Alimentan la solidaridad en el barrio 23 de enero de San Cristóbal

El primer comedor fue inaugurado el 30 de septiembre en el barrio Las Margaritas, donde alimentan a 56 niños

En el barrio 20 de enero de San Cristóbal dos fundaciones se unieron para ayudar a niños en estado de desnutrición. Foto Mariana Duque

La Fundación Alimenta la Solidaridad y la Fundación Social y
Prevención Comunitaria iniciaron hace tres semanas una jornada de
alimentación nocturna a los niños del barrio 23 de enero de San
Cristóbal


Son de varias edades y tamaños, todos con caras de inocencia, sonrisas
y miradas que enamoran. Antes de entrar hacen una fila en la puerta,
sobre la acera. Allí ríen, cantan, conversan unos con otros o se
sientan a esperar que les digan que ya pueden pasar a cenar en la casa
de solidaridad “Tío Simón”. Se trata de 51 niños, habitantes del
sector Monseñor Briceño del Barrio 23 de enero, unos del barrio 8 de
diciembre y otros de la invasión Jesús de Nazareth, todos con talla y
peso menor a la que deben tener a su edad, un indicativo de que
enfrentan un estado de desnutrición.
La casa de solidaridad “Tío Simón”, que funciona como el comedor que
les da el sustento de la noche, era inicialmente una casilla de la
Policía del estado Táchira, que posteriormente fue abandonada. Un
grupo de habitantes de la zona decidieron restaurarla, y ahora los dos
pisos son usados desde hace tres semanas para alimentar a los menores
de edad, observar su estado de salud y darles formación.

Previo a la comida, niños en edades comprendidas entre 2 y 10 años de
edad, se reúnen para hacer una oración y agradecer a Dios por sus
alimentos. La intención de este comedor popular es no sólo llenarles
sus estómagos, sino también su corazón y espíritu de agradecimiento y
cariño.

Posteriormente, en orden y silencio, se disponen a recibir los
alimentos, que al momento de ser visitados por el equipo de prensa era
un plato de arroz, con carne molida, jugo y un trozo de torta.

Comunidad organizada

El presidente de la Fundación Social y Prevención Comunitaria
–Fundaprecon-, Rafael González indicó que un grupo de personas de la
comunidad decidió crear esta organización en vista de que niños del
lugar requieren de apoyo alimenticio, de ropa y calzado.
Iniciaron con la recuperación de la estructura y desde hace tres
semanas se aliaron con la Fundación Alimenta la Solidaridad, para con
el apoyo de las madres que se encargan de preparar y servir los
alimentos de lunes a viernes de 5 y 30 a 6 de la tarde, darles
proteínas a los pequeños que lo requieren.
“Parte del esfuerzo de esta fundación fue recuperar esta estructura
física y todos los aspectos  sociales, aquí se han hecho jornadas, se
han hecho bastantes cursos de capacitación, y se han establecido
convenios con entes públicos como gobernación y alcaldía, con la
sociedad civil, por supuesto los vecinos colaboradores que son padres
y representantes de los niños”, expresó.
Por su parte Elizabeth Castillo, coordinadora de Fundaprecon,  indicó
que para seleccionar a los niños se realizó un estudio social en el
barrio con el apoyo de un médico pediatra, quien constató la talla y
el peso de los menores, encontrándolos por debajo del estándar.
Tienen como meta para el próximo año comenzar a trabajar con un
orientador de conducta de niños y adolescentes, para apoyar a los
padres de menores que no tienen comportamientos adecuados, y fundarán
una escuela de padres.

Red de comedores
Melisa Zambrano coordina la Fundación Alimenta la Solidaridad en San
Cristóbal. Precisó que teniendo en cuenta la crisis económica que ha
afectado la alimentación en las familias, sobre todo en los niños,
decidieron instalar una red de comedores, con el apoyo de personas que
aún viven en Venezuela y de otros que están en el exterior.

En enero de 2019 esperan alimentar en la casa Tío Simón a 100
niños en estado de desnutrición.

 

El primer comedor fue inaugurado el 30 de septiembre en el barrio Las
Margaritas, donde alimentan a 56 niños. En el Tío Simón esperan ayudar
a 100 niños en enero del año entrante.
“Este segundo comedor es importante por la ubicación que tiene,
colinda el barrio 8 de diciembre con 23 de enero, sector Monseñor
Ramírez, y con niños de la invasión Jesús de Nazareth. Son niños muy
necesitados y ante la situación que enfrenta todo el país no están
teniendo sus comidas diarias en casa, son niños que sufren de
desnutrición y no están yendo a las escuelas. En Alimenta la
Solidaridad estamos trabajando para combatir el ausentismo escolar y
la desnutrición”, expresó.

 

Antes de comer los niños hacen una oración agradeciendo a Dios
por la dotación de sus alimentos.
Salir de la versión móvil