrucha rompieron de nuevo el silencio de las calles de San Rafael de Flor de Patria, mientras Armenio Araujo la empujaba para llevar al Judas de una esquina a otra y cumplir con la tradición que ha mantenido por 45 años.
El recorrido que comienza a mitad de semana, lo hace con mucha calma, procurando que todos en la comunidad vean su creación: un muñeco de casi dos metros que mueve los brazos mientras la carrucha avanza. Vestido con una camisa amarilla y un viejo blue jean que cubre su esqueleto de tubos y trapo, soportado sobre unos zapatos negros de vestir que más temprano un vecino le regaló.
Así ha sido siempre, desde que en 1973, cuando Armenio apenas tenía 16 años, se juntó con sus dos amigos Francisco y Alberto, para comenzar la tradición de la quema de Judas en su natal Santa Rosa, en Trujillo Capital.
Allí, estos 3 jóvenes dieron inicio a una tradición que Aremnio ha mantenido viva por 45 años. Cada Semana Santa recogían ropa en la comunidad para fabricar el muñeco y algunas golosinas para compartir con los niños el domingo de resurrección, cuando en medio de juegos tradicionales como, torneo de pelotica de goma, juego de trompo, palo encebado y carreras, se realizaba la quema de Judas.
Antes de la quema que la hacían en el puente de Santa Rosa, Armenio y sus amigos cumplían con la costumbre de pasearlo por todo el pueblo de Trujillo, algunas veces en carro, en burro o como alguna vez lo hicieron, cargado por ellos mismos en su espalda.
Armenio Araujo es el cuarto de 11 hermanos de la familia Araujo Nuñez y es padre de su único hijo llamado Edixon, quien falleció en el 2014. Durante sus 64 años de vida, ha sido un “todologo” pues afirma entre risas haber hecho de todo, aunque la mayoría lo conoce por ser albañil y “loco”, como cuentan que le dicen.
Sí preguntas por él, la mayoría sabe quién es, pues siempre tiene un chiste y desde temprano se levanta para caminar por toda la comunidad, algunos de sus vecinos dicen que lo que él no sabe, no lo sabe otro. Es un hombre solitario, pero que comparte con todos, siempre servicial y amigo de sus vecinos.
Hacer el Judas ha sido para él una excusa que le permite mantener vivas las tradiciones y crear un momento para compartir con su comunidad. En sus quemas nunca faltan los juegos tradicionales venezolanos y el temido testamento que a muchos hace esconderse.
Cuando ya habían pasado 7 años, Fracisco y Alberto decidieron no continuar con la tradición y Armenio la asumió con mucho compromiso. Por 3 años más la realizó en Trujillo, acumulando 10 años a cargo de la quema de Judas. Luego, se mudó a Las Malvinas de Flor de Patria, y con él, la tradición que ya venía desarrollando, fue así, como en esta nueva comunidad quemó 6 Judas y cultivó gratos recuerdos para él y sus vecinos.
“Recuerdo que hacíamos competencias de comida. Hacíamos que las personas se comieran un plato enorme de pasta solo usando la boca y con las manos amarradas a la espalda. Los ganadores siempre se llevaban premios” recuerda entre risas cuando le preguntan.
Luego, por cosas de la vida Armenio se muda una tercera vez y es en la tercera Etapa de San Rafael de Flor de Patria, donde se queda y vuelve parte de la comunidad esta tradición que cada Semana Santa, ya por 29 años, hace que muchos esperen el domingo de resurrección para compartir y ver en llamas al Judas que Armenio fabrica.
“De estos 29 años tengo muchos recuerdos. Los testamentos que a más de uno ponían bravo por lo que les dejaba Judas y el compartir que aquí en mi casa hacemos” cuenta mientras recuerda que este 2022 estuviese celebrando 49 años de tradición si la vida no le hubiese hecho pausarla cuatro años: dos por un accidente que tuvo y otros dos por la pandemia producto del covid-19.
En esta comunidad, fue declarado como Patrimonio Cultural del Municipio Pampán en octubre del 2017, tras recibir una condecoración por la Cámara Municipal de Pampán como mérito a su constancia por todos los años en los que ha promovido las tradiciones de nuestro pueblo.
Este domingo cuando la noche comience a caer, los vecinos se reunirán de nuevo en el estacionamiento frente a su casa, ansiosos por saber que se leerá en el testamento y acompañar a Armenio, porque después de todo, él mantiene esta tradición para ver sonrisas en los niños y llevar un momento a los vecinos, quienes a través de juegos tradicionales se conectan con un sentimiento de venezolanidad en la tradicional quema de Judas.
_______________________
Por Gustavo Bencomo
@gustavoobencomo