Aquella muchachada de Yaracuy | Por Francisco Graterol Vargas

 

Graterol Vargas.- Pedro Linstuy fue un afamado instructor de béisbol que envió la Federación de ese deporte a entrenar al equipo de Trujillo que se alistaba para viajar al Campeonato Nacional en agosto del año 1968 del siglo pasado. Un hombre de rango. Conocedor de la materia.

“Ustedes tienen un buen equipo. El pitcheo, la defensa y el ataque  están muy parejos. Quizás les falta un poco más de preparación”.

Esas palabras del entrenador nacional todavía me suenan a mis oídos. Las escuché en una charla que nos dio a mediados de junio en el estadio del barrio El Milagro.(Todavía no había sido bautizado como Mario Urdaneta Araujo).

Muchos nos miramos a los ojos. Nunca llegamos a imaginar que éramos así  de “buen equipo” hasta que un mes más tarde realizamos  lo que para este servidor ha sido una de las hazañas del béisbol regional. Clasificar a un play off de la categoría juvenil.  En el 65 también Trujillo con Gromer “Pelón”  Ramos y Rafael “Lito” Pérez entre otros entró a una final de esta categoría. Más nunca se ha registrado tal proeza con muchachos de nuestros barrios. Hace tres o  cuatro años un conjunto de cuasi profesionales con integrantes de una academia que funcionaba en el Polideportivo Senior peleó el título. La mayoría no eran nativos de Trujillo. Los dirigía el cubano Mario Trujillo, ahora en Colombia y entre los peloteros mi vecino en La Arboleda, Luis “El Chivo” Vilchez, nieto del viejo calichero del mismo nombre.

Antes de viajar a Yaracuy sostuvimos un par de juegos con el Zulia, siempre potencia en la pelota criolla. Dividimos honores.  Linstuy junto a Mariano Quintero, manager y los coach,Rafael “La Coca” Abreu y Cornelio Bastidas, todos ya fallecidos hicieron ahí el corte y a viajar con la frente en alto. El Zulia trajo a una joya como prospecto. Un lanzador de nombre José Ferrer quien no asistiría a tierra de María Lionza. Murió ahogado en una piscina. Me tocó ser primer bate contra el veloz serpentinero en el segundo juego y un par de líneas aseguraron mi permanencia en la selección.

LLEGAMOS A YARACUY

Trujillo inauguró el evento. Siempre a la sede le ponen la más “papaya”. Isaías Soteldo, rayando las 95 millas nos ganó 5 carreras por 3. Félix “El Biaggi” Rivas quien no se quedaba atrás a la hora de enviar las serpentinas para la goma fue el perdedor.”Biaggy” cuando no lanzaba era el campo corto. Ese partido el shor stop lo ocupó Hugo “Guasamara “Carrero, hoy flamante industrial de la carne con establecimiento frente a la Plaza San Pedro.

Después “La papayita” se puso dura en la ronda eliminatoria. Ganamos el segundo juego a Portuguesa 2 a 0 con Hemeregildo Terán, un muchacho de Trujillo, que era tremendo prospectazo tirando la blanqueada y de paso decidió con su bate. Se mató en una moto a finales de ese año cerca del estadio “Humberto González Albano”.

Llegó la segunda victoria. Esta vez la víctima resultó Falcón. 5 por 2. Antonio Rodríguez, venció a José Piña, un escopetero de la Selección Nacional. En el séptimo innings estábamos empatados pero Arturo Terán, un zurdo de Trujillo, Carlos “Cachupín”  Avila, Segundo “El gato “Albornoz y Armando Lozada, desentrabaron el  cotejo con batazos a tierra de nadie.

Tropezamos con Distrito Federal 3 a 0. Las tres rayitas en el noveno. Un zurdo de apellido Garcés,” Raquelita” se tuteó con los capitalinos. Tenías sus mañas. Nidio Sirit fue el verdugo. Un zurdo guardando la distancia y la categoría como Johan Santana. Contra esta ganga sacaron de emergente a “Chalo” Estrada en su único turno en el nacional y solo vio centellas pasar a su lado mientras le cantaban el tercer strike. Y aseguramos el pase a la final doblegando a Cojedes, 7 por 4 con Rafael Escobar, Jorge“El Sapo” Medina y este servidor con tablas a tierra de nadie  en el octavo episodio, le pusimos nombre  y apellido a este match.

