El jueves 5 de abril se registró nuevamente un trágico y lamentable hecho donde perdió la vida una ama de casa luego de que individuos armados irrumpieran en su hogar fingiendo ser funcionarios policiales, estos obligaron a la dama a salir de la habitación donde se encontraba junto a su madre e hija para interrogarla, pero segundos después recibió una ráfaga de disparos y murió
Carlos Alberto Flores. ECS
A las 10:30am del miércoles, José Alfredo Avendaño González, de 27 años, se trasladaba por la carretera F del municipio Simón Bolívar, en la Costa Oriental del Lago del estado Zulia a bordo de un vehículo marca Mitsubishi de color rojo con matrícula del estado Trujillo número TAE76C. Al pasar por el punto de control Tamare, el sujeto tomó una actitud sospechosa y al ser abordado por los efectivos policiales, decidió dispararles.
El pistolero huyó a toda velocidad, iniciándose una intensa persecución que culminó en una zona enmontada de la población de Tía Juana. Allí, el bandido, siguió accionando su arma de fuego y los funcionarios de la Policía Municipal de Lagunillas lograron abatirlo. Avendaño González, estaba vinculado al feminicidio de Rosa del Carmen Castillo Peña (36), acaecido a principios del mes en curso.
Cayeron dos más
Horas después, en la tarde de ese mismo día, uniformados del Cuerpo de Policía Bolivariana del estado Zulia (Cpbez) sostuvieron un intercambio de disparos con César Emilio González, alias “El Filipón” y Ángel Rafael Hinestroza Martínez, alias “El Ángel”. El careo se llevó a cabo en el sector La Pica del municipio Santa Rita. Según fuentes oficiales, ambos antisociales formaban parte de la banda criminal liderada por “El Adriancito” y estaban implicados en el asesinato de la fémina.
En el sitio del hecho, las autoridades incautaron un escopetín marca Royer calibre 16mm y un revólver Smith&Wesson calibre 38. Ante esto, los cuerpos de seguridad del estado Zulia se encuentran desplegados con la finalidad de dar captura a Adrián José Rodríguez Gudiño (32), líder y cabecilla del grupo hamponil, “El Adriancito”; como también de Johanderson Antonio León Molleda (28), alias “El Mino”; Juvenal Gregory Acosta Meléndez (31), apodado “El Juve”; José Ramón Sánchez Flores y José Gregorio Castillo Figueroa.
El hecho
Días antes de su vil asesinato, Rosa del Carmen Castillo Peña (36) había denunciado a las autoridades que había sido víctima de robo por parte de tres sujetos, quienes se adentraron a su vivienda, ubicada en la carretera E con avenida 23 del municipio Simón Bolívar. 24 horas después, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) liquidó a Jonathan Enrique Acosta, quien según estos había participado en el robo y pedía rescate a la dama. Los otros implicados lograron escapar y presuntamente habrían planeado el asesinato de la mujer.
Posterior a la denuncia, Rosa había sido amenazada por los compañeros delictivos de Acosta, por lo cual se mudó a la casa de su madre. El jueves 5 de abril, a las 10:00pm varios sujetos, diciendo ser funcionarios de la policía, ingresaron a su inmueble para “interrogarla”. Rosa se encontraba junto a su madre y una de sus tres hijas.
La fémina se mostró renuente, pero el arma de fuego que portaba uno de los bandidos, hizo que cediera. Rosa salió del cuarto y se colocó en una pared, esta volteó y le dijo a su pequeña hija que entrara a la habitación. Apenas centró su mirada en los delincuentes, uno de ellos tiró del gatillo y le propinó un certero disparo en la cabeza; la mujer trastabilló y se desplomó en la puerta de cuarto. Posteriormente fue acribillada por los sujetos, quienes le propinaron cerca de ocho tiros y mientras lo hacían le dijeron: “¡Por sapa!”.
Se hizo viral
El atroz asesinato de la ama de casa causó consternación e indignación en la población venezolana, ya que el homicidio fue grabado por el teléfono celular de uno de los implicados y posteriormente publicado en las redes sociales. El criminólogo Freddy Crespo, coordinador del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), explica que una de las razones que lleva a la delincuencia a grabar sus fechorías es la impunidad que existe en el país, la cual, según Cofavic (Comité de Familiares de las Víctimas), para el año 2016 fue de 98%.