Por Luis Jugo Burguera
Ante la amenaza socio-ambiental 2021-2030: Desde final de la prehistoria comienzo de la historia, con la escritura sobre piedra de las leyes de Hammurabi, rey de Babilonia quien conquistó y reinó en Mesopotamia 1795-1750 a.C., se reseñan en la vida humana conflictos de guerra entre los pueblos, hasta la 2ª guerra mundial que terminó por la explosión de dos bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, el 6 y 9 de agosto de 1945, por estos días hace 76 años. Por la paz del mundo el 26 de junio, 50 naciones habían firmado la Carta de unas Naciones Unidas, que con Polonia como 51° firmante entró en vigor el 24 de septiembre con la Asamblea General de sus miembros y un Consejo de Seguridad integrado por cinco miembros permanentes “vencedores” de la guerra mundial: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas más China, que estaba en guerra civil al iniciarse el conflicto el cual detuvo para enfrentar el imperialismo japonés que se rindió, por lo que reiniciaron su lucha civil que culminó en 1949 con la revolución maoista. En Occidente el inicio de la era de paz se ensombreció por la confrontación de sistemas económicos entre EEUU y la URSS, que los lleva a luchar por la hegemonía política a través de una costosa carrera armamentista en la cual los soviéticos en 1949 explotaron su primera bomba nuclear el 22 de agosto 1949.
Larga y compleja es la historia de guerras hasta marzo 2021, con desigualdades socio-económicas dentro y fuera de los países, desde los 60 crisis ambiental y demográfica, de urbanismo, afectación de ecosistemas y el ambiente, crisis educacional y universitaria, fracaso en 1977 para instaurar un sistema económico mundial más justo, deuda externa en un proceso donde los países de la ONU pasan a ser 145 en 1964, 149 en 1977, 179 en 1992 hasta estabilizarse en 193 en 2011, con un Estado observador: el Vaticano. Un jurado me encarga la misión de desgranar esa historia en función prospectiva por la paz 2021-2030 con un encargo de extensión: vislumbrar desde lo local el resurgimiento de Venezuela.
En 1990 el Programa para el desarrollo de los pueblos de Naciones Unidas adoptó un Índice de Desarrollo Humano distinto al que medía la evolución de los países sólo en términos económicos. Y en la 2ª Cumbre de la Tierra “Medio Ambiente y Desarrollo” 1992 la ONU adoptó el “desarrollo sostenible” como el reto intergeneracional permanente “que satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades”, lo cual implica para nosotros sumar “generaciones de relevo”.
En los Andes venezolanos tenemos tres Estados en una subregión entre Llanos y Lago, con una ULA regional que ha adoptado status de universidad ambiental lo cual implica actuar con las universidades locales y regionales por el desarrollo sostenible. Este trabajo ya empezó en la búsqueda de hacer el primer municipio sostenible, una experiencia piloto aplicable en los demás, sobre lo cual explicaremos en el siguiente artículo. La esperanza es lo último que se pierde. Ljb.
Tesista ULA 2021-2024.
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