A falta de crédito bancario, negocios impulsan el consumo con financiamientos propios y sistema de apartado

La asfixia al crédito bancario continuó a lo largo de 2022, pese a la leve reducción del encaje legal. El crédito al consumo es de los más golpeados por la medida, por lo que ciertas empresas han buscado alternativas para impulsar sus ventas mediante cuotas y dan hasta un año para pagar.

 

Por:  Alberto Torres Márquez /Crónica Uno

Caracas. Cuando Anabel se enteró de que en una tienda de tecnología de Sabana Grande ofrecían la opción de pagar productos por partes, no lo pensó dos veces y, al día siguiente, “parió” la plata para apartar el regalo de su hijo de siete años.

En 2021, tras una pandemia por COVID-19 que hizo que se redujeran sus ingresos y la obligó a ajustar sus gastos, Anabel resolvió los regalos y estrenos de Navidad con las uñas. Este año, pese a estar menos apretada, era octubre y aún no tenía resueltos todos los gastos decembrinos.

Se estima que la economía venezolana cerrará 2022 con rendimiento positivo, aunque en los últimos cuatro meses del año los aumentos de precios y la pérdida de valor del bolívar han obligado a muchos a ajustar sus bolsillos y tratar de lidiar con un problema ya conocido: la inflación.

 

Foto: Manuel Díaz

Venezuela superó en enero un ciclo de cuatro años en hiperinflación, pero los precios no paran de subir y el crédito bancario, que fue durante años uno de los salvavidas del consumo venezolano, sigue sin ver luz.

Yo de verdad no paraba de pensar en cómo iba a hacer con el Niño Jesús de mi chamo. Por más que uno trate de no pensar en lo material, los niños todos los años tienen la ilusión de su regalo de Navidad, dijo Anabel.

Logró comprarle, por cuotas, una tablet a su hijo en la tienda SoyTechno y la pagó por completo en dos meses y medio. El producto tuvo un precio de 81 dólares y para apartarlo tuvo que pagar 16 dólares. El resto lo pagó en tres cuotas.

Gabriel Correia, vendedor de SoyTechno, dijo que desde que implementaron el sistema de apartado las ventas se han disparado y que los clientes, en su mayoría, son personas con menos poder de compra que ven el pago por partes como una ventaja.

 

Foto: Manuel Díaz

Abonando 20 % del precio total del producto, tienen 90 días para cancelar el resto, a partir del día en el que pagan la inicial. Abonan lo que deseen: $5, $10, $20, sin límite o mínimo de cuota, así como el monto total que falte por pagar, explica Correia.

La dolarización parcial de la economía también ha puesto de su parte para que vuelvan prácticas como el apartado, que durante años fueron el gancho con el que tiendas y comercios de todo tipo buscaban atraer clientes.

Andrés*, gerente de la cadena de tiendas por departamentos Beco, que dejó de ofrecer apartados a inicios de 2018 por la hiperinflación, cuenta que a finales de 2021 decidieron retomarlo por la ventaja que supone fijar precios en dólares.

 

Foto: Manuel Díaz

El apartado se suspendió porque pasaban cosas absurdas como que una licuadora que costaba al momento de apartar $30 al cambio (en 2018 todavía no se podía poner carteles en moneda extranjera), cuando el cliente terminaba de pagarla ya costaba la mitad o menos. Movía mercancía, pero dejaba pérdidas, explicó.

Gabriel, el vendedor de SoyTechno, reconoció que “la facilidad de compra hace que se venda más” y que, gracias al apartado, en la tienda del Sambil han visto mayor afluencia que el año pasado.

Cartera crediticia por el suelo

El gobierno de Nicolás Maduro mantiene, desde 2019, el encaje legal más elevado de la región como una de las medidas para contener la inflación. El encaje de 73 %, que es la proporción de los depósitos que la banca no puede prestar ni movilizar, hace casi imposible que la población acceda a créditos bancarios.

Expertos consideraron que la restricción del crédito, por sí sola, no detiene por completo la inflación y, por otra parte, tiene consecuencias en el consumo y en la capacidad de las empresas de reponer inventarios.

