Antonio «Toñito» Valero: «El trabajo honesto ha sido mi bandera de vida»

Nuestro personaje de esta oportunidad es uno de los más conocidos comerciantes y hombre público de los últimos 40 años. Viene de una familia honesta y laboriosa encabezada por su patriarca, el recordado y archiconocido "Toño" Valero padre.

Antonio "Toñito" Valero, uno de los personajes valeranos mas queridos.

 

Gabriel Montenegro.

Nuestro protagonista de esta oportunidad en DLA, es uno de los ciudadanos valeranos más conocidos en todos los ámbitos, no porque haya tenido influencia alguna para su muy bien ganada fama, sino por haber heredado de sus padres las aptitudes como ciudadano ejemplar, la receptividad, cordialidad y atención.

Muchos de quienes ya pasamos una edad considerada la ideal para el retiro honroso, tuvimos la suerte de conocer en vida al señor Antonio «Toño» Valero, hombre conocido por comerciantes, parroquianos, productores del campo y hasta políticos de alta factura, una persona polifacética.
Pero ese arraigo de Antonio Valero padre, hubo de verse reflejado en sus cuatro hijos, a la sazón Néstor, el mayor, Gustavo, otro Valero muy famoso a quien apodábamos de forma cariñosa «La Pigua» y Nelson, estos dos últimos ya fallecidos.

Pero de los cuatro «retoños» de la familia, quien mayor heredaría no solo los rasgos físicos y el parecido del nativo de Mendoza Fría, «Don Toñito», sino su indomable afán por el trabajo fue su menor vástago, Antonio Valero junior.

Su padre el recordado precursor familiar Toñito Valero y su mamá Yolanda Valero de Valero.

 

Digno heredero del esfuerzo y sacrificio

Antonio Valero junior, nació el 24 de mayo de 1956, hijo también de la señora Yolanda Valero de Valero, mujer de profunda fe religiosa, llegada del estado Yaracuy, específicamente Aroa, venezolanista, pintora, amante acérrima de su hogar y sincera hasta más no poder con quienes consideraba sus amigos y los de su marido.

Antonio hijo nos narra: «Soy el menor de 4 hermanos, Néstor, Gustavo (La Pigua) y Nelson.  Me casé con mi actual esposa María Alejandra Briceño y tenemos una hija, que lleva por nombre Yolanda, en honor a su abuela.

Dios también nos ha regalado una bella nieta, de nombre Ysabella».

Toñito nos cuenta también, que de muy joven cursó estudios en la escuela «Eloísa Fonseca».
Al iniciar el bachillerato me gradué en el liceo «Pedro García Leal» saliendo de inmediato a buscar nuevos derroteros rumbo como muchos andinos a la ciudad de Caracas.

Como te fue en la gran capital?

– Viajé a Caracas donde me gradué como Analista de Mercadeo y Publicidad. Posteriormente hice estudios técnicos en Administración de Empresas, Recursos Humanos, Mantenimiento Industrial, Relaciones Públicas, además de estudio e interpretación de estados financieros, contabilidad entre otros, esto para barajar opciones de trabajo exigentes para la época.

A través de esa acuciocidad y de haber tenido experiencias en varias facetas, logró Antonio la distribución de cigarrillos marca «Dakota» y «Chester», producidos por una nueva tabacalera que intentaba competir con Biggot y Cavetana, que dominaban el mercado con sus marcas Astor, Belmont, Lucky Strike, Malboro, Viceroy, entre otros.

Su familia con María Alejandra Briceño es el tesoro más preciado que posee.

 

El mundo cervecero

Al ver que la venta de la espumosa se hizo muy popular en Venezuela, especialmente en los años 70, trabajó como vendedor de la cerveza «Zulia» y luego pasó a supervisor de ventas.

-» Mi inquietud no se detiene y en los inicios de los 80 laboro como supervisor nacional de ventas en Kellogg’s de Venezuela.

-De allí, no me imaginaria que mi vida daría un giro muy imprevisto al mundo de los restaurantes.

En primer lugar, ya establecido en Trujillo lancé mi primer reto del ramo y alquilo el negocio denominado «Fuente de soda San Isidro», donde se compartía trabajo con una especie de discoteca llamada «El Rincón de los Recuerdos», negocio muy bueno. luego estuve al frente de «El Trapiche», y el archifamoso «Gianni» .

Toño también tuvo bajo su dirección la Tasca del Colegio de Periodistas, compró el «Jardín de las Acacias» y el Restaurant ‘Da Noi». En este interín de opciones y multifacético trabajó con empresas Polar como supervisor de Ventas y luego gerente de la Sucursal de Polar en Zona Baja.

