Ayer los abuelos recluidos en el Hospital Geriátrico de Mesa de Gallardo del municipio Trujillo, una vez más cerraron el acceso al área de habitaciones y el comedor de la institución, esto porque están comiendo muy mal y no tienen ropa; hay abuelos que la están pasando muy mal, están muriendo de mengua.
¿Será que por estar escondidos en este hospital a las autoridades poco les importa darle una buena atención? Ni siquiera el hecho de haber cambiado de directiva ante la primera protesta que hicieran los abuelos la semana pasada, ha cambiado el panorama en el hospital. ¿Quién podrá ayudarlos? “SOS” gritan los abuelos y con las pocas fuerzas que tienen cierran los portones y colocan obstáculos para evitar tantos engaños. Se cansa la gente de tantas injusticias.