“Antes llegaba tanta gente a esta casa, ministros y demás, pero todos nos han olvidado»

“Antes llegaba tanta gente, ministros y demás, pero todos nos han olvidado», cuenta el  anciano próximo a cumplir 80 años, con la mirada puesta en el infinito y un tono de nostalgia que no permite que le quiebre la voz.

Atrás quedaron los años de gloria de la que fue una de las mejores casas de la tierra del sabio Rafael Rangel, vivienda que vio desfilar por sus pisos a personalidades como José Vicente Rangel, Pietro Figueroa y Calderón Berti, pero que ahora se pierde entre el moho y el polvo, mientras poco a poco se cae pedazos.

Aún así todavía sirve de morada de quien fue alcalde de Betijoque entre 1990 a 1993, Ángel Mario Rojas, junto a su esposa también cercana a los 80 años, y dos hijos de 48 y 55 años, a quien la vida y distintas condiciones médicas los confinó a la discapacidad mental.

Con una nevera vacía que dejó de funcionar hace algunos años, un microondas que se fundió, una cocina oxidada, un espiral eléctrica en pedazos, sin agua desde hace 20 días y con más de un año sin recibir gas domestico, los cuatro sobreviven con una pensión de jubilación de un millón 200 mil bolívares y una pensión social de un millón 200 mil más que a duras penas les alcanza para comprar harina o arroz “para medio comer”.

El hombre que en 1964 fundó el primer sindicato de trabajadores de Betijoque, y llegó incluso a realizar cursos en EE.UU auspiciados por la CTV, hoy además sufre una colostomía desde hace cinco años tras una obstrucción digestiva, “por miles de cosas que venían pasando en el Hupec, con los años, nunca me hicieron la intervención para volver a acomodar la vía digestiva a su lugar”.

El olor a orines por ratos inunda la casa ante la falta de agua y la imposibilidad de guardar el vital líquido cuando hace su aparición de vez en cuando por las tuberías, “no tenemos ni como lavar la ropa, algunas veces la he lavado con pura agua, porque si compramos jabón, no comemos aunque sea puro arroz”, remata la señora con los ojitos aguarapados.

Conocidos del señor Rojas nos contactaron para reseñar esta historia en consideración de los trabajos que se han venido realizando desde esta casa editorial, por lo que una vez más apelamos a la buena voluntad de nuestros usuarios y todo aquel se me motive a ayudar a estos abuelos. Cualquier aporte pueden comunicarse al 0271-6630697 o al 0426-9248597 con Jean Carlos Rojas.

Yoerli Viloria

yoerliviloriaduque@gmail.com

Gráficas: Alexander «Chaparro» González

 

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