El Hospital María Aracelis Álvarez, el hospitalito como le dicen, que con orgullo fue donado a los habitantes de su pueblo por el filántropo betijoqueño don Rafael Álvarez Torres, poniendo como única condición para la donación que le pusieran el nombre de su progenitora, como en efecto lleva esta denominación, centro asistencial que no obstante la crisis de la salud que se vive en el país y que el gobierno no quiere reconocer ha sobrevivido.
“No hay medicinas ni ningún tipo de insumos”, es el decir de los pacientes que concurren al hospital, donde muchas veces solo reciben la atención médica en la emergencia del nosocomio, orgullo de los rangelianos.
En los actuales momentos, la crisis del aseo urbano que se vive en Rafael Rangel y en todo el estado en general, también ha castigado al María Aracelis Álvarez, pues sus alrededores se encuentran llenos de desperdicios tanto por el lado arriba, sur, o sea la calle 24, como por el lado norte, calle 25, donde los depósitos de desechos de todo tipo, internamente como afuera, es notorio, pues además de la permanente suciedad en la calle, cuando se pasa frente al basurero hay que taparse la nariz por los malos olores que despiden.
La basura como lo ha dicho en diversas oportunidades el concejal Marcos Palomares, causa diversidad de problemas de contaminación, siendo esta una manera de castigar al pueblo, en este caso el autoestima del venezolano, del betijoqueño, del rangeliano, políticas propias de las naciones comunistas a cuyos dirigentes no les importa el bienestar de sus habitantes, como está sucediendo en la tierra del sabio investigador Rafael Rangel y del santo de Venezuela, José Gregorio Hernández.
Esto es repudiable
El señor Juvenal Guerrero, caracterizado por llamar las cosas por su nombre, dijo ayer que repudiaba esta actitud de las autoridades municipales de no recoger la basura, recomendando a la dirección del hospital, solicitar a los organismos competentes la operación de un operativo especial que permita la recolección de los desechos sólidos no solo dentro, sino fuera de la institución hospitalaria.
¿Quién recogerá la basura?
Concejales y alcaldes deben darse cuenta de esta situación, igualmente la dirección del María Aracelis Álvarez, dijo Juvenal Guerrero, no es posible que nuestro hospital y las calles de Betijoque estén en esas condiciones, donde lo que se encuentra es basura por todas partes, puntualizó JG.