En el más reciente estudio realizado por el Observatorio Ciudadano de Políticas Públicas Municipales del proyecto La Gente Propone (Valera) durante el mes de abril de 2021, con un radio de cobertura a 48 sectores de las 6 parroquias de la ciudad, determinó que el 54.7% de las comunidades entrevistadas asegura que el agua por tubería presenta características irregulares como barro mezclado y partículas de sucio, así como mal olor y sabor. Esta situación es pertinente para preguntarse si la empresa estatal Hidroandes está presentando serios problemas en el proceso de potabilización del agua que consumen sus ciudadanos.
La Red Comunitaria de Derecho y Ciudadanía desde el proyecto La Gente Propone capítulo Valera, ha logrado contar con asesoría especializada que ha medido algunos parámetros del agua que consumen los habitantes de la urbe más poblada del estado Trujillo, en un número importante de los sectores que la integran. Dichas mediciones arrojan un resultado preliminar que amerita la inmediata atención: “la calidad del agua de Valera ‘está por el piso‘, el PH es de 5 (agua ácida) cuando debería estar en 7, el cloro es de 3 PPM cuando bebe estar en 0,3 PPM – demasiado cloro – (medido en sectores del centro de la ciudad), la turbidez está por fuera de norma porque no se está asentando el agua, eso quiere decir que no se está implementando la cantidad requerida de sulfato de aluminio.
Las conclusiones preliminares a las cuales hace mención la Red Comunitaria – con asesoría especializada – es que esta “calidad de agua” pudiera estar fuera de norma, porque es un agua ácida, bañada en cloro “para que no se produzca una ‘epidemia’, pero dicho recurso hídrico pudiera no estar apto para el consumo humano”, y para que el agua pueda ser consumida por el ser humano – según la OMS – debe estar exenta de sustancias y microorganismos peligrosos, no debe poseer sustancias que le comuniquen sensaciones sensoriales desagradables para el consumo humano, como color, turbiedad, olor ni sabor.
Estas evidencias sirven para exigir a las instituciones del Estado, la realización de exámenes físico-químicos tipo 1 y 2, que determinen científicamente qué tipo de agua están recibiendo los valeranos, motivado a que por esa posible falta de calidad se pueden disparar las llamadas enfermedades hídricas; en especial la diarrea y/o la amebiasis. A este punto ya la continuidad y cantidad del servicio de agua potable que reciben los valeranos no es prioritario atender, como sí lo es – lamentablemente – la calidad del vital líquido; esta realidad impacta sobre todo a los más vulnerables que no tienen gas para hervir el agua, además del contexto pandemia que nos afecta a todos.
¿SIN SUSTANCIAS QUÍMICAS PARA TRATAR EL AGUA?
En reiteradas oportunidades, la empresa gubernamental Hidroandes ha dicho que las lluvias aumentan los niveles de turbidez y por ello han debido detener la Planta Potabilizadora recurrentemente. Sin embargo expertos en la materia sospechan que el problema no es precisamente la lluvia, presumen que la causante es que “ya no hay suficiente sustancia química” para tratar el agua y por ello detienen la Planta.
“El agua no decanta, no se asienta, no está siendo tratada. No hay información sobre si Hidroandes cuenta con suficiente sulfato de aluminio, y polímero, además del cloro para desinfectar el agua. Por eso hay dudas razonables sobre la calidad del agua que consume Valera”, indica el Ingeniero Luis Alberto Artígas, ex gerente de la empresa hídrica.
“Los valeranos no tienen calidad, cantidad ni continuidad del servicio de agua (…) los procesos de potabilización no son los más óptimos, no se está tratando la descontaminación provocada por los fertilizantes que usan los productores en el páramo y que desembocan en el río Motatán, y eso con el tiempo causa proliferación de enfermedades peligrosas”.
Para el ex gerente de Hidroandes, los trujillanos pudieran estar bebiendo agua con agroquímicos y con Dicloro Difenil Tricloroetano (DDT), un compuesto organoclorado principal de los insecticidas. “Hidroandes no está tratando todas las sustancias químicas que agricultores echan a la tierra y eso le cae al agua. Eso estamos consumiendo, por lo que bebemos agua contaminada”, aseveró.
AGUAS NEGRAS Y FERTILIZANTES EN EL RÍO
El médico Epidemiólogo, José Antonio Román, indica desde el punto epidemiológico que el Acueducto actual, que sirve a Valera y Carvajal, data de la década de los 70′, construido para la población de esa época, sin miras futurista. “La población se ha duplicado desde entonces. La fuente que abastece al Acueducto proviene del río Motatán y de algunas afluentes, dicha fuente es receptora de las aguas negras de Timotes y Chachopo y todos los caseríos a la orilla del río. Es conocido que dicha afluente de agua ha disminuido en un alto porcentaje su volumen, tiene un alto contenido en sedimentos, además de productos químicos utilizados en la agricultura, alta contaminación (40.000 colonias por milímetro cúbico), de Escherichia Coli, bacteria contenida en el intestino de los seres humanos”.
Román señala que el río, además de su volumen altamente disminuido, la corta distancia (menos de 40 km) entre Timotes y el Acueducto, no permite a los fenómenos físicos bacteriológicos, disminuir todos esos elementos antes mencionados, por lo que el agua debe tener un tratamiento, si se quiere especial. “En 1975, el agua de Valera recibía el mejor tratamiento del país. Hidroandes o como se llame, obligatoriamente debe tomar muestras de agua en diferentes sitios de la ciudad y realizar el examen fisicobacteriológico, que garantice un agua potable con cero (0) colonias de Escherichia Coli. Ese examen lo practicaba el antiguo INOS. Ignoro si actualmente lo realizan. Los resultados llegaban a diario a la Unidad Sanitaria de Valera”.
¿HAY AUMENTO DE ENFERMEDADES HÍDRICAS EN EL HOSPITAL?
El médico emergenciólogo del Hospital Central de Valera, Luis David Muchacho, dijo a Diario de Los Andes que los cuadros clínicos asociados a la calidad de agua que ingieren los valeranos y otros factores climáticos, se esperan para este mes. “Hay que recordar la popular ‘mayera’ ocasionada por ‘Virus Mayo’, adenovirus y endenovirus, que son causantes de diarreas asociados a la temporada por los cambios climáticos (…) estadísticamente eso está demostrado que la incidencia de estos casos aumenta en abril, mayo y los primeros de junio”.
EVITAR ENFERMARSE
Luis Alberto Artigas recomienda que ante la posibilidad de un agua contaminada, se debe depositar de manera segura el líquido en grandes envases. Luego de ese procedimiento, aconsejó echar una gota de cloro al recipiente para desinfectarlo y luego mezclarlo para que el químico vertido se compacte por completo.
Después se debe esperar de 30 a 40 minutos para más tarde pasar al proceso de ebullición, es decir, hervir el agua. “Hirviendo el agua se pueden evitar varias enfermedades”, enfatizó.
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Por: Alexander González
IG: @AlexGonzalezDigital
Fotos: Archivo Digital DLA y Alexander González