¡Alegoría!

Carlota E. Egáñez M.

Digan Vds. que el ciudadano Bolívar viene a pagar sus respetos a la soberanía del pueblo, única autoridad legítima de las Naciones. Simón Bolívar, 1825-1826

Es tanta la soberbia de esta cúpula Chavista/Madurista al no poder lograr instaurar el Socialismo del siglo XXI y perpetuarse en el poder de manera indefinida “aún”, a costa de la destrucción de todo un país y de su ciudadanía caracterizado, por la ruina, el aguante, los silentes, los dobles discursos, la falsedad, las maniobras políticas, sociales, mentales, ambientales… de populismo a todos los niveles, la manipulación de frenéticos religiosos; los esqueléticos andantes, la mendacidad de niños, jóvenes y ancianos, los enfermos cuyos discursos son sus propias vidas convertidas en imagen del exterminio en esta “nuestra” Venezuela.

País de hombres y mujeres libertarios, de inmigrantes, de trabajo, de principios y valores dignos y regios, de palabra… Venezuela eso era en su mayoría y de allí vinimos. País “nuestro”, de cada uno, de todos. Allí donde reside la soberanía como “única autoridad legítima” y volveremos a tenerla, cuando seamos capaces de entendernos y entender con “pasión”, identidad y amor que debemos ser una sola “voz” en la de cada uno y una sola “acción” unísona.

Accionar profundo/único. No hay ni habrá otra salida, al igual que no hay ni habrá otro momento… ¡Basta ya de ser mendigos del régimen! Intentando sólo sobrevivir… Llegó nuestro momento histórico, como dice Bolívar “Primero el suelo nativo que nada: él ha formado con sus elementos nuestro ser, nuestra vida no es otra cosa que la esencia de nuestro pobre país; allí se encuentran los testigos de nuestro nacimiento, los creadores de nuestra existencia y los que nos han dado alma por la educación; los sepulcros de nuestros padres yacen allí y nos reclaman seguridad y reposo, todo nos recuerda un deber, todo nos excita sentimientos tiernos y memorias deliciosas; allí fue el teatro de nuestra inocencia, de nuestros primeros amores, de nuestras primeras sensaciones y de cuanto nos ha formado. ¿Qué títulos más sagrados al amor y a la consagración? ”

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