El 25 de octubre de 1971, la XXVI Asamblea General de la ONU con 76 votos a favor, 35 en contra y 17 abstenciones, aprobó la reincorporación de la República Popular China a ese foro. A partir de entonces, se restauraron sus derechos y reconocieron a sus representantes como los legítimos de China ante la ONU.
La nación asiática es fundadora de la ONU. El 1 de enero de 1942, China, EEUU, Inglaterra, la ex Unión Soviética y otros 22 países dieron a conocer en Washington la Declaración de las Naciones Unidas; y, en junio de 1945, Beijing firmó la Carta de las Naciones Unidas. Sin embargo, durante los 22 años posteriores a la fundación de la República Popular China, en 1949, la membresía legal de la nación más poblada del planeta fue desconocida y rechazada.
Desde su reincorporación a la ONU, China ha seguido una política exterior independiente y se ha opuesto al hegemonismo y a la política de fuerza. Es un país pacífico que busca alianzas basadas en los principios de solidaridad, cooperación, respeto a la soberanía y seguridad. China ha enviado más de 50 mil personas para apoyar las operaciones de la paz de la ONU, y se ha convertido en el segundo mayor contribuyente al presupuesto ordinario de las Naciones Unidas.
Bajo un esquema de esfuerzo mutuo y ganancias compartidas, China impulsa el magaproyecto de La Nueva Ruta de la Seda, o La Franja y la Ruta, a fin de construir una red internacional de infraestructura y rutas terrestres y marítimas que faciliten la integración territorial, económica y comercial de países, regiones y continentes que -al mantenerse aislados territorial y físicamente-, no pueden cooperar y complementar sus capacidades y recursos en beneficio de sus pueblos.
Con el fin de salir del atraso y la pobreza, China liberó sus fuerzas productivas y promovió la inversión privada nacional y extranjera. Esto desencadenó el largo período de crecimiento y desarrollo económico que le ha permitido sustentar una mejora sostenida de la calidad de vida y bienestar del pueblo chino. Una de sus mayores conquistas ha sido ganar la batalla contra la pobreza, más de 800 millones de chinos han podido superar este umbral y vivir cada vez mejor.
Gracias a estos avances, China ha sido uno de los primeros países en alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, y lidera la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, contribuyendo con más del 70% de la reducción de la pobreza mundial. La próxima meta que se plantea este país de 1.400 millones de habitantes es consolidar una sólida base económica que le permita sostener una sociedad moderadamente acomodada.
El presidente Xi Jinping, en su mensaje a la reunión conmemorativa del 50º aniversario de la restauración del puesto de China en la ONU, ratificó que: “China perseverará en el camino del desarrollo pacífico siempre como constructor de la paz mundial, en el camino de la reforma y apertura siempre como contribuyente al desarrollo global, en el camino del multilateralismo siempre como defensor del orden internacional, y en el camino de la cooperación solidaria siempre como proveedor de bienes públicos”.
@davroalvarez
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