José Luis Zerpa, lúcido a sus 84 años, seguía trabajando la agricultura en un poblado de Tuñame, municipio Urdaneta, donde echó raíces y sembró amistades por más de medio siglo. Allí crió a sus hijos, hoy día, adultos de bien.
La tarde del viernes, subió a la batea de una camioneta que le daría el aventón, pero al parecer el vehículo arrancó de sopetón y él no se había sujetado, cayó al pavimento y sufrió un fuerte traumatismo en la cabeza.
Estaba cerca de su casa, a sus parientes les avisaron y fueron de inmediato, pero el octogenario no reaccionó a sus llamados, el golpe fue mortal. Esperaron por una ambulancia que lo trasladara al Hospital Central de Valera, recinto al que ingresó sin signos vitales y fue remitido al Senamecf para la autopsia de ley.
Una comisión de la Policía Nacional Bolivariana iría al sitio para hacer las experticias en la escena del siniestro, estaría en determinar la responsabilidad del conductor del vehículo, quien al parecer ni se dio cuenta y siguió su trayecto.
Mientras, la familia Zerpa velaría los restos de José Luis en lo que fue su residencia y lo acompañarían hasta su última morada en el cementerio de la localidad agrícola dentro de un valle en el extremo sur de Trujillo.