En menos de un mes, las Faes ingresaron dos veces a los municipios Andrés Bello y Sucre del estado Trujillo buscando a criminales de la banda de “El Cagón” pero los caídos han resultado ser personas de corta edad, trabajadores y sin antecedentes delictivos, en cambio los cabecillas, ampliamente conocidos, siguen intocables
Dos actuaciones de las Fuerzas de Acciones Especiales de la PNB en la zona baja del estado Trujillo han causado alarma, en primer lugar por la manera violenta y con exagerada presencia de funcionarios, así como el tipo de víctimas que resultan en las presuntas reyertas.
El 27 de abril del corriente en La Golfo, municipio Andrés Bello la comunidad fue testigo de una arremetida descomunal, al parecer estaban buscando a miembros de la banda de “El Cagón” y por ello ultimaron a los hermanos Leandro José y Carlos Enrique Santos Peña de 21 y 17 años, respectivamente, además de Richard José Nava (23).
El trabajo ejecutado por las Faes contó con el apoyo del Cicpc, GNB y Conas del estado Zulia según el reporte de los medios como diario Que Pasa y Noticia Al Día, a quienes las autoridades les hicieron llegar el boletín oficial, que incluía la incautación de: “ dos escopetas tipo pajiza, marca Smitch Wesson modelo 916, calibre 12mm, otra marca Warninc modelo 88, calibre 12mm; una escopeta calibre 16mm y una granada, armamento utilizado por los atacantes contra la comisión actuante” según el mencionado medio zuliano.
Pero para los allegados a los occisos y testigos de la actuación de la Faes en esa oportunidad, desmintieron el enfrentamiento, puesto que los muchachos estaban en la casa y la comisión llegó en ocho camionetas con al menos 60 funcionarios, tomaron la comunidad, a todos los mandaron a encerrarse, mientras el caos se apoderaba de la casa donde estaban Leandro José, su hermano Carlos Enrique y el primo hermano Richard José.
En esa oportunidad alegaron a DLA que: “no llegaron como gobierno sino como el mismísimo demonio” puesto que dispararon a las paredes, mandaron a la gente a encerrarse en las casas, se llevaron a los muchachos heridos, empujaron a mujeres y niños y después supieron que estaban muertos.
Las víctimas al parecer trabajaban para “El Cagón” según la autoridad actuante pero los muchachos no tenían antecedentes delictivos y a su corta edad se ganaban la vida como agricultores. En el caso de Richard José Nava (23) era reservista en el estado Lara y ese fin de semana estaba de permiso.
La segunda actuación que generó duda para los trujillanos en la Panamericana fue en la que resultó víctima: Giovany Antonio Sarmiento Rojo, alias “El Gordo Sarmiento”, de 36 años, ocurrida en 11 de mayo del corriente en El Paraíso del municipio Sucre.
A “El Gordo Sarmiento” como le conocían, lo relacionaban con múltiples trabajos, puesto que era un hombre emprendedor y por ello sabía de mecánica, agricultura y tenía ganado, en consecuencia vendía quesos. No había dudas de su solvencia moral puesto que jamás pisó la cárcel y su historial estuvo limpio, pero su pecado pudo ser resistirse a los delincuentes y por alguna razón los cuerpos de seguridad en vez de protegerlo, lo vincularon a “El Cagón” y quedó muerto en presunto enfrentamiento con las Faes.
La reseña publicada por los medios zulianos ya nombrados, indican que “El Gordo Sarmiento” azotaba a los municipios de la subregión petrolera de la Costa Oriental del Lago, sobre todo Baralt y Simón Bolívar, y tras ser ubicado, la comisión acudió a su detención, pero los recibió con un arma de fuego tipo pistola, marca Caracal, calibre 9 milímetros. Mientras que sus dolientes declararon a DLA que el comerciante se encontraba ese día, cerca de su residencia con unos amigos; de manera inesperada los uniformados llegaron y comenzaron a revisarlos, pero solamente le dispararon a él.
De allí parten las dudas ante la actuación del grupo nacional contra la delincuencia como las Faes, que si bien fue creado para operaciones de aguda inteligencia e incursión táctica en todo el país, con relación a los delincuentes en el estado Trujillo no estarían dando “en el clavo” y pagan inocentes mientras que los verdaderos criminales, permanecen intocables.
En otro orden de ideas es conocido que para los dolientes de víctimas en reyertas con cuerpos de seguridad nunca hay criminales, todos los fallecidos son tildados como inocentes y los parientes los defienden a capa y espada; entre tanto la labor de investigación a través del sistema judicial venezolano es quien emite los juicios y sentencias en cada caso y ello la prensa es sólo portavoz de ambas partes.
La vida se ha vuelto un infierno para los residentes de los municipios Andrés Bello y La Ceiba (zona baja) además de Miranda, Sucre, Bolívar y Monte Carmelo (Panamericana). Allí dominan las mafias de cualquier nivel, ante el potencial agrícola, pecuario y petrolero con la intención de obtener dividendos por cualquier vía y a toda costa.
Las bandas de “El Cagón”, “Los Cáscaras” y “Los Viatas” miden fuerzas con delitos como: robo de vehículo, robo de ganado, cobro de vacuna, extorsión, sicariato, así como tráfico de armas y municiones.
Certera
La gente quiere trabajar y vivir en paz, como hace veinte años atrás lo hacían, pero lamentablemente los grupos criminales no lo permiten, la gente ha abandonado sus casas, sus tierras y negocios, debido a la presión del hampa organizada. A muchos les costó la vida, otros debieron dejarlo todo y empezar de cero en otro lado para salvarse; si los cuerpos de seguridad tienen la misión de devolver la tranquilidad al área potencial del estado Trujillo, los habitantes esperan certera aplicación de las leyes contra los cabecillas.