La Puerta se vistió de fiesta y temprano salió a la calle para rendirle honor al patrono de los agricultores, San Isidro Labrador, que junto a su esposa, Santa María de la Cabeza, bendijo con lluvia las tierras fértiles de la zona. Un hijo de la parroquia que está en Punto Fijo como Obispo, fue el encargado de celebrar la misa solemne
Bajo una incesante lluvia que cayó durante todo este martes 15 de mayo, se celebró el día de San Isidro Labrador, patrono de los agricultores, en la parroquia La Puerta, con una misa solemne que fue concelebrada por monseñor Carlos Cabezas, obispo de Punto Fijo, y sacerdotes invitados.
Al comienzo, la entrada la hicieron los miembros de la Sociedad de San Isidro y Santa María de la Cabeza, a la Iglesia San Pablo Apóstol, quienes al ritmo de música de arpa, cuatro y maraca, en compañía de la feligresía, con júbilo dieron votos de fe y devoción al humilde santo de la tierra fértil.
En la homilía, monseñor Cabezas, hizo referencia a su paso como párroco de esta localidad, “San Isidro es un figura muy importante en la Iglesia, porque lo ha presentado desde hace muchos siglos como un hombre sencillo, humilde, trabajador, por eso es el patrono de los agricultores, porque santificó su vida labrando la tierra, y en muchos países del mundo se le venera”.
“Junto con su esposa, Santa María de la Cabeza, vivió una vida santa, cultivando grandes valores, como la oración, la caridad, siendo significativa su vida desde el momento de su nacimiento en el siglo XII, hasta el momento de su canonización en 1619. Aunque se cree que fue iletrado, ya que su vida se desarrolló en el campo, su ejemplo es emblemático para la Iglesia Católica”.
“De San Isidro se sabe que nunca tuvo tierra, pero la trabajó incansablemente junto a su esposa que era camarera, y ese ejemplo de responsabilidad se lo dieron a su único hijo Ilian, donde la riqueza no la da el dinero sino la honradez, esfuerzo, la fe y el amor hacia Dios, teniendo una trascendencia fundamental en los devotos”, puntualizó Monseñor Cabezas.
Al finalizar la eucaristía, a pesar de la pertinaz llovizna que aun caía cerca de la una de la tarde, salió en procesión por las calles del pueblo San Isidro, junto a las carrozas alegóricas a la vida del campo, bueyes y caballos.
Santidad
También comentó Monseñor Cabezas sobre la importancia de esta fecha que “la santidad es un asunto de familia, San Isidro y Santa María de la Cabeza son un ejemplo para la humanidad de unión, fraternidad y amor. Es un lazo indestructible, un surco eterno que se consolidó en la tierra, y así debe ser en estos momentos, cuando vemos muchas familias separadas por ciertas circunstancias”.
