¡Que pena con usted, Mercedes Díaz!
Ahora cuando celebramos, si es que se puede llamar celebración de su fundación de la urbe de Mercedes Díaz, queremos reflexionar sobre lo que se llama la Valera de nuestro de nuestros padres y la Valera que nos ha tocado vivir a nosotros.
Valara es una ciudad que antes era organizada, limpia, emprendedora, pero que ahora está quedada, paralizada. Creemos que a Valera le está sucediendo lo que al Macondo de García Márquez: tiene el reloj detenido, pero el reto es ponerlo a funcionar para que ande.
¡Oh pueblo mío!, oh Valera, Valera pujante, progresista de los años pasados, la que impactaba a los visitantes y que los llamaba a quedarse en ella, porque ofrecía una buena infraestructura hotelera, esa ciudad acogedora y moderna se perdió…¿Qué te hemos hecho?
A nuestro entender, esto sucedió porque no se formuló un plan urbanístico con visión futurista verdadera, un ejemplo de eso, es cuando se prolonga la avenida Bolívar, lo que se logra con ella es dividir en dos toletes a la ciudad. Las propuestas de vialidad no generaron un impulso al llamado desarrollo urbano con cierta homogeneidad, para que existiera una distribución de la ciudad más equitativa, organizada y planificada.
Por otro lado, no es posible que aun Valera se nutra de acueducto que tiene más de 80 años y está totalmente colapsado y no ha sido posible por ninguna vía la construcción de uno nuevo y que se torne tan necesario como vital.
El desorden y anarquía en la ciudad es vergonzoso. Por ejemplo cuando se llega a una casa y la observamos desordenada, sucia, harapienta da cuenta de quienes viven ahí. Da cuenta de la calidad humana de quienes viven en esa casa. Lo mismo sucede con una ciudad. Si es una ciudad sin parques, sucia, anarquizada, donde no hay control, quiere decir que algo está pasando con quienes tienen la responsabilidad de cuidar esa gran casa que es la ciudad, que es el municipio.
Por eso pensamos que para quienes sentimos que el municipio, la ciudad, es una responsabilidad de todos, es vergonzante lo que se vive hoy día porque da cuenta de la calidad o falta de calidad humana de quienes le han gobernado.
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