Un tranquilo y sereno poblado del municipio Trujillo se tiñó de sangre la madrugada de ayer. En la parte alta del sector Las Peñas de Mesa de Gallardo, parroquia Cruz Carrillo, un anciano de 91 años se encontraba dentro de su hogar descansando luego de una extensa jornada laboral. En la desolada zona montañosa, cerca de las 12:00am, dos sujetos se adentraron a la fuerza a la vivienda y arremetieron contra el hombre.
Gumercindo Jaramillo Venegas (91) forcejeó con el par de malhechores que ingresaron sin permiso a su hogar con el fin de agredirlo físicamente y despojarlo de cualquier objeto de valor que consiguiesen a su paso. El dúo delictivo consiguió neutralizar a su víctima y le atinaron diversos cortes con una navaja “pico e’ loro”, heridas que desangraron y terminaron por acabar con la vida del anciano.
Una vez logrado su cometido, los asesinos escaparon del lugar, se presume tomaron caminos distintos, aunque se conoció que uno de ellos pasó por el frente del hogar donde reside la familia de Gumercindo con la camisa y demás prendas teñidas de sangre, cerca de la 1:00am. Un habitante de la zona avisó a parientes del fallecido que el hombre había salido desde la única entrada que da acceso a la casa de Gumercindo.
Su familia reside en el sector Los Mamones, a aproximadamente una hora del hogar del anciano. Sus familiares, alarmados por la situación salieron despavoridos al lugar para socorrer a la posible víctima, ya que donde vivía Gumercindo solo había tres ranchos, era una zona donde sus pocos residentes se dedican a la agricultura.
Cerca de la 2:00am, llegaron al sitio del hecho, se trataba de su pariente, el cuerpo de Gumercindo Jaramillo Venegas (91) yacía en la sala en un charco de sangre. Trataron de brindarle primeros auxilios, pero el daño ya estaba hecho, había muerto. Tras el fatídico hallazgo sus allegados llamaron a la policía y estos destinaron una patrulla para hacer las respectivas averiguaciones para dar con los asesinos.
Funcionarios de la Estación Policial 1.1 Trujillo, adscritos a las Fuerzas Armadas Policiales del estado Trujillo (Fapet) custodiaron la escena del crimen a esperas de que arribara la comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) para realizar la recolección de evidencias y así el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) trasladara el cuerpo a la morgue del Hospital Central de Valera, donde se le haría la correspondiente autopsia de ley.
Recibió amenazas
Según testimonios de los familiares de Gumercindo Jaramillo Venegas (91), tanto él como ellos fueron amenazados por los dos sujetos que lo asesinaron. “Nos dijeron que nos iban a meter un pepazo”, declaró un allegado al occiso, que a su vez aseveró que estos se encontraban bajo los efectos del alcohol al momento de la temerosa advertencia por parte de los individuos.
Tras las amenazas, la familia de Jaramillo acudió al Cicpc y realizó la respectiva denuncia para que estos procedieran en el caso, ya que ambos delincuentes habían estado presos por diversos delitos, aseguró un pariente. “En el Cicpc nos dijeron que vendrían, pero no lo hicieron, ahora lo hacen, cuando él ya está muerto”, comentó angustiada la esposa de un hijo de la víctima.
Detenido
Materano (27) fue detenido por funcionarios de la Estación Policial 1.1 Trujillo por su responsabilidad en el homicidio del anciano de 91 años. Este traía ensangrentada su vestimenta y portaba un arma blanca tipo cuchillo, con la cual atacó a Gumercindo Jaramillo Venegas (91). Se conoció que el aprehendido reside en las adyacencias del hogar de la familia del fallecido y se encuentra detenido en el retén de dicha comisaría.
El Cicpc y las Fapet desplegaron un operativo en la zona para dar con el paradero del segundo responsable, el cual fue identificado como J. Luque, pero hasta el momento se desconocen más datos acerca del investigado.
Hombre de tierras
Gumercindo Jaramillo Venegas (91) era agricultor, poseía un sembradío de aguacate, yuca y cambur, y con la comercialización de estos sustentaba su despensa, como también la de su familia. Este recibía visitas diarias de sus hijos y seres más queridos, se preocupaban por él. Jaramillo dejó dos hijos y un gran vacío en una humilde y trabajadora familia trujillana.