La falta de créditos obliga a los consumidores a adquirir línea blanca y marrón de contado, sin opciones para pagar mediante cuotas. Foto referencial: Tairy Gamboa

De acuerdo con cifras de la Superintendencia para las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), entre enero y octubre de este año la banca ha otorgado más de Bs. 5768 millones en créditos, cifra que si bien es más del doble que en 2021, aún es insuficiente para lo que requieren personas y empresas.

El economista y profesor universitario Hermes Pérez sostuvo que en condiciones normales la cartera de créditos tendría que estar entre $12.000 millones y $17.000 millones, pero hasta agosto la cifra era de apenas $597 millones, según estimaciones del economista y calificador de riesgo bancario, Leonardo Buniak.

Créditos parecidos, pero no iguales

Uno de los pocos negocios que están viendo en los financiamientos una opción para impulsar sus ventas y atraer clientela es Waika Import. Una de sus vendedoras, quien prefirió mantenerse en anonimato, explicó que la empresa comenzó a operar hace dos años y los pagos con cuotas funcionan desde abril de 2022.

Si bien el plazo del financiamiento (hasta cinco meses) está lejos de ser igual a los que ofrecían comercios y bancos años atrás, resulta una opción para quienes no cuentan con el dinero completo para comprar tal o cual producto.

 

Foto: Manuel Díaz

Desde el inicio lo que más se ha movido han sido los teléfonos. Las personas siempre tienen necesidad de un nuevo teléfono y la empresa da la oportunidad de tenerlos y seguirlos pagando. No es lo mismo ir y pagar 220 dólares de una vez que pagar 25 dólares quincenales, es lo que preferirán las personas que tienen menos capacidad adquisitiva, explicó la vendedora de Waika Import.

Los requisitos para optar a un financiamiento en ese negocio son similares a los de los créditos tradicionales: cédula, certificado de RIF, carta de trabajo certificación de ingresos y movimientos bancarios. La principal diferencia radica en que el producto no lo entregan de inmediato, sino entre la segunda y cuarta cuota (si hay inicial) o de la cuarta a la séptima cuota (sin inicial).

 

Foto: Manuel Díaz

La gerente de Waika Import explicó que el fuerte del negocio, que trabaja completamente con financiamiento, es la venta de teléfonos celulares, motocicletas y línea marrón. Desde abril de 2022 hasta inicios de diciembre, 300 clientes han finiquitado su proceso de créditos y alrededor de 150 ya terminaron de pagar sus cuotas.

Si bien cuentan con un catálogo de productos que los clientes pueden solicitar, aseguró que no se limitan a esa lista y que el cliente puede pedir que le presupuesten productos que no están allí, como cámaras fotográficas. Desde diciembre también ofrecen carros usados (año 2007) financiados, con $1000 de inicial y un año para pagar, aunque desconocen si se mantendrá el año que viene.

 

Foto: Manuel Díaz

A lo largo del año también surgieron otras opciones de financiamiento llamativas. En agosto, la empresa fabricante de motocicletas Bera comenzó a ofrecer créditos de hasta un año, con pago de inicial. Los créditos se negocian directamente con la empresa (por su página web o WhatsApp), pero las motos se retiran en ciertos concesionarios, como el de Chacao.

 

Foto: Manuel Díaz

Mientras que en Cashea, una app disponible para dispositivos Android y iOS, las personas tienen la posibilidad de comprar productos con 50 % de inicial y tres cuotas quincenales. La app se debe usar al momento de la compra en las tiendas afiliadas y, una vez pagada la primera cuota, el cliente se puede llevar el producto.

 

Xiaomi, Balú, Timberland y Aldo son algunas de las tiendas donde se puede usar Cashea.| Foto: Manuel Díaz.

Para 2023 no parece haber señales de que la situación del crédito bancario mejore, toda vez que se espera que el Gobierno siga usando el encaje legal para “aplanar” la inflación.

Desde varios sectores económicos se insiste en que, como alternativa, se autoricen por completo el uso de divisas depositadas en la banca para otorgar préstamos y dinamizar el mercado.

Actualmente la tasa de intermediación crediticia de la banca venezolana (bolívares que se prestan por cada 100 bolívares captados) es de apenas 21,3 %, según cifras de Sudeban, ni siquiera la mitad del promedio de 50 % a 65 % que llegó a tener en los últimos dos décadas, según indicó una fuente del sector.

 

Fuente. Crónica Uno

 

 

 

 

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