Santiago de Chile, 1 abr (EFE).- La mayoría de los legisladores chilenos ha expresado esta semana la voluntad política de aplazar a mayo las megaelecciones previstas para los próximos 10 y 11 de abril por razones sanitarias ante el agravamiento de la pandemia, pero el arduo debate sobre cómo llevar a cabo esta medida está retrasando su aprobación y a 9 días de los comicios aún no se ha definido.
La propuesta contempla retrasar al 15 y 16 de mayo la cita electoral en la que los ciudadanos elegirán a los 155 integrantes de la convención constitucional que redactarán una nueva Carta Magna, además de a los gobernadores regionales para cada una de las 16 regiones del país y a los alcaldes y concejales de las 346 comunas de Chile.
Este jueves, tras una larga sesión que abarcó casi todo el día, la Comisión de Constitución del Senado aprobó la iniciativa, que ya cuenta con el visto bueno de la Cámara de Diputados, pero por cuestiones de tiempo no se votará por el pleno de la Cámara alta hasta el próximo domingo, en sesión extraordinaria.
Esa misma jornada, el Senado abordará el proyecto que crea un nuevo bono para la clase media y extiende el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para los más desfavorecidos, ayudas que los parlamentarios exigieron al Gobierno para que se puedan implementar medidas de cuarentena más rígidas y los ciudadanos se vean menos afectados económicamente.
Se espera que ambos proyectos sean aprobados el domingo, pero no se descarta que se les hagan indicaciones y tengan que volver a trabajarse en comisiones de diputados el lunes siguiente.
MEDIDAS CONTRA LA PANDEMIA
Durante su tramitación parlamentaria esta semana, los legisladores mostraron sus dudas acerca de la evolución de la pandemia hacia mitad del mes de mayo y pidieron al Gobierno que implemente con urgencia medidas drásticas que puedan garantizar unos comicios seguros y con mínimo riesgo de contagio en las nuevas fechas propuestas.
En ese sentido, el Gobierno anunció este jueves el cierre de las fronteras durante 30 días a partir del lunes así como nuevas restricciones para la población, con una hora más de toque de queda y mayores limitaciones de movimiento.
Las autoridades confían también en que el rápido proceso de vacunación que se está llevando a cabo continúe y que para los días 15 y 16 de mayo cerca del 50 % de la población cuente con al menos una dosis de la vacuna contra la covid-19 inoculada, lo que abarca a cerca de 8 millones de personas, frente a los más de 6,8 inyectados que hay en la actualidad.
Otro punto caliente del debate que generó opiniones muy distantes es la suspensión de la campaña electoral que contempla el proyecto, por entender quienes se oponen a esta medida que perjudica a los candidatos de menos recursos frente a quienes optan a una reelección o forman parte de estructuras partidistas tradicionales.
El proyecto que llegará al pleno del Senado el domingo establece que la campaña queda suspendida durante el período en que se posterga la elección y no se podrá realizar propaganda en lugares públicos ni en medios de comunicación ni redes sociales.
LA SEGUNDA OLA
La propuesta para aplazar las elecciones emanó del Ejecutivo a partir de las recomendaciones de la comunidad médica, que considera que ante la fuerza con la que la segunda ola de la covid-19 está golpeando al país no se dan las condiciones adecuadas para llevar a cabo las votaciones los días 10 y 11 de abril.
Tras las vacaciones del verano austral la pandemia comenzó a golpear con fuerza al país, que está registrando cifras récords de contagios diarios que bordean los 8.000 y tiene las unidades de cuidados intensivos cerca del colapso con un 95 % de ocupación.
En este momento, más del 83 % de la población se encuentra en cuarentena total, incluida la capital, donde viven más de 7 millones de personas y todos los comercios no esenciales permanecen cerrados.