• Trujillo
  • Táchira
  • Mérida
  • Andes Legales
  • Revista Andina
viernes, 11 julio 2025
Diario de Los Andes
  • Inicio
  • Actualidad
    • Entretenimiento
    • Bienestar
  • Deportes
  • Economía
  • Mundo
  • Opinión
    • Sentido de Historia
  • Política
  • Sucesos
  • Trujillo
    • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Revista Andina
No Resultados
Ver todos los resultados
  • Inicio
  • Actualidad
    • Entretenimiento
    • Bienestar
  • Deportes
  • Economía
  • Mundo
  • Opinión
    • Sentido de Historia
  • Política
  • Sucesos
  • Trujillo
    • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Revista Andina
No Resultados
Ver todos los resultados
Diario de Los Andes

No Resultados
Ver todos los resultados
Inicio Opinión

Ante la masacre de Valencia

por Baltazar Porras Cardoso
09/04/2018
Reading Time: 3 mins read
Compartir en FacebookCompartir en TwitterComparteComparte

Señalan los expertos que el respeto a los derechos humanos de una sociedad se mide por el estado de las cárceles y por la sensibilidad de la misma sociedad ante la realidad penitenciaria. El miércoles santo, día emblemático por la devoción al Nazareno, perdieron la vida un número considerable de personas recluidas en una comisaría policial, no en una cárcel, en la ciudad de Valencia. Llama la atención, en primer lugar, lo escaso, tardado y confuso de la información. En segundo lugar, hay que preguntarse si ante un motín o revuelta la manera de sofocarlo es permitir o coadyuvar a que se produzca literalmente una masacre de decenas de personas. En qué condiciones estaban, qué motivó el que se produjera un hecho que a primera vista, según los informantes se debe al hacinamiento, las condiciones infrahumanas, el hambre, etcétera, de los recluidos.

No podemos quedar impasibles ante hechos como éste, que en tiempos cercanos se han producido en otros centros de reclusión del país. Los testimonios que a diario llegan a las puertas de las iglesias pidiendo ayuda para sus seres queridos sometidos a una tortura inhumana, son numerosos. Duele más que no sólo es un reclamo a las autoridades sino también a los familiares de algunos de ellos que se desentienden, por las razones que sean, de sus seres queridos. No podemos dejar que la insensibilidad se apodere de nuestros espíritus y que esta horrible realidad de nuestras cárceles no nos afecte. Si perdemos un mínimo el norte de lo que significa cuidar la vida, no sólo la propia o de los seres cercanos, sino la de cualquier ciudadano, vamos por un despeñadero, en el que de verdad, la vida no vale nada. Y como no se trata de la mía, pues menos aún de la de aquellos que no me interesan.

Ante todo ello se impone la pregunta ¿qué hacer?, y la respuesta más sensata es que debemos ganar músculo ético para que se puedan evitar esas cosas. “Para ganar músculo ético es necesario quererlo y entrenarse, como el deportista que intenta día a día mantenerse en forma para intentar ganar limpiamente. Con eso no se solucionarán todos los problemas, pero sí que estaríamos mucho mejor preparados para buscar en serio soluciones con altura humana y para ponerlas en marcha” (Adela Cortina).

No podemos perder los valores que le han dado lustre al gentilicio venezolano: la acogida, el perdón, la búsqueda de solución rápida a cualquier tipo de conflicto sin pisotear los derechos de los demás. Nos están acostumbrando a que quien tiene la fuerza y el poder, tiene ancha autopista para obrar impunemente. Esta postura lo único que genera es una mayor injusticia e inequidad. Todo preso tiene las mismas prerrogativas y derechos de cualquier ciudadano, y por ello, la reclusión que es la negación de uno de esos derechos, debe solucionarse de forma más expedita.

No nos acostumbremos a la injusticia, no cohonestemos conductas que pisotean a los más débiles o desasistidos de la sociedad. No hay justicia posible sin un equilibrio humano, misericordioso, samaritano, para que quien ha delinquido, si es el caso, pueda reintegrarse sanamente a la sociedad. De lo contrario, nuestras cárceles son antros de perdición y escuela de resentimientos y odios que no conducen sino a la violencia y a la muerte. Todos tenemos derecho a una vida plena y digna, y es tarea de todos construirla.

Lea también

El Mundo Actual:  El Poder de la Alquimia Sanadora Interior el regreso del indígena que todos llevamos por dentro en el corazón de todos !

¿Y TODAVÍA NO NOS DAMOS CUENTA? ¿»Plagas Bíblicas» o «Señales para una Imperativa Purificación y Evolución?»

11/07/2025
Cartas |  Lectura amante (II)  | Por: Juancho José Barreto González

Cartas | A Francisco Prada Barazarte

11/07/2025
‘LA FIESTA DEL CHIVO’ DE MARIO VARGAS LLOSA | Por: Ernesto Rodríguez

LA EVOLUCIÓN DEL ALTRUISMO Y EL EGOÍSMO | Por: Ernesto Rodríguez

11/07/2025
Desde el conuco  |  Reflexiones en voz alta a UNACAFEV | Por: Toribio Azuaje

Desde el conuco | Los ríos tienen memoria | Por: Toribio Azuaje

10/07/2025
Tags: Opinión
Siguiente
La verdad de la mentira

La verdad de la mentira

Publicidad

Última hora

Iglesia aboga por el diálogo para llegar a acuerdos pese a distintas ideologías

Fe y Tradición: Invitan a la XXXIX cabalgata en honor a la Virgen del Carmen

Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología dio inicio a su agenda legislativa en Mérida

Trujillo capital | Arranca campaña electoral municipal con dos marchas simultáneas por parte del oficialismo

Domingo 13JUL: Semifinales del Fútbol Súper Máster en el Club Italven

Publicidad

Diario de Los Andes

Ediciones

  • Trujillo
  • Táchira
  • Mérida
  • Andes Legales
  • Revista Andina

Síguenos

Welcome Back!

Login to your account below

Forgotten Password?

Retrieve your password

Please enter your username or email address to reset your password.

Log In
No Resultados
Ver todos los resultados
  • Trujillo
  • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Inicio
  • Actualidad
  • Entretenimiento
  • Bienestar
  • Política
  • Deportes
  • Sucesos
  • Mundo
  • Opinión
  • Sentido de historia
  • Economía
  • Revista Andina
  • Andes Legales