Aldo Nannini…el muchacho valerano que pudo ser campeón mundial 

Proveniente de una familia italiana asentada en estas tierras regionales, el joven Aldo se formó como motociclista de excelente nivel, compitiendo junto a varios amigos en el sector "El Cañón" de La ciudad de las Siete Colinas. De aquí partió ilusionado a cumplir su sueño mundialista; pero la tragedia  tocó a su puerta cuando ya comenzaba a labrar sus hazañas. Hoy lo recordamos con cariño en Súper Deportes 

 

Gabriel Montenegro

gabymonti59@gmail.com

Una madrugada decembrina del año 1974, nuestro compañero de andanzas y muchachada, Pedro «Pepe» Maldonado, se acercó a la vivienda que compartía junto a mis padres y hermanos en el sector La Ciénaga de Valera.

La razón de esa visita tempranera (cerca de las tres de la madrugada), no era otra sino cumplir el compromiso de  acudir junto a mi hermano José «Niño» Montenegro y otro amigo de entonces, Rafael Mendez «Guacamaya»(+) para ir a patinar a los predios de la plaza Sucre, ubicada frente al templo San Pedro, donde el padre Pedro Juárez impartía las misas de aguinaldo.

El patinar de madrugada en esos tiempos era una tradición de los jóvenes de todas las barriadas y recuerdo claramente que el padre Juárez no se cansaba de increparnos por el altavoz de la iglesia  para que no dañáramos con nuestros patines de hierro, generalmente de la marca «Unión», el mosaico de la plaza que era confirmado por paños de granito finamente pulido.

Shiiit….shiiiit…Niño, Chichito! , vámonos pues….ya se levantaron?…así nos llamaba «Pepe» en voz baja,  con la intención de no llamar la atención ni despertar a nuestros padres. Calladitos y tratando de no hacer ruido bajábamos de  nuestra residencia, y ya en la calle tomábamos rumbo a disfrutar de nuestras dos pasiones; patinar como locos y luego de las carreras de moto en El Cañón o el sector «La Esperanza» de Las Acacias.

Aldo Nannini, el caraqueño-valerano que nos dejó como legado su calidad humana y arrojo en las pistas.

 

De las competencias de amigos a campeón 

Uno de los jóvenes competidores de la época era un chico de unos 19 años, de tez clara y mediana estatura, con el cabello largo, como era la moda, de color castaño, quien esbozaba siempre una sonrisa y simpatía algo tímida e inocente. Ese muchacho amante del motociclismo era Aldo Nannini, un joven local quien acudía junto a sus primos Ángelo y Enzo Nardone a competir junto a los hermanos Gallo, también de ascendencia italiana, hijos de gente laboriosa que llegó a Valera del viejo continente y echo raíces junto a los propios regionales, para formar nuestra actual esencia multicultural y multirracial.

A ese joven lo vimos imprimiendo velocidad y demostrando unas cualidades innatas que muy pronto lo llevarían a estar en la lista exclusiva de los grandes motociclistas de Venezuela, Latinoamérica y el mundo.

Aldo nació en realidad en Caracas el 13 de marzo de 1951 , donde se asentó su familia recién llegada de Italia; pero como su biografía lo indica, creció en Valera, aquí en Trujillo dónde desarrolló sus capacidades motociclistas al lado de varios jóvenes de su época, quienes andaban el mundo de la velocidad y las motos. Entre sus congéneres recordamos al popular «Chupa la bruja», célebre personaje de la década de los años 70 quien falleciera precisamente al chocar su moto frente al Country Club de Valera. Así Mismo su primo Ángelo Nardone, así mismo buen motociclista (también fallecido de manera prematura al sufrir un accidente, años antes que Aldo, en predios de la avenida Bolívar a la altura del distribuidor Las Acacias).

Fue ficha indiscutida de Venemotos junto a Cecotto y Carlitos Lavado.

Igualmente a los hermanos Giovanni y Lucho Gallo, pioneros en eso de las motos de carrera, junto a nuestros amigos «Chava» y «Canita», quienes  emulaban a su ídolo del momento en el cine de acción en carretera, Peter Fonda y su inseparable » Chopper».

Era la fiebre de las motos, y contrario al día de hoy, pocos podían conseguir el dinero para adquirir una de ellas. Aldo comenzó a demostrar sus destrezas al participar en competencias de amigos,  que se realizaban en el sitio donde hoy funciona la Avenida Bolivariana, denominado entonces «El Cañón» de esta ciudad valerana. Allí, tal como lo he descrito, coincidíamos un grupo de muchachos y muchachas que los fines de semana y particularmente en fecha decembrina disfrutábamos de las madrugadas de patinaje y acudimos a escondidas de nuestros padres a estas atrevidas y peligrosas competiciones de velocidad y destreza. Era la emoción que despertaba en nuestra juventud el atrevimiento y la rebeldía propia de la adolescencia, que se opone al los principios y cánones establecidos.

