Por qué cada vez que pasa algo sea en el Ancianato o el Psiquiátrico aparecen de la nada los alimentos, las sábanas, el amor para los abuelos, pero en los días comunes y corrientes cuando nadie se acuerda de lo que allí viven los abuelos y abuelas y cómo sobreviven, pagan lo que hicieron y lo que no hicieron también, donde no hay nada, porque ni siquiera luz tienen en los cuartos. ¿Quién se pone la mano en el corazón?
El hospital geriátrico Próspero Reverend ubicado en Mesa de Gallardo, municipio Trujillo, mejor conocido como el Ancianato, es un lugar que ha funcionado por muchos años, el cual tiene dolientes internos que día tras día viven lo que allí sucede, pero quienes lamentablemente deben callar ante la opinión pública todo lo que les pasa, mucho más ahora con el precedente que dejó huellas, con el caso de la Dra. Ledys Mata, médico psiquiatra quien por denunciar lo sucedido en el hospital psiquiátrico, el cual pertenece a la misma unidad, fue detenida e imputada, y ahora quedó con una medida cautelar de presentación cada 30 días. ¿Quién denuncia y se atreve a decir algo?
Sin embargo, a pesar del miedo y el terror que siembran, hay personas que se las ingenian para dar a conocer la verdad, una verdad que duele, una verdad que rasga el alma porque los pacientes que allí están, se encuentran solos, sin nadie que vele por ellos, y el Estado que debería darles lo mejor, no lo hace. La comida no es la más adecuada, solo les sirven cambur verde con café, o arroz con panela sin leche en el desayuno, y así por el estilo. Los abuelos no tienen sábanas para las camas, mucho menos para arroparse, algunos no tienen ropa, y la misma crisis que vive el país y Trujillo, las viven nuestros viejitos, ahora las donaciones no son como antes.
¿Quién los puede ayudar?
Al dar a conocer lo que allí sucede, es necesario destacar que la intención no es perjudicar a nadie, -llámese directores, presidenta de Fundasalud- sino pensar en el bienestar de los abuelos y abuelas, que son dejados allí y lo menos que se merecen es vivir medianamente bien, es por ello que quienes informan sobre lo sucedido no lo hacen para afectar la gestión de nadie en particular, sino porque este ancianato data de años y cada día el servicio es peor, y la verdad debe prevalecer por encima de todo, parece que poco importan los esfuerzos para exigir mejores condiciones para los seres humanos que están dejando sus últimos años en el lugar, y que no pidieron estar allí, sino que por circunstancias de la vida están allí.
Muchos de ellos no duermen bien porque no hay alumbrado en los cuartos, no tienen sus medicamentos y pasan frío, el lugar no cuenta con los utensilios para la limpieza, mas el personal hace de tripas corazon, esa es al orden “trabajen como puedan”.
Necesario es, que todas las instituciones se sumen, los legisladores, alcaldes, Fundasalud, todos como un solo gobierno, velen en honor al discurso “que es el pueblo el que manda y lo que quieren es el socialismo y humanismo”, demuéstrenlo atendiendo a los abuelos que están recluidos en Mesa de Gallardo. Que quienes sean signados como directores se preocupen por el bienestar de las personas a su cargo y no solo por cuidar un cargo, que a la larga pasa.
Cese la cacería de brujas
Se espera que no se haga una cacería de brujas o que el Sebin llegue al sitio para investigar quién o quiénes están haciendo llegar la información a la prensa, tal como ocurre cada vez que algo de esta magnitud sale a la luz pública, lo que se quiere es que el Estado resuelva esta crítica situación del hospital geriátrico, porque nadie sabe, quien terminará en el anciano o si en algún momento necesitará de ese espacio para un familiar, y el conocer las condiciones en las que sobreviven es muy triste y es la realidad. Basta con saber, que en las escuelas no hay una buena ni balanceada alimentación, no hay productos de limpieza, que cada representante debe llevar sal, aliños para preparar los alimentos. ¡Qué se espera para el Ancianato! Donde estos abuelos y abuelas no tienen dolientes.