Dos hombres que intentaron vender, en horas de la noche del pasado lunes, un teléfono celular, perteneciente a la policía del estado Táchira y asignado a uno de los cuadrantes de seguridad, de la población de Queniquea, fueron aprehendidos por funcionarios de la referida institución, mediante una operación de compra venta, controladas por las mismas autoridades.
Dijo el informante que hace tres meses, el teléfono celular correspondiente a uno de los cuadrantes de Queniquea, desapareció del puesto policial, desde donde fue hurtado por personas desconocidas. La desaparición del aparato fue notificada sin mayores espavientos, a funcionarios de la División de Inteligencia y Estrategias Policiales, que de inmediato se abocaron a las investigaciones.
Transcurrieron tras meses sin que se lograra obtener algún tipo de información sobre el aparato, ya que el mismo fue apagado inmediatamente, para evitar que pudiera ser rastreado. El día domingo se pudo detectar la activación del mismo y se supo que esto obedecía, a que el aparato había sido puesto en venta, y era el número de referencia para contactar con el vendedor, que lo ofrecía como un celular marca Orinoquia, modelo Y221, casi nuevo y en perfectas condiciones.
Cuando los funcionarios que el teléfono coincida en todas sus partes con el celular hurtado, establecieron contacto con el vendedor, a los efectos de que este estableciera un lugar para verlo y negociar. El hombre cito a al comprador a las ocho de la noche del lunes, en la parte posterior del Hospital Central, en la esquina de la estación de servicio de la Unidad Vecinal. No obstante, nadie contacto el comprador, que esperaba. Otros funcionarios se percataron que un hombre, de manera sospechosa estaba recorriendo la zona y procedieron a detenerlo para practicarle un cacheo y le encontraron entre sus ropas, el celular en cuestión.
Conto más adelante el funcionario, que cuando sujeto era entrevistado para conocer como había obtenido el aparato, se hizo presente un segundo sujeto, que no solo cuestionaba el procedimiento policial, sino que exigía la devolución inmediata del aparato, ya que era de su propiedad, pero no presento ningún documento que así lo probara ni, pudo explicar la procedencia del mismo. Ya a esas alturas se tenían clara la situación y se sabía, que el equipo, con su número de serial, aparecía incluido en el registro de bienes muebles de la policía estadal.
Ahora solo falta establecer como ocurrió el hurto en el puesto policial y la identidad del responsable, dijo finalmente el informante.