Alfredo Briceño: el maravilloso don de servir a los demás

Historias de Vida: “Las manos maravillosas”

 Las manos maravillosas de Alfredo Briceño, hacen el trabajo terapéutico, y la gran obra la hace Dios quien le dotó de una gran sabiduría.

 

Nació en el seno de una familia de grandes arraigos, de amor, principios y valores, una familia que le enseñó el amor por el prójimo, hacer el bien y ser servicial para tender la mano a quien le necesitara. Familia que le educó para ser un buen trujillano.
Así podemos describir a nuestro protagonista de hoy en Historias de Vida, Alfredo Briceño, hombre que con su sabiduría y sus manos ha hecho maravillas en favor de mucha gente necesitada. Aquí su historia.

Alfredo Briceño es de esos trujillanos que ha venido a este mundo para servirle a la humanidad y brindarle ayuda al afligido. El Centro de Rehabilitación en la calle principal de Pampán, es la casa de todos, es refugio ideal para quienes han querido salir de la desesperanza, en su sala de rehabilitación con una gran dedicación ha desarrollado una tarea humanitaria, curar enfermos, al mismo acuden diariamente numerosos trujillanos, provenientes de los más apartados rincones, así como de otras regiones del país.
De acuerdo a la situación de cada paciente, las manos maravillosas de Alfredo Briceño, hacen el trabajo terapéutico, y la gran obra la hace Dios quien le dotó de una gran sabiduría.

 

Perseverante y estudioso

 

Alfredo Briceño nació en Pampán, en el seno de una familia donde el pan nuestro de cada día era el servicio al prójimo, compartir la comida del día con aquel que acudía en busca de alimentos. Todos esos modelos, valores familiares, virtudes y altos principios de amor a la humanidad se sembraron para siempre en el alma y corazón de quien se esmera por ayudar a los demás.

Comenzaba a florecer las primeras hojas del calendario de los años 80 cuando conocimos a Alfredo Briceño, era el instructor de natación del Parque Recreativo del Inam antes CVN en Plata Uno, en su época dorada bajo la dirección de la profesora, Luzmila de Hernández. Allí acudíamos para nuestras prácticas de fútbol con las selecciones del Estado y a la vez recibíamos clases de natación por parte del profesor Alfredo quien además compartía la natación con el voleibol.

Desde esos años hemos seguido la trayectoria de este ejemplar trujillano. Briceño por muchos años se dedicó a la preparación de las selecciones de Trujillo en distintos campeonatos nacionales y juegos deportivos nacionales como entrenador del IND de donde salió jubilado.
Alfredo Briceño iba siempre más allá del solo hecho de ser un entrenador deportivo, tarea que realizó impecablemente. Algunas preocupaciones por el atleta, como sus primeros auxilios y el suministro excesivo de novalcina, lo hacen meditar y buscando respuestas a su interrogantes un día tomo la decisión de darle un vuelco a sus actividades, buscó la manera contribuir de mejor manera con sus atletas y para lograr su objetivo se acercó un día al propio IND en la persona de Francisco Paco Díazy Oswaldo “Papelón” Borge a quien le expresa sus inquietudes que tenía para ayudar más a sus atletas. Ese acercamiento le valió que meses después el IND central le invitara a realizar un curso nacional de medicina aplicada al deporte dictado por el Dr. Osiris Scott. Luego de eso su radio de acción y conocimientos comenzaron a crecer, logra amistad con los médicos que facilitan los cursos y así es tomado mucho más en cuenta para las actividades que se desarrollaban al punto que logró ir a Japón gracias a una beca del gobierno nacional. Se marchó a esa lejana nación a especializarse como fisioterapeuta y medicina alternativa. Para Alfredo Briceño sería una experiencia fuerte, pero de grandes conocimientos y formación, en tres años y medio su única compañía fue un traductor, añoraba a su tierra, pero esa extraordinaria oportunidad no podía desaprovecharla, prácticamente de allí se forjaría su futuro en lo personal y profesional, además que sería el alivio para muchas personas que ha sanado a lo largo de tres décadas.

“Manos maravillosas”

 

Alfredo Briceño ha dedicado más de 30 años a ayudar a la gente, específicamente a aquellos que han visto afectadas sus habilidades motoras, producto de esguinces, fracturas, hernias discales, parálisis facial, accidentes cerebro-vasculares, desviación de columna, accidentes automovilísticos y cualquier otra forma de alteración motriz del cuerpo humano. Se ha formado en Reflexología, Acupuntura, Reiki, Quiropraxia, Acupresión y Masajes. Pertenece al Instituto para la Investigación y Aplicación de la Medicina Biológica Integral (Grupo Hovinat), con sede en Cubiro, estado Lara. Su proceso de formación incluye la participación en actividades organizadas por la Asociación Venezolana de Masajistas Terapéuticos (Asvemat), Centro Médico Integral Calabresse, Centro de Artes Tradicionales Chinas, Jornadas de Medicina Naturistas y Terapias Complementarias del Centro de Investigaciones “José Witrimundo Torrealba” de la Universidad de Los Andes, estudió Educación Integral, recibiendo los máximos honores, además es egresado en Derecho en la UVM y cuenta con una especialización de Medicina Integral en el estado Zulia, entre otros.

Junto con su esposa, la profesora Domitila Peña de Briceño, atienden con mucha dedicación y esmero a todos aquellos que acuden a aliviar sus dolores. Su lema ha sido el mismo: “El que no tenga dinero no paga”, pues en la naturaleza misma de Alfredo Briceño, se encuentra su principal don: servir a los demás, esa es su verdadera filosofía de vida. “Aún con la situación económica de la actualidad, sigue manteniendo esa política de exoneración de pago a aquellos que no cuentan con los recursos necesarios.

Personajes del mundo político, deportivo, universitario, religioso, del espectáculo y sobre todo gente del pueblo han encontrado en Alfredo Briceño un amigo dispuesto a ayudar con la pesada carga que produce el dolor físico, la pérdida de movimientos musculares o por efecto del estrés”, sostiene su esposa, profesora Domitila Peña quien ha sido nuestra gran aliada para la realización de este trabajo.

Alfredo Briceño, se ha encargado de formar la generación de relevo en su especialidad, “no sólo ha capacitado a médicos de profesión, sino a paramédicos y estudiantes de medicina que llegan al centro con el deseo de aprender. Incluso, a sus dos hijos: Vanessa y Luis Alfredo también los capacitó en estas complejas técnicas, oficio que hoy día les ha servido para tener una vida digna en Perú”.

Apegado a sus raíces

 

Han sido innumerables las ofertas que ha recibido Briceño para mudar su centro y sus atenciones a otras ciudades del país, pero las ha rechazado ya que por encima de cualquier inconveniencia personal o económica, está el de seguir brindando atención a su gente de Pampán y del estado. Un hombre agradecido de Dios y de la vida por los dotes que ha recibido, los cuales gracias a su bondad ha sabido desarrollar en pro de seguir apegado a sus raíces.
“Hombre de gran calidad humana”, muy bien calificado por pacientes que han sufrido algún accidente, y profundamente agradecidos por recibir de parte de ese hombre su don.
Este ser de excelentes valores y sentimientos cada día profundiza su huella en el municipio Pampán y todo el territorio trujillano con sus virtudes y altos principios humanos.

“Alfredo Briceño un amigo dispuesto a ayudar con la pesada carga que produce el dolor físico, la pérdida de movimientos musculares o por efecto del estrés”, sostiene su esposa, profesora Domitila Peña quien ha sido nuestra gran aliada para la realización de este trabajo.

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