Amado Durán, el poeta de Siquisique | Por: Ramón Rivasáez

Valera, bicentenaria protagonistas (22)

Este poeta larense vivió en Valera a inicios de la década de los setenta, una vez egresado en la especialidad de Castellano y Literatura del entonces Instituto Universitario Pedagógico de Barquisimeto; llegó a la comarca donde fue recibido por quien se hizo su mejor amigo, Rafael José Alfonzo, y otros escritores que giraban en torno a las páginas literarias de la prensa local.

Amado Durán, laboró en el Ciclo Básico “Ciudad de Valera”, donde compartió aulas precisamente con el poeta Alfonzo; pronto se relacionó con otros escritores tales como Eduardo Zambrano Colmenares, Víctor Bravo, Douglas Bohórquez, y otros que, atraídos por el NURR y sus ofertas de trabajo, arribaron a la entidad trujillana.

El poeta larense (Siquisique, 1952-Barquisimeto 2008), residió en Valera muy poco, escaso un lustro, tiempo que le bastó para gestionar una beca al exterior que, al final le concedieron, para cursar en Francia, París,  a donde viajó posteriormente a estudiar en la Sorbona. Cursó  en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales bajo la dirección de A. J.Greimas, J.C. Coquet y Eric Landoski;  se doctora en Semiótica en 1985 con una tesis sobre la poesía del trujillano Ramón Palomares.

Al mismo tiempo realiza estudios de Antropología Estructural (Claude Levi-Strauss) y Psicoanálisis (Jacques Lacan); antes de viajar a París, Amado Durán dejó escrito el libro de poemas Psiquipsique, en el cual evoca amorosamente el paisaje agreste de su lar nativo, sus ríos, el habla de sus campesinos, sus visiones y la infancia reencontrada.

Un jurado integrado por los poetas José Ramón Medina, Jesús Sanoja Hernández y Teódulo López Meléndez, premia su libro que envió a la IV Bienal Nacional Literaria Chío Zubillaga Perera organizada entonces en Carora.

Fue el único libro de este poeta amable, discreto, de hablar pausado, suave pero firme que, una vez sorprendió a los asistentes a una conferencia suya sobre Rilke que se escenificó en la galería-librería LEA que dirigía el poeta y abogado Alvaro Montero. En esa disertación, Durán abordó de manera sencilla, pero con mucha sapiencia la gigante personalidad intelectual del poeta de Praga.

Durán al momento de su lamentable deceso, laboraba en el antiguo Instituto Universitario Andrés Eloy Blanco de Barquisimeto, hoy transformado en Universidad Territorial AEB, cuyo auditorio lleva su nombre.

 

Un texto de Amado Durán

En su poema El Riecito, Amado Durán juega con sus aguas; es el niño, deslumbrado, entretenido por la corriente; con su infancia que transfiere a su sombra, al entorno que sigue siendo petrificado en su memoria:  “si el riecito pasara por aquí como prometió/ caminando al revés como es él/ pero cediendo el paso gentilmente/ mejor dicho/ durmiendo lo necesario/ comiendo lo indicado/ hablando lo justo/ si llegara a pasar por aquí/ que ya es mucho en estos tiempos/ sus aguas inmóviles transitarían de vez en cuando/con las plazas/con los carros/con las casas/pero en verdad/el riecito está a gusto en su territorio”

 

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