Lima, 30 ene (EFE).- «Muera la cuarentena», «Libertad, insurgencia», «Sin trabajo no hay salud» y «No al nuevo orden mundial», fueron algunos de los lemas coreados y mostrados en pancartas y banderolas por un variopinto grupo de personas que se manifestó este sábado en el centro histórico de Lima.
Los manifestantes respondieron a convocatorias hechas esta semana en redes sociales para expresar su rechazo ante el inminente inicio de una nueva cuarentena en diez de las 25 regiones de Perú ante el avance de la segunda ola de la covid-19.
En unos casos los asistentes mostraron su rechazo a la cuarentena que comienza este domingo, en otros al Gobierno del presidente Francisco Sagasti, algunos contra las vacunas contra la covid-19 y muchos más contra el uso obligatorio de las mascarillas.
RECHAZO SIN MASCARILLAS
Precisamente, un grupo numeroso se presentó sin mascarillas o las llevó con descuido y colocadas a la altura del mentón, a pesar de que entre ellos había adultos.
«Estoy acá en la marcha apoyando a toda esta gente que, como yo, somos trabajadores, muchos de ellos
trabajan para subsistir en el día a día», afirmó a Efe un manifestante que se identificó como Gustavo Mirano.
El manfiestante dijo que los ciudadanos rechazan la cuarentena «porque temen perder su trabajo y la oportunidad de producir para vivir», y que «hay muchas personas que se quitan la mascarilla por rebelión, porque sienten que el gobierno dictas cosas que no le benefician en primer lugar y porque no son legítimas».
UNA «PLANDEMIA» SANITARIA
Otro joven manifestante, que no se identificó, aseguró a Efe que «mucha gente ha despertado» porque el mundo afronta «una plandemia (sic) sanitaria que no es verdadera, con todo tipo de restricciones políticas que van en contra de los derechos humanos».
«Se quiere establecer un gobierno totalitario que es el comunismo, que viene del partido chino, se está globalizando a nivel mundial, no solamente aquí en Perú, también en España, se están restringiendo las libertades en Argentina», sostuvo.
Este joven añadió que el uso de las mascarillas «es un instrumento de represión» y lo consideró «ilegal e inconstitucional», por lo que propuso levantarse «en insurgencia».
UNA INTENCIÓN OCULTA
En la manifestación también participó el psicólogo clínico Ángel Núñez, un ciudadano belga-español residente en Lima que dijo que «desde el primer día» se dio cuenta «de que esto del covid era una farsa».
Núñez afirmó que ha revisado «cientos de documentos científicos» que le han permitido determinar «que las mascarillas son horribles para la salud» y que «hay una intención oculta» al «meter tanto miedo».
«Pienso que los ciudadanos estamos para respetar la leyes, yo me considero un buen ciudadano, obediente, una buena persona, pero hay una separación de lo que es la obediencia a la dictadura», concluyó.
RECOLECCIÓN DE FIRMAS
Entre los manifestantes y numerosos curiosos que se detuvieron a observar la protesta, que era vigilada por agentes de la Policía Nacional, circuló un padrón para que se adhieran a una petición para que la cuarentena sea declarada inconstitucional.
Mirano detalló, al respecto, que se busca recabar las firmas «para llevar un mensaje al TC y al gobierno mismo para que flexibilice el tema de la cuarentena».
A pesar de que la protesta se realizó de manera pacífica, se produjo un incidente con un equipo periodístico local que fue atacado e insultado por manifestantes, lo que obligó a la Policía a intervenir para protegerlo y permitir que se retirara del lugar.
NUEVA CUARENTENA
Perú se apresta a iniciar este domingo una nueva cuarentena en diez regiones, entre ellas Lima Metropolitana, que limitarán las actividades que impliquen desplazamiento y reuniones masivas, con excepción de las tiendas de abastos que tendrán un aforo de 40 % así como actividades productivas consideradas esenciales.
Las regiones que ingresarán a confinamiento, en principio, hasta el 14 de febrero son Lima Metropolitana, Lima provincias, Callao, Áncash, Pasco, Huánuco, Junín, Huancavelica, Ica y Apurímac.
En varias regiones ya no existen camas disponibles en las unidades de cuidados intensivos (UCI) y las hospitalizaciones se han multiplicado, mientras los datos oficiales señalan que el país suma más de 1,1 millones de casos y 40.600 decesos desde marzo pasado.