A «El Onoto» y «Cima Paraíso» no ha ido nadie del gobierno regional

Se mantiene el estado de abandono de estas dos populares barriadas valeranas, una ubicada en la parroquia La Floresta y otra en San Luis.

En "Cima Paraiso" la pobreza extrema se combina con la indolencia gubernamental.

 

 

Gabriel Montenegro/DLA.-A través de las páginas de Diario de Los Andes hemos referido el drama y la problemática que agobia a los habitantes tanto del cerro «El Onoto» del sector La Floresta, como de la comunidad de «Cima Paraíso», comarcas que resultaron muy afectadas por las cuentas lluvias caídas durante los meses de agosto, septiembre, octubre, noviembre y parte de diciembre del presente año

En esa oportunidad, los moradores de ambas zonas populares refirieron no sólo los deslizamientos de terreno, derrumbes y deslaves, sino la grave afectación de sus viviendas, por lo que hicieron no solo la denuncia respectiva, sino el llamado a las autoridades municipales y al propio gobernador Gerardo Márquez, esperando por supuesto su respuesta inmediata, dado el impacto negativo de los desastres causados por las severas precipitaciones.

El Cerro «El Onoto» sufre de desplazamiento de los suelos y hay caminos destruidos y casas a punto de desplomarse.

«No hay interés en responder al pueblo»

Conversamos con varios habitantes de El Onoto, sector donde un total de once viviendas sufrieron graves daños y los terrenos donde están asentadas se están desplazando debido a las filtraciones y licuefacción de los suelos

Los vecinos amenazados con una tragedia de grandes proporciones solo quieren que tanto la Alcaldia de Valera, como la Gobernación del estado, envien sus funcionarios expertos en materia de desastres naturales y les colaboren con material para levantar muros con mano de obra comunitaria, además de reubicar a quienes no pueden rescatar sus hogares, pero no ha habido ni interés y menos una respuesta alentadora

Lo mismo ocurre en «Cima Paraíso», comunidad vecinal que se ubica frente a La Ganadera y al lado de San Luis Parte Alta, donde varios ranchos de lata se hallan bajo fuerte amenaza y varias familias con muchos niños viven en una severa pobreza y falta de recursos para poder subsistir .

Los afectados también esperan por la acción del gobierno regional y la corregidora Angie Quintana, quienes brillan por su ausencia y no han respondido nada en su angustiosa solicitud.

Los afectados solo quieren respuesta de nuestras autoridades.

 

¿Qué pasará en lo sucesivo?

La pregunta que se hacen las familias que atraviesan por estas calamidades es la misma y tiene que ver con la espera de la respuesta por parte del gobierno, del cual expresan que: » Ojalá se acuerden del pueblo que sufre y al igual que las luces e iluminación de plazas y la Avenida Bolívar, lleven también un rayo de esperanza para quienes de verdad viven un estado de total abandono e indiferencia por parte de quienes deberían ser sus representantes, más allá de consolidar los votos para mantener sus respectivas cuotas de poder político…Amanecerá y veremos.

Los niños son los más vulnerables y para ellos no hay esperanza.

 

 

 

 

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