Hablar sobre el “terrón nativo” significa abrir la puerta del tiempo con el fin de bajarle la falda a la realidad y así descubrir en esencia lo que somos. Por reacción, el lugar se mueve en las entrañas al saber nosotros que forma parte de nuestra vida y, singularmente, figura como elemento de reflexión a resultas de las condiciones tan particulares en que nos encontramos. Nos referimos al traje que tiene la ciudad de Mercedes Díaz en una coyuntura donde las localidades son de suma importancia en la urbe. Se procura, pues, cavilar un poco acerca de la Valera gentil en contraposición a la localidad desmejorada en la cual se fue sucumbiendo. Como todo el mundo sabe, los lugares se organizan, embellecen y progresan a través de la clarividencia de sus gobernantes, pero también por medio del grado de conciencia de sus pobladores. Gracias a esa simbiosis existen en el mundo ciudades disfrutables hasta la saciedad. Localidades urdidas sobre la base del orden, del civismo y planificadas para el confort social.
Sobre el tema, hoy contamos con la exposición de un gran estudioso de la ciudad y sobremanera de la historia local, Alexi Berríos Berríos, historiador, catedráticos, quien afirma que: no hay dada más natural el significado de ciudad para los griegos, para ellos fue sinónimo de belleza y el cuerpo de la misma expresaba la condición cultural de sus habitantes. Paso a paso, acto por acto, la ciudad iba mejorando y ellos iban adquiriendo el confort necesario para sentirse verdaderos seres humanos. De allí que Alfonso Reyes haya dicho lo siguiente: “(…) La obra por excelencia del genio griego es el hombre”.
“Las potencias de la ciudad”
En resumidas cuentas, para Berríos Berríos los griegos incentivaron “las potencias de la ciudad”. Para el autor del libro, “La otra Valera”, logrado esto, “la ciudad signó la vida del hombre y ella siempre será su apuesta, su reclamo, su tormento. Bueno, para nosotros los valeranos esa debería ser la premisa mayor con miras a ordenar día a día el trozo de tierra que nos vio nacer. Es claro que si los valeranos nos proponemos con seriedad a tratar de quitarnos ese pequeño traje de seres dirigidos como por guiones a la estilo de las series de TV y Cine, pudiéramos despojarnos de esa índole de náufragos que nos caracteriza. Cierto, si lográramos comprender la importancia de tener futuro dejando huellas positivas sobre el tiempo, Valera saldría de la mala vida que a cada minuto presenciamos. Pero no es sólo esto, dejaríamos de ser pasivos. Y, a la par, tomaríamos conciencia en cuanto a la diferencia que existe entre “vivir en una selva de asfalto y un terruño bien arreglado.”
Alexi Berríos Berrios piensa que las ciudades siempre han sido pensadas, concepto al que se acercó desde muy joven a través del estudio del griego Aristófanes, “inventarnos la ciudad desde el punto de vista poético, la acción del hombre es la que le da belleza al lugar. La ciudad depende de la imaginación que le imprimamos”.
Mirar hacia adentro
Alexi Berríos quien es profesor activo adscripto a la Universidad Simón Rodríguez, hace énfasis en que los lugareños “tenemos la obligación de mirar hacia adentro y analizar con respecto al destino de Valera”. Igualmente señala que tenemos de manera imperativa que salir de la robotización para en lo sucesivo armar una ciudad en sentido estricto. “Conviene lanzar la flecha cultural al futuro o, por el contrario, seguiremos retrocediendo en el carro de la historia. Hay que sacudirse lo anacrónico y los disparates, subcultura, con el propósito de ingresar al mundo de los valores universales y permanentes. Valores que en definitiva nos sacarían del subterráneo temporal.”
Historia episódica
En el país existe una historia episódica y no una verdaderamente historia de Venezuela, porque falta la parte que se refiere a las regiones, a la microhistoria que es necesario escribirla para que no desaparezca. Así lo afirma el historiador valerano quien además es de los que piensa que, lamentablemente, en el país no existe una verdadera historia de Venezuela, porque no aparece la historia regional y local. La historia que tenemos es sólo episódica.
“Es una historia fragmentada que sólo dedica espacio a lo episódico, pero se olvida, ignora lo regional y local, donde está la parte viva, jugosa, y en la cual la historia alcanza emparentarse con la literatura, la poesía y ficción.”
La síntesis
El poder de síntesis es uno de los ingredientes fundamentales cuando se asume la historia local, recuerda Berríos, al señalar algunos de los elementos para abordar la temática.
“Por supuesto, implica una buena escritura, rigurosamente hermosa, poética, porque se trata de una historia viva, del buen decir.”
Falta de archivología
Trujillo está carente de archivología, pues, muchos archivos donde se encontraba la historia regional y local han desaparecido, lo cual impide que los investigadores se nutran con mayor exactitud de la información que requieren para sus trabajos sobre las raíces trujillanas.
“Esa circunstancia, por supuesto, dificulta localizar detalles de la historia regional y local; constituye, además, uno de los escollos primordiales que deben superar quienes aspiran escribir sobre nuestros poblados y caseríos”, observó el historiador valerano.
Para Berríos Berríos un factor que es determinante es que los trujillanos no nos queremos dejar entender.
“Nosotros los trujillanos no hacemos nada por entendernos, hay aspectos que no nos dejan marchar juntos por el mismo camino y Trujillo se nos escapa de las manos. Se carece de vías de entendimiento para escribir nuestra historia.”
Necesidad
Escribir sobre lo local
El historiador coloca el acento sobre la importancia que tiene la historia local, en este caso de poblaciones muy relevantes, por sus aportes, como Jajó, Boconó, Carache y Escuque, y que muy pocas se conocen, como sí se conoce la historia de los pueblos vecinos de otros estados.
Saludó que haya interés en escribir sobre la historia regional, pero aúpa a escribir más acerca de Valera que tiene sus lugares de interés, como la Calle Vargas o Calle de las Prostitutas, El Bolo, El Contrafuego, Santo Domingo, La Plata, Bella Vista, y, por supuesto, el barrio El Milagro, San Luis, sin dejar por fuera la rica historia de sus hacedores y personajes populares que han sido los protagonistas de nuestra historia.
Para Berríos es imprescindible que los trujillanos hagamos una cayapa, para escribir la historia de nuestros pueblos muchos de ellos olvidados e ignorados por siglos; “debemos recoger la historia de sus comunidades; la historia viva, recordada y contada.”
Repensar a Valera es…
Saber qué… “la ciudad depende de la imaginación que le podamos imprimir, si imaginamos transcendemos y podemos adelantar su desarrollo”.
El poeta invita a soñar con la “Valera Posible” para repensarla entre todos, “transcender los pequeños seres, buscar los subsistemas de la ciudad, buscar las ciudades desde abajo para empezar a echar las bases de su desarrollo. Repensar a Valera es tarea de todos y cada uno de los que la habitamos.”