París, 25 abr (EFE).- Francia, uno de los países más afectados por la covid con 100.000 muertos y 5,4 millones de infectados, inicia este lunes su desconfinamiento gradual con el regreso presencial de 6,6 millones de alumnos de preescolar y primaria, ausentes de las aulas durante las últimas tres semanas.
El Gobierno francés cumplirá así la primera etapa de su calendario de apertura «prudente y progresiva», como la definió el primer ministro, Jean Castex, quien no quiere que el país repita el mismo error de mediados de 2020, cuando dejó el primer confinamiento prácticamente de golpe.
Desde entones, Francia tuvo que cerrarse otras dos veces: en noviembre de 2020 y en abril de 2021.
De este modo, a partir del lunes 3 de mayo, los casi 5,7 millones de alumnos de secundaria retomarán también su actividad presencial, aunque con las clases a la mitad de su capacidad.
Para el resto de áreas, como la de los comercios no esenciales (bares y terrazas, entre ellas) y las culturales, el Gobierno pretende iniciar su abertura a mediados de mayo, aunque aguardará la evolución de la pandemia para confirmar el calendario.
El Ejecutivo, que presume de ser uno de los que más tiempo ha dejado las escuelas funcionando presencialmente desde el inicio de la pandemia, prepara una serie de medidas para evitar que los 44.000 colegios de primaria y preescolar, que han estado cerrados durante tres semanas, se conviertan en focos de covid.
El ministerio de Educación encargó 400.000 test de saliva para el alumnado de las zonas más golpeada por el virus. Este tipo de prueba está considerada como menos molesta para los más pequeños, pues no se introduce ninguna varita en sus fosas nasales y conserva una alta tasa de fiabilidad.
Para los alumnos de más edad y el profesorado, el ministerio ha pedido unos 46 millones de autotest, que, para la población general, empezaron a venderse en las farmacias francesas desde hace dos semanas.
Junto a la recomendación de celebrar clases al aire libre cuando sea posible, Educación mantiene su línea firme sobre los positivos: si se detecta un solo alumno infectado, la clase en cuestión se cierra temporalmente (a inicios de año había que registrar tres) y los alumnos se quedarán en sus casas una semana.
El mantenimiento de esta medida ha satisfecho a los sindicatos de profesores, que han pedido al Gobierno una extensión de los beneficiarios de las vacunas, pues, hasta el momento, solo tienen acceso a ellas los docentes con 55 años o más.
Aunque Francia continúa con una alta tasa de incidencia (320 cada 100.000 habitantes) y tiene aún los hospitales saturados, el Gobierno de Emmanuel Macron apuesta en el ritmo de vacunación para frenar la epidemia de manera sostenible.
Más del 20 % de la población adulta ya ha recibido al menos de una dosis y un poco más del 8 % las dos necesarias.
Desde este sábado, además, se inició la administración al público prioritario de la vacuna de Jonhson & Johnson, la cuarta autorizada en Francia junto a las de Pfizer, Moderna y AstraZeneca.