LLEGAMOS AL PLAY OFF

Sucre era el macho. Bicampeón nacional. Puros cuarto bates y pitcheo de primera. Ese fue el sorteo. En el noveno episodio “La papaya andina” daba la sorpresa. Arriba 4 carreras por 3. “El Biaggy” mostraba su clase con las serpentinas.  Ese partido me marcó para siempre. Jugaba el  jardín derecho con el “Gato” Albornoz a mi lado en el center. Desde infantil eramos compañeros en las praderas exteriores en Los Criollos y en Lanceros. Mariano, me mandó al dogaut. No le gustaba mi fildeo “aparatoso”. Sorpresivamente prefirió a “Raquelita” Garcés, un pitcher que  ni en los entrenamientos fue utilizado como jardinero para sustituirme. Dos outs en la pizarra  y  hombre en segunda. Flay al rayfil y al maracucho de nacimiento se le escurrió el batazo. Juego empatado. “A “Cepillo” no se le caía ese flay se lo comía con los dientes” gritaba mientras volvía al dogaut  bien bravo, Albornoz.Lo peor estaba por venir. En el décimo, “Raquelita” midió mal una línea por sus lares anclando en primera la que a la postre  fue la de la derrota 5 por 4. El gozo se fue al pozo.

Esa victoria dejó con vida a Sucre. Ese año el evento no concluyó  en Yaracuy por lluvia. Los orientales viajaron a Maracaibo  y ahí ganaron el tercer campeonato seguido.

HASTA AQUÍ NOS TRAJO EL RIO

Segundo choque contra otro de los finalistas en tierra del sol amada. Zulia. Y siguen las sorpresas con  Mariano y el zurdo Garcés. Era el abridor pese a que lo recalcó una y otra vez. “No me pongan a lanzar contra los paisanos”. Su sangre maracucha no lo dejaba quieto.  En el primer innings le hicieron 4 carreras. Estaba poniendo la bola.  El zurdo José Rendón, un mozalbete de Carvajal vino al relevo y en 8 entradas y un tercio no le hicieron carreras, 14 ponches y un par de “podridos”. Fue todo. Era la primera presentación de Rendón en el nacional.

Cerrando  ese capítulo el “Cachupín” Avila y el zurdo Arturo Terán fueron remolcados para la goma con dantesco jonrón de Albornoz. 4 a 3. Para mala suerte la pizarra no se movió.

Dos derrotas que pudieron haber sido lauros positivos y el camino a una final venciendo a los colosos, Sucre y Zulia.

Falcón se desquita con nosotros 6 a 4 con José Piña en plan grande.  Nos despedimos en el juego de las sorpresas. Monagas y Trujillo. No estaban en los cálculos de nadie. “El Burro”  le dio la responsabilidad a Cornelio Bastidas de dirigir ese juego. “ A ver si tienes mejor suerte” . Salvamos la honrilla 7 por 5 con un line up donde “El Cepillo” de primer bate  ligó de 5-3, y tres bases robadas, además de anotar 3 y fletar 2.

Años más tarde, Pompeyo Davalillo de una memoria prodigiosa, cuando era el timonel de Proletarios me confesó que fue el manager de Monagas. Se echó a reír al recordar a un pelotero que corría mucho y tenía los pantalones bien anchos. Parecía un globo robando bases. El público gozó de lo lindo. Se le pusieron lo ojos bien grandes cuando le dije que ese era yo. Ja.ja.

¿Tu sabes quien era el catcher de Monagas? Me preguntó. El mismo me responde. Marcano Trillo. Más tarde sería la gran segunda base que brilló y fue estrella en las Grandes Ligas..

Rafael Pinto, director del recordado semanario “El Tubazo” era el jefe de la delegación. Esteban “Anakoko” Rojas, delegado,  Mariano, manager. “La Coca” Abreu y Bastidas, coach. “El Chivo” Lozada, 3b, campo corto, Rivas y “Guasamara” Carrero, Avila en la segunda base y Arturo Terán, en la primera almohadilla. Manuel Maldonado, un maestro y quien tuvo mucho que ver con la actuación del pitcheo de Trujillo, receptor de todos los días.  En el jardín izquierdo, “El Sapo” Medina, center, Albornoz y Rafael Escobar en el JD como regulares. El zurdo Escobar se fue diluyendo con el madero y el hijo de Daría y José La Rosa fue ganando  entradas de juego. Por ahí quedaban en la banca, Gonzalo “Chalo” Estrada y un muchacho oriental  Hugo Briceño. Si la memoria no me traiciona.

EL GATO ERA TERRIBLE

Trujillo fue albergado en una escuela granja. Un fantasma nos tenía aterrorizado. Salía todas las noches con sus gritos de espanto. Finalmente el fantasma se descubrió. Era el terrible “Gato” Abornoz. Se ponía una sabana blanca para dar sus correrías por la institución. Una vez amarró mientras dormía a Mariano en una pierna, quien al despertarse se fue de cabeza. Dios lo tenga en la gloria, Albornoz se marchó a los prados del señor muy joven. Fildeaba como los ángeles. Uno de los mejores en la historia de Trujillo.

Trujillo ganó un campeonato en infantil en el estado Falcón en 1961 con Florencio Monreal de gigante en el montículo  y en el “Mario Urdaneta Araujo”, un título en clase A  pero nos queda la satisfacción  de que a más de 50 años de esa gesta ninguna otra selección ha ido tan lejos  como en Yaracuy 68.

 

 

 

 

 

Salir de la versión móvil