Franklin José Rivero, de 24 años, y José Gregorio Castellanos, de 20 años, trabajaban como obreros de una finca ubicada en Caño de Los Muertos, Santa Isabel, municipio Andrés Bello, al oeste del estado Trujillo. En la misma localidad tenían residencia, pero a un par de kilómetros.
La tarde del lunes al terminar sus oficios, salieron juntos para caminar hasta su casa, pues no hay quien preste servicio de transporte público en el sector, pero en el trayecto fueron sorprendidos por pistoleros de la zona que vaciaron sus armas contra ellos y huyeron.
“Escuchamos la plomamentazón pero ni nos asomamos, nadie sale cuando es así”, comentó un familiar de una de las víctimas, como si las balaceras fueran algo a lo que la comunidad se acostumbró y no hacen más que esperar la ida de los maleantes para salir a reconocer a los afectados.
El móvil del crimen parece cuestión de azar, “allá matan por matar, están acabando con todos los hombres trabajadores que quedan, jóvenes y viejos” y aseguran que no hay motivos pasionales, ni es cuestión de venganza por ajuste de cuentas entre bandas o por alguna deuda.
Las familias de las víctimas no tienen testigos que se atrevan a describir a los criminales y ellos no tienen nada que decir cuando los citan a declarar, el temor tiene más poder que la sed de justicia, incluso prefieren pasar desapercibidos en su duelo y no comentar al respecto para evitar represalias.
Una comisión del Cicpc acudió al sitio del hecho en busca de pistas de interés criminalísticos, levantaron los cadáveres hasta la morgue del Hospital “Dr. José Vasallo Cortez” en Sabana de Mendoza, municipio Sucre, de allí fueron remitidos al Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) en Valera donde le practicarían la autopsia de ley.
Ensañamiento
El ensañamiento contra las víctimas mantiene en los detectives la sospecha de que se trata de una venganza, aunque tienen pocos elementos en la investigación para dar con los responsables, articulan su trabajo con otros organismos de seguridad para disminuir los índices de delincuencia en la zona baja.