Era también la época de los ídolos de la música estrambótica: Jimmy Hendrix, Alice Cooper, Joe Cocker, Led Zeppellin, The Rolling Stones, Beatles, Bobby Binton, The Hoo, Janice Joplin, etc.

 

Carrera motociclística

Aldo Nanni, quien tenia familia en Caracas tuvo la oportunidad de competir en los campeonatos nacionales de motociclismo y obtuvo sin contratiempos la corona nacional en el año 75 para luego salir a competir al Suramericano de Chile donde derrotó a lo favoritos locales y argentinos, quienes reinaban en ese tiempo. También acudió al Campeonato Latinoamericano, siempre en los 125 centímetros cúbicos y luego en 250, barriendo de nuevo a sus rivales con clase, coraje y arrojo, únicos en la pista, la cual dominaba a su antojo.

Campeón Suramericano, Latinoamericano y competidor en el Campeonato del Mundo en Gran Bretaña.

Tras correr para la firma de cigarrillos «Astor» al principio de su carrera, ingresa a Venemotos y al equipo Yamaha  junto a su amigo Jhonny Alberto Cecotto y Carlitos Lavado. Allí compartió con los dirigentes Vito y Andrea Hipólito, además del famoso mecánico internacional Ferruccio Dale Fuccine. Pero si algo destacó de Aldo, fue su sencillez, su respeto a los compañeros y su cariño innegable para su familia y está tierra trujillana que lo acogió como propio, donde no solo estudio sino dió sus primeros pasos como el competidor de temple y atrevimiento que fue.

Luego de competir por fuera nunca dejo de visitar a Valera y particularmente a sus primos. A Lucho y Giovanni, con quienes compartía experiencias y hasta los repuestos y enseres de las últimas tendencias en los prototipos ( Giovanni regentaban un taller de arreglo de motos). Incluso hay una narracion de una de sus tías aquí en Valera, quien cuenta que Aldo llegó un día ronroneando una moto de gran potencia. Había viajado desde Caracas sin parar , tras haber cumplido una de sus competencias en el extranjero. Ese era Aldo, el muchacho que jamás olvidó sus raíces valeranas. Por supuesto que en esa época de pocas motos de gran cilindrada en nuestra urbe, muchas personas se asomaban por las ventanas para observar lo que ocurría con su arribo a la ciudad.

Aldo Nannini compitió casi al final de su prolija existencia en el Campeonato del Mundo de Motociclismo en 1977 (250cc). Su mejor clasificación fue un segundo puesto en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1977,  por detrás de Kork Ballington y tres carreras disputadas en Moto GP.

 

La tragedia trunca a un gran campeón 

Luego de llegar a su país desde el reino unido, Nannini muere en un absurdo accidente de carretera en Caracas, después de terminar precisamente la temporada de 1977. En ese momento era calificado como una firme promesa y futuro campeón a corto plazo. Ya su compañero en Venemotos,  Jhonny Cecotto había dado la campanada para esta pequeña nación latinoamericana, al destronar de manera contundente al ex- multi campeón del momento, el italiano Giacomo Agostini y luego sería Carlitos Lavado quien siguiera el legado campeoníl.

Fallece así otra gran figura de nuestro motociclismo, ese de verdadera calidad, que dieron a conocer en las pistas extranjeras Cecotto, Lavado y por supuesto el también piloto internacional más joven de Venezuela, Ivan Palazzese, quien rindiera su vida en el año 89 en Hockenheim- Alemania. Forma parte de esa Elite que completan Eduardo Alemán, José Barresi y últimamente Robertino Pietri, los mejores son dudas de Venezuela.

Hoy en Súper Deportes recordamos a Aldo Nannini, un deportista cabal, labrado en este suelo trujillano, quien pudo haber sido campeón mundial para nuestros colores y orgullo regionalista, pero que nos deja la gran satisfacción de ser el ídolo de Valera;  el muchacho atrevido de «El Cañon», aquel joven que pocos recuerdan, pero que nos dejó como legado su compañerismo, su cariño para los amigos; su valentía en las pistas y sobre todo su amor innato para su Valera querida. Descansa en paz querido campeón!.

 

 


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