A Elvins Humberto González | Por: Alexi Berríos

La muerte de una persona cercana a nosotros turba el concierto de vida y la memoria abre su puerta dejando escapar recuerdos en esta hora apocalíptica y quejumbrosa.

Elvins, flota tu alma después de colgar tu historia en un fardo de ilusiones que alguien recogerá en una aurora sin fecha. Tus ojos brillan escudriñando la tumba azul en el lugar antiguo donde otros amigos te aguardan taladrando la eternidad.

Elvins, cronista de la existencia en las orillas del tiempo, amante del ciclismo, ruta en la que permanecerás. Viviste observando con ojo profundo el buen quehacer ciudadano, mientras las hojas caían en un otoño sin pausa reclamando libertad. Tras el bosque mendocino da vueltas tu espíritu tocado por la brisa con infinitud de alegría.

 

 

 

 

 

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