San Cristóbal. La escasez de gas doméstico y comercial que se registra en Táchira desde hace varios días ha ocasionado un aumento de su costo en el mercado negro. Hay hogares que se ven obligados a cocinar con leña, en esta época decembrina.
El desabastecimiento del servicio no es algo nuevo para la población; sin embargo, el fenómeno trajo consigo la zozobra, al tener que repagar las bombonas para poder cumplir con las tareas de la cocina a pocos días de finalizar este año 2024.
Ingrid Blanco, ama de casa, no se muestra sorprendida, pero sí llena de ira, ya que tuvo que cancelar 100.000 pesos colombianos o 25 dólares para comprar un cilindro de 18 kilos. De acuerdo con la empresa Gas Táchira, encargada de su venta, la bombona no supera los 18.000 pesos o 4 dólares.
“Tuve que repagarla porque la jornada que prometieron en la comunidad para diciembre no llegó, a pesar de que en octubre pagamos las bombonas. Me parece una falta de respeto que no hayan cumplido cuando por estas fechas se requiere más el gas”, expresó.
Esta opinión la respalda Coromoto Alviarez, quien vive en un edificio en la ciudad de San Cristóbal y que hasta la fecha no tiene gas. Según su relato ellos cuentan con un cronograma de suministro que no se cumple. Mientras tanto prepara las comidas con una cocina eléctrica, con la cual debe luchar por los inclementes cortes eléctricos que azotan a la región.
Cocinar con leña no es opción, debido a que no cuenta con el espacio para ello. Tampoco lo es instalar un cilindro de gas, ya que las normas de convivencia de su lugar de residencia lo tienen prohibido.
“No salimos de una para meternos en otra. No hay colas para echar gasolina, pero sí estamos sufriendo con el gas. Yo no sé dónde vamos a parar con todo esto”, dijo.
Un «mercado paralelo»
En el mercado negro la recarga de una bombona de 18 kilos es de 25 dólares, la de 10 kilos supera los 15 dólares, la de 27 kilos, 35 kilos y la de 43 kilos, 70 dólares.
Esto genera que los tachirenses opten por usar los aparatos eléctricos para disminuir el consumo de gas. Lo mismo ocurre con los restaurantes, que disminuyeron sus jornadas laborales debido al desabastecimiento.
La vendedora Leandra Ramírez dijo que en la panadería en la cual trabaja tuvieron que reducir el horario, pues llevan varios días sin conseguir los cilindros, para hornear el pan.
“Tenemos algunas vitrinas vacías porque no tenemos nada que ofrecer. Estamos preocupados, ya que estamos en plena temporada navideña”, expresó.
Mientras tanto otros negocios bajaron sus santamarías al no tener el servicio que se requiere para la preparación de alimentos.
Crisis en frontera
El edil en el Concejo Municipal de Pedro María Ureña, Carlos Taborda, resaltó que si bien la escasez de gas es un problema en todo el estado, en los municipios fronterizos es permanente.
Esto debido a que hay sectores de Ureña a los que solo despacharon una jornada en todo el año 2024, razón por la cual las personas deben comprar bombonas en el vecino país.
El gas comercial sí es despachado de forma “puntual”, aseguró el edil, sin embargo, el residencial desapareció de la frontera colombo-venezolana.
En su opinión, Venezuela debería comprar el servicio a Colombia, donde se permita que una empresa distribuya el gas en las comunidades del eje fronterizo.
Otro planteamiento para paliar la crisis, es que permitan que la población pueda cruzar los cuatro puentes internacionales con las bombonas para ser llenadas en el departamento de Norte de Santander.
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