A finales de 1962, luego de una serie de combates, Fabricio Ojeda es detenido en una carretera de Acarigua y sentenciado por un Consejo de Guerra a cumplir una pena de 18 años de presidio por el delito de rebelión. En septiembre, Ojeda se da a la fuga de la Cárcel Nacional de Trujillo.