La desidia es total, la revolución chavista con el gobierno de Maduro al frente y toda su camarilla enquistada y usufructuando el poder público para el beneficio particular, ha destruido el país en todos sus ámbitos. Ladrones de cuello rojo, levantando un falso discurso socialista de redención social, han colocado un pueblo entero en los caminos del hambre y la miseria, con la total pérdida de la calidad de vida a la que los venezolanos teníamos derecho.
Nuevamente la crisis de los servicios públicos, producto de la corrupción y el asalto al dinero destinado a inversión y renovación técnica, hacen estragos la tranquilidad nacional, así mismo el desplazamiento de miles de compatriotas a otras tierras, destruyo la unidad familiar que era fuente de amor y bienestar humano.
La revolución chavista y su élite gubernamental han pasado a la historia como genocidas, violadores de derechos humanos y asaltantes del erario público. Esa misma historia, la justicia terrenal y divina será implacable con quienes hundieron la patria de Bolívar en este valle de llanto y desesperanza. Es injusto que los sectores democráticos estén jugando a la diáspora de la división, no tienen justificación, al no rectificar igualmente serán superados por el sentimiento de cambio que existe en silencio…
Los resultados de las elecciones colombianas tienen una alta importancia para Latinoamérica y el área estratégica del Caribe. El final de la década de la izquierda borbónica continúa producto del fracaso rotundo de los gobiernos que han protagonizado, caracterizados por una estela de corrupción, hambre, miseria y violación de derechos humanos. La democracia busca caminos ante esa borrachera de militarismo populista con discurso de redención social.
Elecciones en Colombia: El Uribismo se alzó con la victoria en el Senado y con una alta votación en la cámara de representantes, Álvaro Uribe fue el senador más votado y su candidato Iván Duque ganó a los de su sector y dobló a Petro, candidato de la extrema izquierda en la consulta popular para definir candidatos presidenciales.
No nos equivocamos cuando expresamos que se levantaba un contundente liderazgo estructurado sobre la base de logros democráticos, sociales y la confrontación contra la visión comunista de una izquierda que representa una ideología que va de salida en esta parte del mundo. La campaña de Duque y los candidatos del Centro Democrático cuestionaron abiertamente el acuerdo de paz suscrito con las Farc, cuyo candidato al final renunció para que su votación fortaleciera la otra candidatura del extremismo izquierdista; La derrota de Petro y de cambio Radical es una derrota del Madurismo injerencista en Latinoamérica. Está demostrado que los pueblos defienden el derecho a un mejor porvenir y a la libertad. Se mueve geopolíticamente la realidad local, más de 10 años de gobiernos socialistas han llevado al hundimiento económico de una pujante región como la América hispánica, Colombia demostró que se pueden derrotar política y electoralmente…
Rescatar el voto como instrumento de cambio era una política definida y acertada que la MUD y el liderazgo centralizado nunca entendió. Muchos dijimos que cuando la etapa del RR no era lo más real, en aquel momento se imponía la defensa de la Constitución rescatando las elecciones regionales, privó la visión centralista y nos abocamos a ese derecho constitucional (RR), desconocido luego por el régimen. No hubo respuesta política, sólo gritos en soledad. Luego vino lo demás; confrontaciones internas, apresuramiento con la ANC, donde tampoco hubo respuesta política acertada, «la constituyente no va» al final fue y todos tenemos las consecuencias encima; ausencia en los dramas populares, todavía se recuerda el comunicado de diciembre pidiendo disculpas por no acompañar al pueblo en sus dolores, elecciones regionales, la entrega del Zulia y la ausencia en las municipales. Las dictaduras modernas usan los propios instrumentos democráticos para destruir la democracia, Steven Levitsky, catedrático y consultor político desarrolla esta teoría de cómo desde la propia constitucionalidad el autoritarismo cercena los valores y las instituciones democráticas. Si a esto le agregamos la ausencia de una visión compartida que enfrente estos pormenores, demás está explicarnos por qué estamos como estamos en las alternativas populares que defienden el sistema democrático. Con descalificar a Henri Falcón no ganamos nada, es como que desde otro escenario opositor se descalifique el esfuerzo de constituir el Frente Amplio que algunas organizaciones están promoviendo.
Tiempos de grandeza, ojalá ese liderazgo centralizado opositor mire a tierra y baje un poco de las alturas.
@LeoMontilla