Negocios cerrados, poco tráfico y transporte público se observa en el centro de San Cristóbal, espacio que anteriormente tenía la mayor actividad comercial de la capital tachirense
Las avenidas y calles más movidas de San Cristóbal, en cuanto a tráfico, actividad comercial y compradores, pasaron a ser las más solas. Santamarías cerradas y negocios que abren pocas horas es lo que describe actualmente al centro de la capital tachirense.
Hace más de un año el tráfico en la quinta y séptima avenida del centro era inaguantable. Colas en los semáforos, peatones que caminaban por las calles y cruzaban en sitios no permitidos, buhoneros que no dejaban aceras libres para caminar, y un “a la orden” en cada esquina, era lo que se observaba desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche.
Pareciera que un huracán hubiera arrasado con todo aquello. Cuadras enteras permanecen con negocios vacios, las famosas tiendas de venta de productos chinos con las santamarías abajo. El transporte público es limitado y pocos taxis se ven estacionados en las esquinas permitidas.
“60% cerrado”
Julio Zambrano vive y tiene un negocio en la quinta avenida del centro de la ciudad. Aseguró que un 60% de los negocios cerraron porque a sus dueños les resulta más rentable no tenerlos, además de que la mayoría se han ido del país.
Recuerda este sector de San Cristóbal con mucho ruido, tráfico y actividad comercial. “Anteriormente los negocios del centro abrían a las 8 de la mañana, ahora abren a las 9 y 10, y a las 3 o 4 de la tarde todo está cerrado, ya no hay nadie, las busetas muy poco, los carros muy poco. Hay muchos comercios que cerraron y se fueron, hay un 60% de los negocios cerrados, la mayoría porque cómo abren, si ganan más cerrados que abiertos, el alquiler está hasta las nubes, el sueldo del empleado no es nada y no les alcanza para comprar pasaje, gastos, comida, no les alcanza para nada”, agregó.
Destacó que en algunos casos, dependiendo del insumo, sale más económico ir a Colombia a comprar, y entiende que ante la escasez de bolívares el venezolano no tiene cómo comprar en su propio país. En su negocio hay días que no vende nada porque no hay efectivo, y él no ha podido comprar un punto de venta porque requiere 1500 y 2 mil dólares.
Le duele pensar en el Táchira de antes, sobre todo porque su único hijo salió del país hace tres años, buscando mejores ingresos, y no sabe si lo volverá a ver.
“70% de menos tráfico”
Juan Flores, es taxista, indicó que para el sector transporte la actividad cambió radicalmente en el centro de la ciudad, pues era una de las zonas con más movimiento. Estima que hay un 70% menos de tráfico vehicular.
“Esto está cada día más solo, los negocios están cerrando sus santamarías, lo único que se ve es transporte público, un poco. Soy chofer de vehículo taxi y vemos que la situación ha llevado a que ya nadie utilice el servicio, la gente se está desempleando, no porque las empresas los estén sacando, sino que los sueldos que perciben son totalmente míseros, tanto es que ni siquiera para pagar un transporte tienen”, añadió.
Cree que la crisis económica está llevando a todos los sectores a un paro obligado, ya que cada día ven menos gente. “Usted puede salir a las calles después de las 4 de la tarde, solamente en las paradas de transporte público es que ve a las personas, de resto almacenes, lo que uno veía a las 7 de la noche colas, es solo. Esto trae como consecuencia el aflore de la delincuencia”, destacó.
“No alcanza la plata”
Gustavo Tapias, tiene junto a su esposa un negocio de venta de frutas en la séptima avenida del centro de San Cristóbal. Con tristeza indicó que la situación ha cambiado totalmente, pues a los ciudadanos ya no les alcanzaría el dinero ni para comprar un racimo de cambures.
“Antes el movimiento en el centro era fuerte, ahorita no, ahorita a la gente no le alcanza la plata para comprar. Los negocios cierran porque las ventas son bajas, los empleados se van temprano y ahorita que subió el pasaje si vienen para acá es porque tienen necesidades, de resto no. Las ventas de mi negocio son bajas, por ahí se hace para medio sobrevivir… Aquí se vendían manzanas, uvas, puras frutas importadas y ahorita es poco lo que medio se puede vender. A la gente no le alcanza para comprar un kilo de cambures, porque barato vale 6 mil bolívares”, expresó.
Relató que en los alrededores de su kiosco había cuatro farmacias y todas se las llevaron, porque ya no se conseguían medicamentos y los costos de los existentes cada día son más altos.
“El centro era elegante, uno no se daba abasto para atender la gente, la plata valía, ahorita no vale nada”, dice al recordar cómo era la actividad comercial en la capital tachirense.
“Ahora se ven son colas”
Enrique Arellano vive en la quinta avenida del centro. Destacó que anteriormente no había colas de gasolina en esta zona, porque no hay estaciones de servicio cerca, pero ahora tanto en la quinta como en la séptima avenida se observan las largas filas de carros que pueden pasar dos y tres días sin moverse esperando que llegue el combustible.
“El comercio ha cambiado demasiado, porque antes la moneda de aquí se movía, ahora es pesos y dólares y no todos ganan así, los comercios se ven muy solos, hay menos gente. Recuerdo al centro lleno de gente, negocios abiertos y tráfico”, destacó.