Parte III
Enamorado solo
Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura, cuando un periodista le preguntó:” para usted, ¿Cuál es el mejor libro del mundo?”. El genio de “100 años de Soledad” respondió: “Para mí, el mejor libro del mundo, es el “Libro Viviente” que cada persona lleva por dentro”.
En mi adolescencia tenía como “novias” a muchachas que parecían unas reinas por su belleza, pero ellas, no sabían, conclusiones; “me enamoraba solo”…Por los lados del barrio Santa Eduviges, detrás del cementerio, a mis 16 años hacía trabajo cultural y social con el grupo “Ezequiel Zamora”. Me eché una enamorada de “Señor mío” de Rosita…Un diciembre, después de pintar una casa me cancelaron 100 bolívares. A un amigo le compré un enorme pavo por 50 bolivarianos, muy contento subí al cerro y le llevé el pavo a la mamá de Rosita para que lo prepararan para los días decembrinos…
Días antes del 24 de diciembre, un amigo me dice: “Alfredo, sabes que se casa Rosita, salió embarazada y se casa por el civil, la comelona como que va a estar muy buena porque van a preparar pavo al ajillo”… Aquella noticia me estremeció y fue santo remedio para dejar de estarme enamorando solo.
Preso por montar en burro…
Tenía 20 años, conversaba con unos amigos en la calle 14 con Av. 15, veo a un burro que va bajando, arrastrando una larga cabuya, me acerco al animal y me monto. Le doy “la vuelta a la cuadra”, una amiga me dice que le dé una “colita” y se subió… Divirtiéndome con el dócil animal escucho la corneta de un carro, y pego un grito; “dele por encima”, “dele por encima”, en segundos, siento una tunda de rolazos, eran policías que venían en una camioneta detrás del burro. Me introducen a la patrulla, al burro lo llevan para la casilla de La Ciénaga hasta que apareciera el dueño. A mí y a la amiga nos llevan a la comandancia de policía, la muchacha por ser menor de edad, es enviada al albergue de Carmania…
De toda esta historia lo que más me “arrechó” por ser una farsa… En el Libro de Novedades, el funcionario policial escribió: “Alfredo Matheus, detenido en la calle 13 con Av. 14, por actos inmorales con una burra en plena vía pública”…
Golpiza a los ladrones
Cumplía los 22 años, una noche voy subiendo por la urbanización Lasso de la Vega, en la placita observo una gran cantidad de personas en plena calle, me acerco a” Pedro el carnicero” y le pregunto:
-”Epa, Pedro, qué está pasando aquí?
– Lo que pasa es que unos ladrones entraron al edificio donde vive la directora del colegio Lasso de la Vega, estaban celebrando una fiesta y se dedicaron a robar a los presentes, estaban tan drogados que en un descuido la gente desarmó a los ladrones, los amarraron, y llamaron a la PTJ (Policía Judicial), arriba en el edificio los tienen hace rato dándole golpes.
-¿Y este gentío qué hace aquí?
-Están esperando que la policía baje los ladrones para ver si son conocidos.
Aquello me indignó tanto de las personas averiguadoras, me subí a la patrulla de la PTJ y empecé a brincar encima del vehículo policial, en segundos, el lugar quedó solo, todos salieron corriendo como alma que lleva el diablo pensando que los funcionarios al ver lo que estaba pasando con la patrulla, iban a arremeter con los ”benditos averiguadores”, yo también pegué la carrera; “por eso estoy echando el cuento”…
La redada más grande que conoció Valera
Por los lados de la calle 16, por allá en 1978, en una pelea callejera hirieron de muerte a un guardia nacional. El comandante enloqueció y comienza una represión bestial en los barrios vecinos al cementerio municipal. A los hombres los bajaban del cerro en interiores, algunos se estaban bañando en el momento en que la furia represiva entraba en sus casas sin orden de allanamiento…
Quien esto escribe pertenecía al Comité de Defensa de los Derechos Humanos que coordinaba en el estado Trujillo, el ex gobernador Gílmer Viloria. A eso de las 6 de la tarde, un grupo de familias llegan a mi casa en la calle 14, narran con desesperación lo que estaba ocurriendo en sus hogares con la ola represiva, me voy para la calle 16, un sargento de la guardia nacional se me acerca y me detiene; le manifiesto que soy miembro de la organización de Defensa de los Derechos Humanos, responde; “Qué derechos humanos de mierda” y me subió a empujones a un viejo bus verde de la institución militar.
A las 12 de la noche en el patio de la sede de la Guardia Nacional que estaba ubicada frente al Parque Los Ilustres en Las Acacias, sumaban 600 las personas detenidas. Se dice que ha sido la redada policial con más presos que ha conocido Valera… Poco a poco fueron dejando en libertad a hombres y mujeres. Al final quedaron presos 18 personas, entre ellas, el “Hijo de Josefa”…25 días duró aquel calvario, durmiendo en periódicos y cartones en el suelo…Fue un aprendizaje que me ayudó a fortalecerme en lo emocional, mental y espiritual, hasta el día de hoy.
El guardia nacional herido milagrosamente se salvó y fue capturado el sujeto que lo apuñaló. Los detenidos fuimos puestos en libertad. En esa experiencia que viví en carne propia experimenté lo que significan las injusticias de quienes detentan el poder en contra del pueblo humilde…