Por: José Luis Colmenares Carías
Este artículo analiza la facilitación financiera (habilitación financiera), un comportamiento donde las personas no pueden rechazar solicitudes de dinero, lo que puede generar problemas económicos y emocionales. Basado en investigaciones de Klontz y Goldberg, se destaca cómo este patrón afecta las relaciones, especialmente entre padres e hijos. Se enfatiza la necesidad de educación financiera y el establecimiento de límites para prevenir la dependencia económica y fomentar una relación más saludable con el dinero desde la infancia.
¿Qué es la facilitación financiera?
La habilitación financiera es la incapacidad de rechazar solicitudes de dinero, lo que puede tener graves consecuencias para facilitadores y receptores. Se identifican en esta tensión emocional a quienes dan dinero a otros aunque no pueden permitírselo y tienen dificultades para negarse a las solicitudes de dinero de amigos y familiares.
Este comportamiento puede llevar a problemas financieros, incluyendo bancarrota, al intentar cubrir sus propios gastos y los de otros. Tanto los facilitadores como los dependientes suelen ocultar su comportamiento debido a sentimientos de vergüenza o culpa. Situación que tiende a dañar las relaciones interpersonales.
Alcances emocionales y financieros
Algunas manifestaciones que se pueden observar en la identificación de la fenomenología:
- Doy dinero a otros aunque no puedo permitírmelo.
- Me cuesta decir que no a las solicitudes de dinero de familiares o amigos.
- Sacrifico mi bienestar financiero por el bien de los demás.
- Se aprovechan de mí en relación con el dinero.
- Presto dinero sin acordar claramente el reembolso.
- A menudo siento resentimiento, enojo, rabia frustración o culpa después de dar dinero a otros.
La facilitación financiera, aunque a menudo se realiza con la intención de unir más a la familia, puede tener consecuencias tanto psicológicas como financieras negativas.
Las investigaciones muestran que la facilitación financiera, aunque realizada con buenas intenciones, afecta negativamente las relaciones entre padres e hijos, especialmente en tiempos de crisis económica. Este apoyo puede aumentar la dependencia de los hijos adultos, dañando tanto la relación como la salud financiera de ambos. Además, las conexiones emocionales a menudo se confunden con el dinero, complicando la situación. Se indica que cuanto más tiempo se apoya a una persona dependiente, más difícil es para ella aprender a manejar sus finanzas, lo que impacta su bienestar emocional y financiero.
Raíces Emocionales
Las investigaciones indican que los problemas económicos a menudo tienen sus raíces en experiencias de la infancia, influencias culturales, sistemas de creencias familiares y aprendizajes tempranos, lo que lleva a patrones de comportamiento que satisfacen necesidades emocionales en lugar de necesidades financieras prácticas. La facilitación financiera puede surgir de la creencia de que el dinero equivale a amor, ya sea por experiencias de pobreza o por haber sido malcriados
Klontz et al. (2012) encontraron que esta práctica puede estar asociada con un nivel socioeconómico más bajo en la infancia del facilitador. Según una encuesta, casi el 60 % de los padres brindan apoyo financiero a sus hijos adultos, y el 37 % menciona sus propias dificultades como motivación para no querer que sus hijos pasen por lo mismo (Goudreau, 2011b).
Hay que resaltar que esta dinámica no solo se da entre padres e hijos, sino también en relaciones de pareja y amistades, donde quienes facilitan pueden partir de la creencia de que gastar dinero en los demás les otorga sentido y les ayuda a ganar amor y respeto.
Conclusiones
Al hacer conciencia, reconocer y aceptar su papel como facilitador financiero, una persona puede comprender que su comportamiento tiende a causar más daño que beneficio. Aprender a establecer límites sin culpa y a decir «no» de manera amable es fundamental para romper el ciclo de dependencia. Es esencial recordar que esto no significa ser tacaño, sino actuar en el mejor interés del dependiente. Además, Klontz et al. (2012) proponen que enseñar a los padres a gestionar las solicitudes de dinero de sus hijos puede ser una estrategia preventiva eficaz para evitar que estos se conviertan en adultos financieramente dependientes.
Fuente: https://n9.cl/7nasj