» Soy designado gerente de Venezolana de Gas (Vengas) en el estado Trujillo, cargo que desempeñé por 10 años. Al salir de esa empresa, adquirí el Restaurant «Da Noi», el cual hube de vender por la grave situación país.

La dinastía Valero, de su parte, es por ahora femenina, con su hija Yolanda y su nieta Isabella.

 

El humor nunca le falta

Toño nos cuenta, que en uno de sus negocios, para ser más exactos el Restaurant y Tasca Gianni por allá en los años setenta, un matrimonio que estaba celebrando y estuvo compartiendo toda la noche hasta las cinco de la madrugada, por lo que tuvo que esperar a que decidieran irse.

«Muy agitado cerré el negocio y me fui a descansar para dormir algo».

Como a las siete de la mañana recibo la llamada de una persona desconocida preguntando a qué hora abriría el local? Le contesté que abriríamos a eso de las 11:00 am.

«La persona hizo una pausa y luego me revela que al salir del baño del negocio notó que todos se habían ido y él se quedó encerrado porque además se había quedado dormido sentado en la poceta del baño». Por supuesto este chiste es viejo pero confieso que a mí me ocurrió eso.

Otra anécdota del buen humor, sucedió en la ocasión en que nuestro protagonista gerenciaba el bar-restaurante y lunchería «Jardín de las Acacias».

– » A mi negocio llegaban clientes de otros establecimientos cercanos a desayunar en horas de la mañana. Uno de ellos acudía religiosamente y solo se comía dos pastelitos, con la particularidad que además consumía la taza completa de picante (Ají), que no falta en los restaurantes trujillanos para toda la clientela .

El sujeto, quien era trabajador de la empresa CANTV, me tenía quebrado con el picante y no le dejaba a los otros clientes.

Junto a otro de mis mesoneros, nos ingeniamos la idea de darle una lección para que se le quitaran las ganas de comer picante de esa manera tan bárbara. Un día preparamos una taza con chirere molido del más picante, ají de bachaco que me trajeron de Oriente, salsa Tabasco, pimienta negra de la más picante y ají jalapeño mexicano, sin faltar el «mongo» y «jobito». Eso quedó como una bomba y hasta el olor nos ponía picante todo.

Cuando el hombre llegó al otro día y pidió sus pastelitos con picante, le pusimos como siempre la taza y esperamos su reacción, aguardando saliera corriendo para el baño, vomitara o se fuera del local a toda prisa.

El hombre se comió los pastelitos y les vació la taza de picante, haciendo pausa unos minutos para saborearse tranquilamente los labios …el muérgano lejos de arrugar la cara, exclamó contento y feliz..! Caramba, por fin prepararon aquí un picante bueno…como a mí me gusta!.. por supuesto nos dejó locos y frustrados.

Amigos de siempre

No deja Toño de reconocer a varios de sus más cercanos amigos, entre ellos Luis Pérez «El Abuelo», Vinicio García, Miguel Terán, Pedro Viloria, Elvys Vielma, Óscar Mejía, Néstor Valero, los hermanos Abreu y León, Elías Rad, Tomás Semprun, Hector Emilio Moreno, Alfonso Moreno, Ismar Adrián, además de muchos con quienes ha compartido cuitas y alguna espumosa bien fría, en sábado tardes y noches de buena tertulia.

Y ahora qué haces para enfrentar está crisis socioeconómica?

En la actualidad administro el Hotel «Albergue Turístico».

– «De mí, como ciudadano normal y ser humano, puedo comentar y me considero una persona cumplidora de sus obligaciones; trato de ser buen amigo, honrado, eso sí, demócrata total, lucho contra las injusticias y los abusos de poder.

Actualmente regenta el Albergue Turístico, esperando retornen los tiempos buenos.

 

La política sana le llama la atención

Me di cuenta que las personas de la sociedad civil debemos incorporarnos en la política, pues esos espacios deben ser ocupados por caras nuevas con ideas frescas e innovadoras. Si no participamos cómo podemos lograr un cambio? Si me propone un grupo serio, aceptaría trabajar porque tengo buenas ideas de desarrollo, todo logrado con base a mis experiencias propias.

Me gusta mucho la buena música, reír, contar chistes, compartir con amigos y no me complace para nada la soledad, solo cuando quiero descansar.

«Creo en Dios por sobre todo en el mundo.

Mi consejo es que todo lo que queramos lograr podemos hacerlo, caminemos lento pero seguro hacia la meta deseada. Siempre lleva a Dios a tu lado en cada paso que des en tu vida».

Nos despedimos de Toñito Valero y les recomendamos que lo visiten en el Albergue Turístico, donde se respira otro ambiente, el de la fraternidad, el respeto y la buena atención, que pocos como él lo hacen.

 

 

 

 

 

 

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