Actualmente es difícil analizar nuestra realidad

 

Para poder analizar una situación política hay que conocer todos los factores que inciden en los procesos de esa situación, las conexiones entre esos factores, las contradicciones dentro de esa situación, etc., etc.

No obstante, cuando carecemos de las piezas del rompecabezas, es decir, cuando no tenemos acceso a las evidencias fácticas, entonces no tenemos los elementos de juicio necesarios para poder hacer un análisis serio, veraz y confiable, que nos permita discernir las posibles tendencias futuras. Lamentablemente eso es lo que nos está sucediendo en nuestro país. La verdad siempre es una sola y es objetiva, pero en nuestro país ni siquiera podemos aproximarnos a conocerla.

El famoso diplomático británico Arthur Ponsonby (1871-1946), en su obra ‘Epígrafes a la Falsedad en Tiempos de Guerra’ (1928) dice: “Cuando se declara la guerra, la Verdad es la primera víctima”. La expresión “Falsedad en Tiempos de Guerra” hace referencia a un antiguo dicho alemán: “Cuando la guerra entra en un país, produce mentiras como si fueran arena”. Nuestro país no está en guerra pero vivimos una situación muy conflictiva y actualmente proliferan las falsas informaciones. En efecto, las redes sociales tienen una faceta positiva y es que el ciudadano puede enterarse de alguna información censurada. Pero también tienen su faceta negativa y es que cualquiera puede publicar atroces falsedades.

Por otra parte, tanto el oficialismo como la oposición tienen una cuota de responsabilidad en la desinformación que sufre la población. En el caso del oficialismo, ese estilo de tergiversar los hechos ha sido típico de los totalitarismos. En efecto, la escritora judía alemana Hanna Arendt (1906-1975)  en 1951 publicó su obra ‘Los Orígenes del Totalitarismo’ y en ella dice: “La persona ideal para un gobierno totalitario (…) es una persona para la cual la distinción entre hecho y ficción, y la distinción entre verdadero y falso ya no existen” (Cap. 13). Un genio para manipular fue Adolfo Hitler (1889-1945) y dijo: “Propaganda, solamente es necesaria propaganda. El número de personas estúpidas es infinito” (1). En otra ocasión dijo: “Por medio de una utilización adecuada y perseverante de la propaganda, uno puede lograr que un pueblo vea el cielo como si fuera el infierno, o vea una vida espantosamente abominable como si fuera el paraíso” (2). Sin embargo, en el caso de los líderes de la oposición, su misterioso silencio ante muchas cosas que suceden contribuye al pandemónium informativo que vivimos.

Por otro lado, nuestro país tiene fabulosos recursos naturales y está inmerso en una peligrosísima geopolítica internacional pero no tenemos ninguna información sobre las conversaciones y acuerdos entre las grandes potencias como Estados Unidos y Rusia, y tampoco conocemos las estrategias que han diseñado para defender sus enormes intereses. Para finalizar, la población solamente conoce un hecho cierto y es que cada día que pasa el costo de la vida aumenta, la especulación de los comerciantes está desenfrenada, y durante los próximos meses millones de ciudadanos pueden padecer mucho por falta de alimentos y medicamentos.

NOTAS: (1) Pags. 48-49 en John Toland (1976) ‘Adolf Hitler’. Anchor Books. New York. (2) Cita tomada de Pag. 668 en ‘Random House Webster’s Quotationary’. Leonard Roy Frank (Editor) (1999). Random House. New York.

 

Salir de la versión móvil