Más de 20 años pesan sobre la estructura del ambulatorio del sector Santa Cruz, en el municipio Valera, de los cuales buena parte de los mismos ha presentado filtraciones, cuya humedad -cuando llueve- atenta contra el mobiliario y los pocos insumos que “cuenta la leyenda” alguna vez llegaban.
Solo entrar al área de recepción es suficiente para apreciar los charcos de agua en el suelo y sobre las sillas de espera; en el techo, además de la pintura levantada, se aprecia moho. Los consultorios y la farmacia, aunque se encuentra vacía, tampoco escapan de la entrada de las aguas pluviales y el olor a humedad.
“Tengo como 10 años trabajando aquí y desde que estoy ha sido igual, la filtración siempre ha estado, se le ha hecho saber a las autoridades, saben desde hace mucho que cada vez que llueve esto se inmunda y aquí seguimos, nadie hace nada”, expresó una residente de la comunidad cercana a las instalaciones, quien no dejó de aprovechar el contacto con los medios para recalcar las malas condiciones de las paredes a falta de pintura y mantenimiento.
Vecinos de la localidad indicaron que no cuentan con personal de enfermería en el ambulatorio, y menos con medicamentos, “la médico que va es muy buena pero está en su primer año de graduada y debe cumplir guardias en el hospital por lo que varias veces a la semana no llega a la comunidad, la gente tiene que hacerle casería para poder atenderse”, compartió otra residente.
¿Cómo antes?
“Vemos con tristeza como el ambulatorio se ha venido a menos, cada día es peor, casi siempre está cerrado, ¿Qué pasa con la red ambulatoria? Esto no era así, recordamos que aquí además del médico asignado llegamos a tener especialistas como pediatras y ginecólogos, personal de enfermería, entregaban medicamentos, habían jornada de vacunación, ¿Qué pasó con todo eso?”, declararon los afectados.