Desde mucho antes de ser decretada la pandemia por coronavirus, trabajadores de la Dirección de Asuntos estudiantiles, de la Universidad de Los Andes, han denunciado ante las autoridades, los problemas y carencias en la infraestructura de la sede de esa dependencia universitaria.
Filtraciones, falta de iluminación, telefonía e internet, equipos obsoletos, falta de material para oficina, desde papel, tóner y/o cintas para las antiquísimas impresoras, entre otras, así como el constante colapso de las aguas servidas y pluviales dentro de la sede, conocidos por las autoridades desde hace varios años, afectan el correcto funcionamiento de la dependencia.
Hace poco, gracias al apoyo de la Dirección de Ingeniería y Mantenimiento, se logró la impermeabilización del techo, sin embargo, el daño de las aguas servidas, parece no tener remedio, siendo una constante, al llegar especialmente los días lunes a trabajar, encontrar los baños desbordados, por las lluvias del fin de semana, afectando gran parte del servicio, siendo imposible trabajar en estas condiciones insalubres, a pesar de los esfuerzos de nuestro personal de mantenimiento, explicó Marcos Pino, director de Asuntos Estudiantiles.
La humedad, hongos en las paredes y los olores nauseabundos hacen temer por la salud de los trabajadores de la dependencia, quienes, a pesar de su disposición, les es imposible incluso acceder a sus oficinas, por los constantes desbordamientos de las aguas negras, desde los baños a toda la dependencia.
Ante esta realidad, Marcos Pino, junto al personal de la Daes-ULA, han decidido mostrar a la colectividad universitaria y merideña la realidad de esta dependencia, solicitando a las autoridades las reparaciones y reacondicionamiento de la dependencia, o la definitiva reubicación de la Daes a otros espacios universitarios, donde sea posible cumplir con sus responsabilidades, sin arriesgar la salud de los trabajadores.
Fotos de Yanara Vivas
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